omo
Paco de Lucía y Tomatito, una cosa así.
Pedro Pacheco, más que a José Mercé o a la difunta Paquera,
tiene que haber oído mucho, sin que se entere la gente de Jerez,
que odia las cosas de la capital de la provincia, a un
inolvidable cantor y poeta popular de Cádiz. A Paco Alba. A don
Francisco Alba Medina, el gran poeta del Carnaval, el de "Los
Hombres del Mar", el del "vaporcito del Puerto, cuando en ti me
embarco, cuando en ti navego". Pedro Pacheco debe de tener las
casés que regala todos los años Unicaja, donde vienen clásicas
coplas antológicas de Paco Alba que todo el pueblo recuerda. Y
seguro que también se sabe de memoria aquel hermoso pasodoble a
la guitarra española: "La guitarra española es un bello
instrumento/que tiene semejanza con una mujer".
Sólo así se explica que Pedro Pacheco le haya
cantado a Carod Rovira el pasodoble de la guitarra española, que
es un bello instrumento. Tan bello y con tanta semejanza con una
mujer, que Pacheco quiere que Carod presente en el Congreso de
los Diputados una moción para que la guitarra española sea
declaraba Patrimonio de la Humanidad, me imagino que por parte
de la Unesco. Si tal consigue el alcalde de Jerez y candidato de
la lista de la Europa de los Pueblos, es para que, en efecto, lo
declaren Patrimonio de la Humanidad. Pero no al instrumento al
que le puso la sexta cuerda el rondeño Vicente Espìnel, sino al
propio Pacheco. Conseguir que un separatista catalán rabioso, en
el Parlamento de Madrid, dé curso a la moción en favor de la
guitarra española, símbolo de la Patria de la que quieren
independizarse, es de Patrimonio de la Humanidad, de premio
Nobel de la Paz y de premio gordo de la Lotería de Navidad, de
difícil que es.
Por pedir que no quede. Aunque más que pedir a
Carod que ponga la cejilla de la guitarra española en el traste
de la Unesco, mejor lo de aquella historia del embajador inglés
en Madrid y los estudiantes que pedían Gibraltar. Mejor que
Carod pida el reconocimiento monumental de la guitarra española
es que le diga a sus jóvenes independentistas que no derriben
los toros de Osborne que hay en las carreteras catalanas, a los
que consideran símbolos de la opresión española. Mejor que
Pacheco le diga a Carod que los separatistas catalanes no la
tomen contra los emigrantes andaluces y quieran prohibirles la
Feria de Sevilla que hacen los hombres allí todos los años,
cargados de nostalgia. Mejor que tanta guitarra destemplada, que
Carod les diga a sus concejales del Ayuntamiento de Barcelona
que no la declaren ciudad antitaurina, a fin de que los
ganaderos jerezanos de bravo puedan seguir lidiando en la
Monumental.
La manta de Rojas Marcos
Estaba allí Borrell, de quien se ha olvidado
por cierto el "cuidado con él" que un día le lanzara Antonio
Gala. Estaba allí Jaime Mayor Oreja, con su aplomo de las horas
graves, y las últimas están siendo todas al menos de pronóstico
reservado para el PP. Estaba Willy Meyer con su nombre de
canciller alemán. Estaba el de ERC. Y estaba Rojas Marcos, por
la Coalición Europea, en estas elecciones del 13-J que, hablando
de jotas, le regalan un jamón de cinco jotas a quien diga qué
partidos forman cada una de las extrañas coaliciones, no hay
quien se las sepa. Estaban todos, y alguno que nos falta, porque
no lo recordamos, en el debate electoral de TVE, sentados en los
ridículos pupitres escolares que les pusieron, que parecían
alumnos díscolos que ya habían sido buenos tras las advertencias
del maestro Pedro Piqueras. Todos estuvieron como las antiguas
minas de La Carolina: de plomo. Pocas veces tantos espectadores
habrán hecho tanto zapeo de canales para librarse de semejante
coñazo en nombre del parlamentarismo europeo. Menos Rojas
Marcos. Nos encanta resaltar el mérito allá donde se encuentre,
y en ese plúmbeo debate estuvo en el discurso nada pesado del
candidato andalucista, que habló un lenguaje para no iniciados y
que estuvo genial con el símil de la manta. La España de las
asimetrías autonómicas, dijo, es que los catalanes quieren
taparse con la manta, y cuando tiran de ella nos dejan a los
andaluces con los pies al relente. Eso cuando no llegan otros,
como los vascos, y se llevan la manta. Ole. No dio ciertamente
un mantazo Rojas Marcos. Los otros, los otros fueron quienes
estuvieron hechos unos mantas.
