ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Metro,no: 50 Centímetros

SIEMPRE que vengo de Cádiz y paso por Dos Hermanas...

—Con lo que acaba usted de poner, se viste con un blusón negro y un pantalón negro, coge a un guitarrista, a un tío con un cajón y a otro con un saxofón chiquitito como el de los payasos del circo, lo titula «Del Nazareno a los nazarenos», lo cantiñea por alegrías fusionadas con rumbas de Los del Río, y ¡a trincar como un Al Gore, pero en la Bienal de Camelancias Flamencas!

—No, se equivoca usted. Para eso tendría que cantarlo metido dentro de un mueble-bar, que eso aún no se ha hecho, o rodeado de pollos de Simago colgando por todo el escenario, que tampoco ha salido, ya que según dice el gran Alberto García Reyes, confunden el flamenco con la galería de Pepe Cobo, donde pasan por obras de arte unas zapatillas de deportes sudadas y con los tacones comidos, siempre que estén embarcadas en los cables de la luz.

A lo que iba: siempre que vengo de Cádiz y paso por Dos Hermanas me sorprende agradablemente, hacia La Motilla, el pedazo de homenaje viario que le dan a un ingeniero municipal de Sevilla, creador de Emasesa: a José Luis Prats. Con letras blancas sobre un fondo verde, los letreros anuncian varias veces por la antigua CN-IV la salida a la Avenida José Luis Prats. Magnífico homenaje. Porque en esto de los nombres de las calles hay grados y escalas. No es lo mismo que te pongan una calle en Las Tres Mil que en La Buhaira. Pero si te la ponen en Las Tres Mil, hacen un acceso nuevo en la Ese 30 y llega justo a tu calle, es como si te hubiera tocado la primitiva de la posteridad, porque tendrás letrero de salida en la autovía. A usted, capillitón falso y pelota de los socialistas, le ponen una calle, «Prioste García», ¿no? Pues no es lo mismo «Prioste García» en una esquina del Cerro que repetido en los carteles de las salidas de la Ese 30: «Prioste García, 1.000 metros», «Prioste García, 500 metros», «Prioste García, sal ya por aquí, chaval, que te pasas...» Hay, pues, calles con derecho a letrero de salida en autovía.

Y calles con derecho a nombre de estación de Metro. Han salido los nombres de las estaciones y veo que se ha perdido la ocasión para honrar en una de ellas al promotor del Metro. Que no fue Rojas Marcos. Fue muchísimo antes. El Metro es más franquista que la paga del 18 de julio. Su idea empezó a gestarse durante la dictadura, cuando se redactó el primer anteproyecto, concebido a mayor honra y gloria del Cortinglés, para llegar en Metro al Duque. Lanzó la idea y redactó el anteproyecto un ingeniero del Ayuntamiento, creador del Servicio Municipal de Transportes, germen del Tussam: Plácido Álvarez Fidalgo, luego director general de la EMT madrileña y presidente de la Renfe. Quien fue apoyado a tope por otro olvidado precursor del Metro, el concejal y profesor don Francisco Ruiz Esquivel. Fidalgo se merece el partido-homenaje de que una estación del Metro lleve su nombre.

Para dedicar una calle a alguien, tiene que reunirse la Comisión de Estadística y que aprobarlo el pleno. Pero la rotulación de algo que va a sonar muchísimo más, como las estaciones del Metro, ¿quién la aprueba? Aquí que lo hacemos todo tan democráticamente, ¿quién ha votado los nombres de esas estaciones? Ha sido por el puro azar de la calle o plaza que pillaba más cerca. Con lo cual han salido algunos nombres chungos: San Juan Alto, San Juan Bajo (que debe de ser el patrón de nosotros los cortetes de estatura), Mayo, Cocheras, Condequinto, Montequinto, Olivar de Quintos...

—Maestro, en este Metro que no llega a 50 Centímetros, porque es menos de media red, hay más quintos que en el antiguo Cuartel del Carmen cuando sorteaban un reemplazo...

¿Y lo de Cocheras? Se necesita ser sieso manío para ponerle Cocheras a una estación. Pues anda que Mayo... ¿A qué esperan estos cachimbas que no saben ni dónde están de pie para quitarle el nombre a Mayo? Pues el tal Mayo, según el municipal «Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla», es Federico Mayo Gayarre, director del Instituto Nacional de la Vivienda en tiempos de Franco, que le pusieron esa avenida por peloteo, y ahí sigue el tío, y encima, con derecho a estación de Metro y tó, mientras que a Utrera Molina, que hizo 37.000 VPO, se la han quitado, y el alcalde va a ir de repartidor de la telepizza para llevarle a su casa calentitos los azulejos del rótulo acabaíto de retirar.

 

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