a
mancha de la mora con otra verde se quita y las cosas del campo
andaluz sólo con una filosofía de pueblo pueden entenderse. Yo
no comprendía que la derrota de nuestro olivar ante la Unión
Europea les pareciera bien a los que antes sacaban los tractores
cada vez que había la menor dificultad en el campo andaluz. Los
que protestaban antes están encantados con lo que ha dicho
Rodríguez: "En quince días, España es más fuerte y creíble". A
la vista está: en quince días nos han tratado en Europa como lo
que somos en Europa y encima los protestones profesionales se
han conformado.Porque dicen que lo del
olivar no que quedado mal. Que podía haber quedado peor. Que
tenemos que dar las gracias. Y aquí viene el saber popular del
campo andaluz. Un lector agricultor, don Carlos Carreira de la
Fuente, olivarero de Antequera, me envía una historia andaluza
que es la mejor metáfora de lo que ha pasado con el olivar:" Me
recuerda este caso a la anécdota que se cuenta de aquel calé de
estas tierras, que dio a su hijo cuarenta duros, 800 reales de
la época, y lo mandó a una feria de ganado que se celebraba en
un pueblo vecino, para que se iniciase en los vericuetos del
chalaneo. Llega el chaval a su primera feria y comienza a dar
vueltas por el real, entre perplejo y asustado por la multitud
allí presente, la cantidad y variedad de ganado y la complejidad
del lenguaje empleado en los tratos que observa con estupor.
Abrumado por el ambiente y su desconocimiento del tema, comienza
su deambular de un extremo a otro del recinto, sin darse cuenta
de que pasa el mediodía y los tratantes comienzan a retirase con
su ganado. Es en este momento cuando se da cuenta de que aún no
ha empleado los 800 reales que le ha entregado su progenitor, y
temeroso de la reacción que podría encontrar en su casa por no
haber sido capaz de realizar un buen negocio se dirige hacia uno
de los gitanos que abandonan el recinto, al que adquiere
precipitadamente dos viejas y renqueantes mulas, una torda y la
otra castaña. Regresa el muchacho a su casa y tras entrar por el
patio trasero y dejar las mulas en la cuadra se dirige al
encuentro del padre, el cual le pregunta por el resultado de su
primera experiencia como tratante:
-- Padre, con el dinero que me ha dado he
comprado dos mulas, una torda y otra castaña.
-- ¿Y cómo son?
-- Pues mire usted, padre, resulta que como el
dinero que tenía no era mucho, la mula torda tiene 25 años, está
mellada, tiene un esparaván en el corvejón izquierdo y cojea de
la mano derecha.
Terminando de decir esto se dirige el zagal
hacia la calle, pero cuando está alcanzando la puerta le vuelve
a preguntar el padre:
-- ¿Y la castaña?
A lo que el aprendiz de tratante responde
desde la puerta:
-- La castaña está bien, pero no es tan buena
como la torda.
Y dicho esto emprendió la huída, tardando
varios días en volver por su casa."
"Pues bien, nuestra flamante ministra --dice
el saber campero de nuestro lector-- tras describirnos el
sombrío panorama de la mula torda de la reforma, trata de
consolar a los agricultores indicándonos que gracias a sus
hábiles negociaciones no nos ha traído la mula castaña, la cual
no se atreve ni a describir. Sorprende la actitud del gobierno
de Zapatero al que se supone conocedor al menos en teoría, de la
importancia para la agricultura española de la reforma a la que
debía enfrentarse de forma inminente su nueva ministra, comete
la temeridad de enviar a un aprendiz desconocedor de la materia,
para enfrentarse al gran maestro del chalaneo en temas de la PAC
como ha demostrado ser Franz Fischler."