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El
tema se nos ha ido vivo a todos los que hacen periódicos en
Andalucía o escribimos en ellos. Por írsele, hasta se le ha
ido vivo a Rafael Escuredo, que ha sido el Tío Paco que ha
llegado con la rebaja del optimismo, menos lobos, a la coral
triunfal que habían montado en el gaditano Oratorio de San
Felipe Neri. Lo que iba a ser allí un Te Deum civil de acción
de gracias por la victoria socialista en el 25-M lo convirtió
Escuredo, en plan jarro de agua fría, en un funeral por el
poder perdido, pronunciando el requiem por las capitales, en la
esperanza de la vida eterna del voto socialista enfeudado en
poblaciones rurales, subvencionadas y envejecidas.
Los únicos que han acertado a
ver lo que quiero destacar han sido S.F.Fuertes y F.J.Román, en
la edición andaluza de "El País". Aquí no se nos
caen los anillos ni por elogiar al polanquerío: señores,
apúntense ustedes un 10. El asunto que se nos ha ido vivo,
estando cantado, es un símbolo de lo que ha pasado en las
elecciones y de para qué sirven aquí los temas machaconamente
repetidos en las campañas. Ese asunto, menudo asunto, tiene dos
nombres: Rota y Morón. Dicen en letras bien gordas Fuertes y
Román: "La oposición al ataque a Irak no ha tenido efecto
electoral alguno y los socialistas podrían incluso perder las
alcaldías de Rota y Morón". Traduzco: de todas aquellas
manifestaciones a la puerta de las bases, de aquel Cañamero
tronante, de aquellas banderas republicanas que aún no sé qué
pintaban allí, de aquellos gritos de "¡asesinos!",
de aquellas mascaradas con los retratos de Aznar, de Blair y de
Bush, de aquellos manifiestos de los arrimados al perol, ¿qué
se hizo? Pues se hizo un pan con unas tortas.
Como dice Belmonte: quien
entienda esto de la política, que lo compre. Nos creíamos que
el chapapote le iba a quitar el poder al PP de Fraga en la Costa
de la Muerte y al único que le ha llegado hasta las mismas
trancas ha sido a Paco Vázquez, el de La Coruña, que de tener
el 60 por ciento de los votos, los mismitos que Teófila ha
revalidado en Cádiz, ha pegado un bajón hasta el 45 por
ciento. Y por el contrario, en todos aquellos pueblos donde iban
los voluntarios a recoger el chapapote para tirárselo a Aznar
en toda la cara, en Muxía e islas adyacentes, el PP ha sacado
mayoría absoluta.
Eso en lo del "Prestige".
Y en lo de Irak, igual. En Morón la lista más votada fue la de
Manuel Morilla, el que fue apoderado de Jesulín. Y en Rota,
aunque el PSOE ha sido la lista más votada, un pacto entre PP y
Roteños Unidos puede quitarle el sillón al alcalde socialista
Sánchez Rizo.
A Morilla le ha pasado en
Morón como a Bono en La Mancha. Bono no dijo ni palabra de la
guerra de Irak en su campaña y ya ven: mayoría absoluta. Se la
metió al PP hasta donde pone "Toledo", que es la
capital de la autonomía. Morilla tampoco dijo ni palabra de la
base, de los bombarderos B-52 ni de los americanos, sino que
hizo en Morón una plaza de toros, y ya ven: la lista más
votada. La gente de Morón le ha echado más cuenta a la plaza
de toros nueva que a la vieja base de los tópicos antiyankis de
los progres. Y ha ganado en todo el epicentro del
antiamericanismo de laboratorio un alcalde absolutamente
atípico, a dos minutos del novio de la Pantoja. Cuando
apoderaba a Jesulín, Morilla se tiró una vez como espontáneo
a pegarle un par de muletazos al toro y le pusieron un multazo
que lo crujieron. Ahora, en Morón, como la plaza es suya y la
hizo con su dinero, se ha tirado de espontáneo de alcalde, a
pegarle dos muletazos al PSOE, lo ha parado con dos golpes de
pitón a pitón, le ha hecho juntar las manos y ¡pum!: hasta la
bola se la ha metido. No hasta donde pone "Toledo",
sino hasta donde pone "No a la guerra".
Las elecciones del 25-M en El
RedCuadro^:
Lo
siento, Sabina
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