|
Esto
no es un artículo. Es un tratado de sociología parda playera.
Se lo dedico al alcalde de Punta Umbría, que me estará
escuchando, como decían en los programas cara al público del
difunto Embuena. Dice don José Hernández, regidor de una de
las tres cositas que tiene Huelva, que van a hacer en aquella
maravilla hoteles a troche y moche, en el fatídico número de
doce más uno, para que no haya turismo de alpargata. Lamento
que una localidad costera como la apexumbrosense...
-- ¿La qué?
-- La apexumbrosense.
-- ¿Y eso qué es?
-- El nombre gentilicio
de raíz latina de Punta Umbría, como egabrense de Cabra.
-- Ah, usted le llama
apexumbrosense al alcalde para no decirle directamente lo otro
de Cabra...
-- No, para recordar la
traducción
latina que hice del fandango de las tres cositas: "Res
tres Onuba habet,/ quae Matritum non tenet:/ Rabidensis
Coenobium, Apex Umbrosa,/ et prospectare naves/ in portum
navegantes albente coelo."
Que iba diciendo que
lamento que una localidad costera como la apexumbrosense tenga
un alcalde con tan cortos conocimientos de la realidad del
turismo. Anda que no es antiguo ni ná don José Hernández,
creerse que el turismo chungo es el de alpargata. Vaya usted a
Mari Paz, por no decir ancá Mienmana, y pregunte usted lo que
vale una alpargata. Nada digo si se trata de una alpargata de
Castañer. Diciendo turismo de alpargata, el alcalde Punta
Umbría ha expresado todo lo contrario de lo que quería decir.
Alpargatas se ven ahora en Sotogrande, en Vistahermosa. En
Mallorca, las Infantas llevan unas alpargatas fantastiquitas.
Así que el turismo de alpargata es precisamente el que va a los
hoteles de lujo.
Chancla. Lo que quería
decir el alcalde de Punta Umbría, si no fuera tan antiguo, eran
chanclas. Turismo de chanclas. Ese es el chungo, el que no deja
un duro, el que llega con el coche, con la nevera, con la
sombrilla, con la asendía, con la suegra y con la mesa de
campimplaya. O el turismo de zapatilla de deportes de las
rebajas de julio en Carrefour. El que no quiere el alcalde de
Punta Umbría (socialista por cierto) es el turismo proletario
de camisetas de tirantas, de pantalones cortos con más
bolsillos que el chaleco de un fotógrafo de Efe. El alcalde de
Punta Umbría quiere turismo de yates como el del Lele, no de
balsas hinchables compradas en Alcampo para que jueguen los
niños:
-- ¡Vanessa, salte del
lagua, que te vá a dá argo...!
Eso no es la alpargata,
señor alcalde. Eso es el tío paseando por la orilla desnudo de
medio cuerpo, con la camisa quitada y los pantalones
arremangados. Eso es la gorda con el batón negro, porque está
de luto por el pobre Ramón, pegando chillidos cuando se mete en
el agua, tras santiguarse con ella. Lo que no quiere usted,
señor alcalde, es cutrez. Ni usted ni nadie. No creo, empero,
que los doce más uno hoteles sean la solución. En
Matalascañas hicieron tropecientos hoteles, y se llenaron de
alemanes. ¿Y sabe usted lo que le digo? Que los alemanes de la
mortadela y el mucho cambio de bañador que vienen a estos
hoteles son más horteras todavía y más chungos que el turismo
interior de chancla. Lo que pasa es que cuando dicen en alemán
lo de "Vanessa, salte del lagua", no los entendemos y
nos creemos que son elegantísimos.
Huelva en El RedCuadro
- Cante
por Huelva
- Los cafelitos de Perico
- La selección nacional de Lepe
- La bucrocracia según Almonte
- Hermida hace llegar al hombre a la
Luna
Huelva en Internet
- Todo sobre Huelva
- Excmo. Ayuntamiento de Huelva
- Diccionario Güerbano
Biografía de
Antonio Burgos
Firmas en El Mundo
RECUADROS
DE DIAS ANTERIORES |