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Música,
maestro Freire. Música suya, de usted, en su piano de las giras
por el Norte, de los espectáculos flamencos del Circo Price, de
las nocturnas en las plazas de toros de las ferias de los
pueblos, por las tardes hay corrida y por las noches vienen los
cantaores: La Niña de los Peines, Pepe Pinto, El Niño
Marchena, Porrinas de Badajoz, Manolo el Malagueño, un Don Juan
Valderrama que aún es Juanito. Venga, Maestro Freire,
que ya ha sonado la sinfonía y va alzarse el telón de los
bolos de Circuitos Saavedra, de Circuitos Carceller, que hay
buena taquilla y la gente se sabe sus coplas
de oírlas en el programa del disco dedicado de la radio de
cretona. La gente, maestro Freire, no sabe que esas coplas son
suyas, del pianista del elenco de los cómicos de la legua de la
ópera flamenca, estaciones de la MZA, pensiones de palanganero
y feriantes de la tómbola. Pero da igual, don Ricardo. Ya sabe
usted lo que dijo Manuel Machado, usted que ha hecho en el
Teatro Alcalá todo un espectáculo con las letras de los
Hermanos Alvarez Quintero, "Flor de Cancionera": hasta
que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son. Y las suyas
lo son, porque el pueblo las canta.
Así que vamos a oír "Vino
Amargo", mire usted
cómo empieza a cantarlo Rafael Farina. Vamos oír que vino
amargo es el que bebo por culpa de una mujer, que se lo sabe
España entera, pero no saben que usted inventó antes que nadie
eso que ahora llaman fusión y mestizaje. Vamos a escuchar.
Vamos a escuchar esta música suya, a la que le han puesto
letra, como a tantas, Basilio García Cabello y Juan Solano, que
no es el maestro Solano, no Juan Solano Pedrero, sino Juan
Solano García. Suena primero, Salamanca campera y gitana, el
quejío, pero funde con un tango argentino. Y ahora dicen que
han inventado la fusión, Maestro Freire, lo que hay que oír.
Si eso viene por lo menos de Quiroga y de "Rocío", de
cuando la República... Y he dicho Quiroga, pero usted sabe que
no es Quintero, León y Quiroga todo lo que reluce en la
historia de la copla. Ni Ochaíta, Valerio y Solano. Hay mucho
oro de coplas atesorado en la memoria del pueblo y que no
acuñó Rafael
de León ni engarzaron Quiroga o Solano, como la sortija de
oro de Salvador Guerrero. O como esta otra suya, que están ya
sonando los crótalos metálicos de Tomás de Antequera y vienen
esos "Doce
Cascabeles" que lleva su caballo por la
carretera de las fatiguitas de la España de los espectáculos
de coplas, que suenan ahora, del rosa al amarillo, en el altavoz
de los caballitos de esta feria donde a la noche habrá
espectáculo flamenco en el cine de verano: "Qué bonito es
el querer". Y cuánto quería usted, maestro Freire, a
estas coplas, compuestas en el anonimato del teclado de un
pianista de giras de cantaores, de un maestro de academia de
flamenco y variedades. Sepa, Maestro, que el pueblo las sigue
cantando. Aunque no lo sepa, el "Campanero Jerezano"
del barrio de la Merced ha echado a doblar las campanas por
quien se fue, a cencerros tapados de doce cascabeles, con el
vino amargo de la vida y la muerte de la copla.
Sobre el Maestro Freire y Rafael Farina, en Internet:
Ricardo Freire, el adalid flamenco
Artistas Flamencos - Rafael Farina
Rafael Farina
Agradecimiento de la familia del Maestro Freire
Solo unas letras para felicitarle en el nombre
de mi familia y en el mio propio, por el articulo aparecido en
el diario " El Mundo", en relacion al fallecimiento de
mi padre Ricardo Freire acaecido el pasado 22/4/01.
Dentro de los dificiles y tristisimos momentos que estabamos
pasando, su escrito nos sorprendio gratamente, ya que su carrera
artistica la describio usted como nadie lo habia hecho hasta
ahora, en realidad por un momento creimos que mi padre desde
arriba le iba susurrando lo que tenia que escribir, ya que en
mis muchas charlas con el, me contaba que en este mundo tan
dificil del artisteo nadie te reconoce nada, aunque el en
realidad fue
un hombre tan sencillo, que se ha ido al otro mundo como vivio,
sin hacer ruido.
