Lo
peor del paso del tiempo, del peso del tiempo, es que siempre
parece que fue ayer. Radio Nacional de España cumple cincuenta
años en Sevilla y nos acordamos cuando en la
radio de cretona...
-- Pare usted el carro...
-- No puedo parar el carro, amigo, porque esto va de teclado
de ordenador, no de carro de máquina de escribir...
-- Bueno, pues pare usted el disco duro...
-- ¿Por qué?
-- Por eso de "la radio de cretona."
-- ¿Qué le pasa la radio de cretona? ¿He dicho algo malo?
-- No, ha dicho usted algo muy repetido. Estoy harto de leer
eso de la radio de cretona cuando escriben de Quintero,
León y Quiroga o de Conchita
Piquer, cuando creo que usted es el que con más propiedad
puede hacerlo. Usted puede escribir "radio de cretona"
sin pagar derechos de autor...
-- O sea, como todos...
-- No, que yo he leído eso de "radio de cretona"
en la carpeta de un disco, en la letra que le escribió usted a Carlos
Cano para su canción "A
Rafael de León", y me parece que esa imagen literaria
es un bastinazo que se le ocurrió a usted y que muchos le han
copiado.
-- Hombre, es que no sólo en Cádiz
hay que mamar; aquí en Sevilla tampoco andamos malamente...
Déjelos usted, que copien, que ya sabe usted lo que le pasa al
que la copia, pero, por favor, déjeme seguir con la radio de
cretona de Radio Nacional...
Que venía diciendo que parece que fue ayer cuando la radio
de cretona en cuyo dial de cristal ponía Hilversum y París,
pero no Sevilla, se enriqueció de pronto con una nueva
estación. Aún me acuerdo del indicativo:
-- Aquí Radio Nacional de España, emisora de Sevilla, en
pruebas...
De aquello hace ya cincuenta años. De aquella Radio Nacional
de la calle San Pedro Mártir, donde los poetas nacen por
colleras, Rafael de León y Fernando Villalón. De aquella Radio
Nacional de Manuel Hidalgo Nieto, donde Luis Ortiz Muñoz
colocó a media nómina de la Hermandad de la Amargura. De
aquella Radio Nacional que tiene en Manuel
Barrioss a su cronista privilegiado, templo de la gracia,
donde el escritor unos meses cobraba como limpiadora y otro como
una partida de Flit para las moscas, porque en el presupuesto no
había plaza de redactor. De la vieja Radio Nacional de Agustín
Embuena y de Aurelio de la Viesca, de Angel Cervantes, de
"Piruetas" y de Lolita la Musaraña. De la otra, ya en
el traslado a Marqués de Paradas y su conversión en Centro
Emisor del Sur, cuando Utrera Molina se trajo a Sevilla a media
radio de Huelva, a los Bonachera y a Jesús Quintero. De la
Radio Nacional de República Argentina, donde Paco Cervantes
hizo por su cuenta la transición la noche en que El Loco
entrevistó a Felipe González en vísperas del cambio. O de
esta Radio Nacional, mejor Radio Constitucional de España, del
Alamillo, que hoy celebra con arroz y gallos muertos sus bodas
de oro en el Alcázar. La vieja radio de cretona suena ahora en
el dial digital y parece que es el antiguo veraneo en la sierra,
que son las 3 de la tarde y que va a empezar aquella Codorniz a
la andaluza hecha radio en la cocina de válvulas y magnetofones
de hilo de la calle San Pedro Mártir y que eran vuestras
"Piruetas", Manolo Barrios...

Triana
en la "Guía Secreta de Sevilla"
Triana:tradiciones
escritas en el palo de la cucaña
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