De lo que se entera uno. Resulta que en el Ayuntamiento hay un señor que se llama Joaquín Díaz.

— ¿Y qué hace en el Ayuntamiento el cantautor que se dedica a rescatar viejas canciones por los pueblos de Castilla?

—No, este Joaquín Díaz es un concejal.

—Pues será un concejal de la Secreta, porque no lo conoce ni su padre. ¿Y a qué se dedica?

—Pues mayormente a dar por saco a los vecinos y comerciantes de la calle Asunción.

—¿Y qué le han hecho los vecinos y comerciantes de la calle Asunción a este buen hombre?

—Eso digo yo, porque el puesto que tiene en el Ayuntamiento debería ser para todo lo contrario. Es el delegado de Los Remedios y parece el delegado contra Los Remedios.

—Este señor es del PSOE, ¿no?

—Sí.

—Eso lo explica todo. Este señor tiene el complejo del misionero.

—No diga usted cochinerías...

—No, no he dicho la postura del misionero, he dicho el complejo del misionero.

—¿Y eso qué es?

—Pues que los concejales del PSOE o los societes de los sociatas, los de los 25.772 votos de Izquierda Unida, cuando los nombran delegados de distritos de derechas donde ganó el PP, como Casco Antiguo o Los Remedios, van a esos barrios con la mentalidad del misionero a quien sus superiores envían a tierra de infieles, para convertirlos. Casi se ponen el salacot y la sotana blanca, como el Padre Damián en Molokai.

—Y a este Joaquín Díaz, como ha sido malo, lo han mandado castigado de delegado a Los Remedios.

—Equilicuá.

—Y ha dicho el tío: «Pues ahora se van a enterar estos carcas de Los Remedios de quién es Joaquín Díaz». Y se están enterando. Se están enterando que es lo más dictatorial que se despacha en este Ayuntamiento del autoritarismo y del «ordeno y mando» como supremos argumentos democráticos.

—¿Qué es lo que ha hecho?

—Pues seguir la teoría de José María del Nido, el presidente del Sevilla.

—¿Qué teoría es ésa?

—La de «sí o sí». Este Joaquín Díaz dice que va a peatonalizar la calle Asunción sí o sí.

—Pero eso no es peatonalizar la calle Asunción, eso es nidificar la calle Asunción.

—¿Cómo nidificar?

—Sí, hacerla peatonal por las razones supremas de la entrepierna del señor Del Nido: sí o sí.

—No, ha usado algunos argumentos, aparte de que peatonaliza Asunción porque le sale de la entrepierna. Los argumentos más insólitos del mundo. Dice que la «tendencia natural» es la peatonalización.

—Vamos, que tú dejas sola a la autopista Sevilla-Cádiz y ella sola, por tendencia natural, pum, pum, va la tía y se peatonaliza. Y los atascos mañaneros y de la vuelta al trabajo en la Ese Treinta por San Juan y por Tablada, ya sabes qué son: la tendencia natural. La Ese Treinta, atasco a atasco, colapso circulatorio a colapso circulatorio, hasta que no se peatonalice ella solita por tendencia natural no va a parar.

—Pues tiene el tal Joaquín Díaz otro argumento que es para tirarse de risa. Ha dicho: «Asunción no tiene nada que envidiar a la Avenida».

—Desde luego que no. ¡Lo bonita que es la Catedral de la calle Asunción, con esa puerta del Baptisterio y esas esculturas de Mercadante de Bretaña!

—¿Y la iglesia del Sagrario de la calle Asunción, dónde me deja El Sagrario de la calle Asunción, lo bonito que lo están dejando?

—Como que no sé cómo los vecinos y los comerciantes de Asunción no comprenden las razones democratiquísimas de este hombre, que le llama «consenso» a su sí o sí.

—¿Y cuántas firmas ha recogido este Joaquín Díaz para peatonalizar Asunción?

—Ninguna. Bueno, sí, dos: la suya y la del alcalde.

—¿Y las 4.000 firmas en contra que han reunido los vecinos y los comerciantes, no sirven para nada?

—Sí, hombre: sirven para tirarlas a la papelera. A la papelera de reciclaje, naturalmente, porque son muy ecológicos.