Muchas gracias y hasta siempre.
Emma Freire Garrido. [email protected]

RICARDO
FREIRE : Creador y defensor de la copla
ALFREDO GRIMALDOS El
Mundo, 25 abril 2002
El compositor y pianista Ricardo
Freire, fallecido el pasado domingo en Benidorm, a los 73 años,
fue durante cinco décadas uno de los principales creadores que
ha tenido el universo de la copla. Autor, entre otros cientos de
piezas, de la popular canción Doce cascabeles, su teclado
respaldó, además, el cante de innumerables figuras flamencas,
incluida la legendaria Niña de los Peines.
Pero quizás la más singular contribución del maestro
Freire al cante, el toque y el baile la realizó con su labor
dentro de la Sociedad General de Autores y Editores de España
(SGAE). Gracias a él, los artistas de lo jondo comenzaron a
percibir derechos de autor por sus trabajos.
Como reconocimiento a esa tarea, los días 3 y 4 de
septiembre de 1998, un gran plantel de artistas le rindió un
emotivo homenaje en el madrileño Centro Conde Duque. «Yo
siempre he intentado proteger al flamenco todo lo que he podido»,
afirmaba. «Muchas veces, por desconocimiento propio, los
artistas no percibían el dinero que les correspondía. La SGAE
cobraba su parte siempre, pero eso no revertía en ellos, no por
malicia de nadie, sino porque el flamenco se consideraba genéricamente
algo de origen popular», añadía.
Hijo de emigrantes gallegos, nació en Brasil y se afincó en
la tierra de sus padres cuando ya tenía cinco años. Al final
de la Guerra Civil su familia se trasladó a Madrid, ciudad en
la que comenzó a estudiar en el Real Conservatorio de Música.
En 1948 estrenó su primera obra, Laureles de España, en el
Teatro de la Comedia. Era menor de edad y tuvo que entrar por la
puerta de atrás: el portero no se creía que fuera el autor
musical de la obra.
Posteriormente presentó las revistas musicales Mujeres de Adán,
Póker 1950 y Flor de cancionera. Esta última incluía la canción
Doce cascabeles, que ha sido recreada por cientos de voces,
entre ellas las de Angelillo, Luis Mariano, Carmen Sevilla,
Joselito y Tomás de Antequera.
Otras conocidas obras suyas son Tecnicolor, Los chavalillos
de España, Las chicas del visón y Un marido de más. A finales
de los años 50 realizó varias giras por España, incorporado,
como pianista, a un espectáculo de variedades. Más tarde formó
compañía propia con su mujer, la bailarina Lita Garrido, y
ambos encabezaron un espectáculo en el que participaban La Niña
de La Puebla, Luquitas de Marchena y Emilio El Moro.
Prolífico compositor, dio vida a canciones tan populares
como Pájaro pinto y Sonajero plateado -escritas para la película
Joselito en América-, Estudiantina de Madrid, Caballito
bandolero, Los alegres maletillas, Pasa la bohemia o Vino
amargo.
En 1971 se incorporó a la SGAE como inspector técnico
musical. Desde este privilegiado puesto, el maestro Freire
observó que el flamenco generaba muchos ingresos que después
se redistribuían por otros conceptos y puso orden en el asunto.
Además, se dio cuenta de que este organismo tampoco tenía en
consideración la creatividad coreográfica. «Antonio Gades,
por ejemplo, estaba ya dispuesto a darse de alta en la Sociedad
de Autores francesa», explicaba, «pero yo le dije que
esperara, que esto se iba a arreglar». Y añadía, orgulloso,:
«Ahora todos los coreógrafos españoles, los bailaores,
tocaores y cantaores pertenecen a la SGAE».
Ricardo Freire González, pianista y compositor de coplas,
nació en Santos-Sao Paulo (Brasil), el 17 de enero de 1928 y
falleció en Benidorm el 22 de abril de 2001.
Ricardo Freire, el adalid flamenco
Letra
de Doce Cascabeles Letra
de Vino Amargo

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