Cohetes
Cuando vuelven las carretas del Rocío, toda
Andalucía se nos vuelve un poquito valenciana, la verdad, con
tanto cohete. Por algo Campo Arenosillo, la base española de
cohetes espaciales de meteorología está cerca del Rocío.
La primera empresa
No es para tirar cohetes, sino para volver a
abrir Hytasa e Intelhorce y para fabricar tela para hacer
pañuelos con que hartarse de llorar. ¿Sabe usted cuál es la
primera empresa de Andalucía? ¿Una industria aceitera? Frío.
¿Una exportadora de fresas? Frío, como el agua del río. Ah, será
un grupo hotelero de la Costa del Sol. Tampoco. La mayor empresa
de Andalucía, y lo acaba de proclamar la Consejería de
Presidencia, es la Junta. Tiene exactamente 217.510
funcionarios. Muchas capitales andaluzas no tienen tantos
habitantes como funcionarios la Junta. ¿Cuántos son los gastos
corrientes para pagar tantas nóminas? Aunque son un río de
dinero. Multipliquen por 4 personas cada unidad familiar
funcionarial y sale un millón de personas que gastan en
Andalucía el dinero del Estado. Y en su vertiente electoral, ni
te cuento: con que sólo voten a los que gobiernan en la Junta
siete parientes y allegados de los que allí tienen su comer,
aquí hay PSOE a perpetuidad. De lo que nunca se acaba de enterar
el PP.
La nueva Normandía
Venga suplementos, venga documentales, venga
películas con los 60 años del desembarco en Normandía, que
además ni es una cifra redonda ni nada. Porque en Normandía no
estuvo ningún hermano mayor de una cofradía andaluza, que, si
no, hasta sacan a la calle un paso de palio, en procesión
extraordinaria. Cuando la verdadera Normandía, mucho más
trágica, con más muerte, está ahora en otro sitio, no frente a
las costas de Inglaterra. Está frente a las costas de África.
Está en Tarifa y en las playas de Almería. Los Lances es la
nueva Playa Omaha que Europa no quiere contemplar, entusiasmada
en reverdecer la gloria del soldado Ryan. A Normandía llegaron
los soldados que trajeron la libertad a la Europa de las
dictaduras. A la nueva Normandía de Tarifa llegan los soldados
del hambre y de la desesperación que se quieren librar de la
dictadura medieval de Marruecos, de las tribales luchas civiles
del África negra. Más que tanta monserga de las barras y
estrellas, el Cura Chamizo, que es quien más sabe de este
continuo Día D de la desesperación y esta Hora H de la
esperanza, debería escribir el guión del documental que Europa
no quiere ver, y que se escribe con muerte sobre las aguas del
Estrecho.
La tutela y la tela
Los que tienen el mango de la sartén de la
economía andaluza en la Junta han dicho a los barandas de
Cajasur que se vayan preparando para la tutela. Hay palabras que
las cargas el diablo. Es como si le hubieran dicho al Cura de
Córdoba: "Tu tela, Miguel, ya no es tu tela. Vete haciendo a la
idea de que, con la tutela, tu tela será nuestra tela". Aplican
así la suprema norma de las cajas de ahorro andaluzas, que
recuerda el profesor Olivencia en la petición que le hizo don
Juan de la Rosa, el fundador de la Caja de Ronda: "Manolo,
déjate de Derecho Mercantil, que en este negocio lo importante
es trincar la tela de golpe e irla soltando poco a poco." La
Junta, siguiendo el consejo rondeño, quiere trincar la tela de
golpe en Córdoba. Lo malo es que puede que no la suelte ni poco
a poco...
Andaluces adosados
El escudo de Andalucía representa a Hércules
bajo un arco que apea en sendas columnas. Alberto Corazón lo
puso al día, vistiendo con un tanga de chulo de piscina al
fundador de Cádiz y de Sevilla, y convirtiendo en dos gatos
sumisos a los fieros leones que domeñó en sus trabajos. No
debemos quedarnos en esa actualización del escudo. Para
adaptarla a la realidad, la Junta debería darle otro dinero muy
curioso a Corazón, el grafista oficial de Andalucía. Y que
representara a Hércules no bajo el medio punto, sino en su
casita adosada y pareada, con su jardincito minúsculo y su
aparcamiento techado para el coche. Así, en adosadas, es como
vive la mayor parte de los andaluces. El 15 por ciento de los
andaluces está en "soluciones habitacional" adosadas. La tierra
española con más adosados. Y Hércules, casi a la intemperie,
bajo el medio punto, qué punto...