Cuanto más leo el comunicado sobre la novia venezolana del niño de Carmen Martínez-Bordiú, más me gusta Letizia Ortiz. Gracias a Dios, a la Casa Real Española se le habrá entrado por las puertas el igualitarismo, pero no la cursilería sudamericana de culebrón que ha invadido la rama Borbón-Dampierre. Aunque firma el comunicado la mentada condesa de Santa Cruz de los Manueles, que es título que más que a grandeza de España suena al que Lola Flores quería que le diera Franco, yo sé quién es el negro que lo ha escrito. Debe de ser Boris Izaguirre, que allá en su tierra caraqueña era exitoso guionista de culebrones. Más que un comunicado parece la sinopsis del capítulo que echarán esta tarde en Antena 3: "Esta relación, durante algún tiempo de pura amistad, se ha ido consolidando a lo largo de los últimos años, especialmente hace dos, con ocasión de la boda de su hermana mayor, María Victoria, con Franciso (sic) Javier D´Agostini Casado, ya que a través de este antiguo amigo, Don Luis Alfonso se relacionó con esta familia." Y arrebátate, negra Catalina, que ahora viene lo bueno: "María Margarita, de gran belleza, de extraordinaria sencillez y naturalidad, cursa 2º año de Pedagogía en la Universidad Metropolitana de Caracas. Deportista, aficionada a la equitación de salto y al esquí, tanto en nieve como acuático. Cursó enseñanza media en el Colegio Merici de las Madres Ursulinas, en Caracas. Habla perfectamente inglés y algo de francés. Es católica practicante, pertenece a una familia tradicional y discreta, siendo sus padres el abogado y financiero Don Víctor-José de Vargas e Irausquin (notable jinete y jugador de polo y también conocido aficionado a la caza mayor, por cuyo motivo ha visitado varias veces nuestro país), y Doña Carmen-Leonor Santaella Tellería de Vargas, dedicada a la fundación benéfica familiar. Tuvo un hermano, Víctor-José, fallecido a los 18 años. Pertenecen a la buena sociedad de Caracas y descienden de los primeros pobladores de Venezuela".

Pues no sabe usted lo que me alegro por el bodón que va a hacer Luis Alfonso, estos venezolanos tan cursis tienen que ser ricos hasta decir basta. Pero más todavía me alegro de la que nos hemos librado. La Casa de Borbón se ha librado de la cursilería, pero a la Casa de Borbón-Dampierre le ha caído el culebrón en todo lo alto. Entre el "notable jinete y jugador de polo y también conocido aficionado a la caza mayor" y el periodista, me quedo el periodista. Y entre "la fundación benéfica familiar" y el SATSE, me quedo con el SATSE. Es que no hay color. Ya podemos dar su verdadera dimensión histórica a la decisión del Príncipe de Asturias. No sólo ha asegurado la continuidad dinástica, sino que ha salvado a la Corona de España de la cursilería.

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