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casi han quitado el latín de los planes de enseñanza, ya latín
nada más que saben Pérez Rubalcaba y los toros de Miura. Cuando
sospecho que el latín es la lengua materna de Dios, ¿no,
profesor Rodríguez Adrados? Dios, como es perfecto, tiene que
comprender mejor el Paternoster en latín que si se lo rezamos en
la traducción que se inventó la conferencia episcopal
hispanoamericana. Más que una oración parece una querella de
pilindinguis en la televisión basura, con tanta ofensa y los que
nos ofenden. El Paternoster ha pasado del Derecho Mercantil al
Penal. Antes todo era reconocimiento de deudas y deudores,
pidiendo a Dios que no nos mandara al cobrador del frac. Derecho
Mercantil. Ahora, ofensas y ofensores, como una querella por
injurias a lo divino. Derecho Penal. Para no tener que ir a misa
asistido por Baena Bocanegra como letrado, rezo el Paternoster
en latín.Si tal hicieran todos, no
ocurriría lo que me pasó con un amigo de Madrid al que enseñaba
la Catedral de Sevilla. Llegamos a la Capilla Real, donde está
la urna de ese San Fernando al que quieren mandar a los
albañiles. Sobre el altar, la leyenda en plata del baldaquino de
la Virgen de los Reyes: "Per me reges regnant". Mi nada
latinista amigo, al leerlo, me dijo:
-- ¡Qué premonición la de esta Virgen! En
tiempos de San Fernando ya decía no se qué del PER...
Decía "por Mí reinan los reyes". Pero como no
sabemos latín, cualquiera puede creer que la Patrona de Sevilla
inventó el PER regio. Si viviera mi querido y siempre cercano
José María Pemán, le haría decir al Séneca: -- Ná, don José: lo
que dice la Virgen de los Reyes es que Don Juan Carlos está
colocado en La Zarzuela gracias a ese "per", al PER del origen
divino de la Monarquía. Que Ella le ha firmado las peonadas para
que viva a cuerpo de Rey...
Aunque me parece que ya no existe, llamamos
PER, así, a bulto, a todo el entramado de subsidios de
desempleo, trabajos comunitarios, prestaciones de paro y mamelas
varias que produjeron el famoso voto cautivo de Andalucía,
Extremadura y Castilla-La Mancha, viveros de mayorías
socialistas. En nuestra sociedad subvencionada, eso funciona tan
bien que aún se mantienen los votantes en nómina que inventó el
felipismo. Ese entramado asegura cien años de voto rural para el
PSOE. Que pierde progresivamente el voto urbano, el de las
grandes ciudades, y a Ruiz Gallardón y a Esperanza Aguirre me
remito. Esos estrategas del PSOE que saben hasta latín pensaron:
¿qué hacer para reconquistar el voto de las grandes ciudades?
Muy claro: un PER. El abogado del diablo les respondió: pero si
en las grandes ciudades no hay campo, no hay braceros ni
jornaleros, ¿cómo vamos a hacer un PER urbano? Respondieron:
pero hay inmigrantes ilegales, millones de simpapeles, que son
los nuevos jornaleros, los braceros urbanos. Hagamos un PER para
los simpapeles. Demos papeles a peluz, carnés de residencia,
permisos de trabajo, cartilla de la Seguridad Social,
prestaciones de paro, colegio para los niños, mezquitas para que
recen y, sobre todo y principalmente, derecho al voto, aunque
sea sólo en las municipales. Ya verán ustedes cómo, eternamente
agradecidos, ahí tendremos los votos que, por ejemplo, no supo
obtener el PP de todos aquellos chavales a los que les quitó la
mili obligatoria, que encima, cabreados por la guerra de Irak,
les votaron al PSOE. Demos todas las facilidades a los
inmigrantes ilegales. Legalicemos hasta la patera de Tarik y
Muza. Pongamos fáciles los contratos de trabajo, que los pueda
firmar cualquiera, como las famosas peonadas del PER. Si me
hacen caso, ya verán ustedes cómo recuperan el voto de las
grandes ciudades. Urbanicemos el voto agrario. Pongamos a los
votantes en plantilla, y tendremos las mayorías que perdimos en
las ciudades.
Y, como saben hasta latín, por ahí viene ya el
PER urbano de los simpapeles.