|
IMPLANTAN
el carné de conducir por puntos. Está bien, porque a algunos
parece que les dieron el carné por puntos, pero por los puntos
de las tapaderas del yogur. Se jalea y celebra el carné por
puntos, pero tal modalidad existe aquí hace ya mucho tiempo.
Existe, verbigracia, el carné por puntos para conducir la nave
del Estado, que es como el título de patrón de yate pasado por
las urnas. Todos los presidentes del Gobierno tienen cien días
de gracia porque en ese periodo ponen en la Moncloa la L de los
que acaban de sacar el carné. Al cabo del tiempo, con el rodaje
hecho, los presidentes van perdiendo puntos de su carné de
conducir gobiernos, hasta que se lo acaban quitando. Le pasó a
González, que le quitaron el carné tras perder tantos puntos con
la corrupción y el crimen de Estado. Aznar, de una tacada,
perdió todos los puntos que le dio la prosperidad económica
cuando se metió en la camisa de once varas de la guerra de Irak.
En cambio, por mucho que hable por teléfono con Chirac,
Schroeder y Mohamed VI mientras conduce la nave del Estado, y
aunque supere la velocidad permitida al retirar las tropas de
Irak para mandarlas a Haití sin que los Bardem digan nada, como
el presidente Rodríguez todavía tiene la L en la luneta trasera,
no acumula faltas para la retirada del carné.
Y existe también hace muchísimo tiempo el carné por puntos de
demócrata. Hay en España una Dirección General de Tráfico de
Ideas Políticamente Correctas que expide carnés de demócratas
por puntos. Da igual que fueras en su día más falangista que las
cinco rosas o redactor-jefe del diario franquista de los
sindicatos verticales, que si estás intramuros del régimen antes
felipista y ahora zapaterista, conservarás flamantes tus puntos
del carné de demócrata, por fundamentalista de izquierdas que
seas. Mas, ay, si se te ocurre decir que se está quebrando el
supremo principio de la independencia de los tribunales y de
separación de poderes. Te quitarán un punto de tu carné de
demócrata. Si osas manifestarte contra la desmembración de
España en nombre de la reforma de la Constitución y de los
Estatutos, dos puntos menos. Nada digo si citas el Derecho
Natural o la doctrina de la Iglesia en materia de enseñanza de
la religión, aborto, eutanasia o contratos de cohabitación
llamados impropiamente matrimonios. Te quitan del tirón cuatro
puntos. Si comentas que reinventan peligrosamente desde el
rencor una reconciliación nacional que ya logró el Rey de Todos
los Españoles en 1975, pierdes tres puntos. Y si dices que Bush
no es la reencarnación del diablo, y que en Estados Unidos son
tan patriotas que si gana Kerry seguirán con la misma política
contra el terrorismo, perderás más puntos. Que se irán
totalmente si comentas que mucho pedir unidad frente al
terrorismo, y que no hay que usarlo como arma política, pero que
algunos llegaron al poder manipulando la mayor matanza
terrorista de la historia de España.
Y aparte de retirarte el carné de demócrata si eres
políticamente incorrecto, al mismo tiempo, los puntos que te
quitan te los van acumulando para darte el carné de facha. De
nada vale que en la Universidad, cuando la dictadura, fueras de
Bandera Roja o del PTE. De nada vale que tengas claro que votar
al socialismo es tan legítimo como a los conservadores. No
valdrá de nada tu fe en la libertad, en la democracia, en los
supremos valores de la Constitución, si en el ejercicio de esos
principios te atreves a alzar la voz en el silencio de los
corderos. No sólo te quitarán por puntos el carné de demócrata
que ellos y sólo ellos expiden, sino que encima te endilgarán el
carné de facha. Ya saben, pues: digan que hay que acelerar leyes
progresistas para terminar con tanta moral carca, si no quieren
que les quiten el carné de demócratas por puntos.
Recuadros de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|