|
En
la revisión de la guerra incivil, ahora los vemos hasta en las
fotos sacadas de las hemerotecas. Son los legendarios moros con
los que Queipo de Llano conquistó Sevilla en su sublevación
contra la legitimidad republicana. Aquel conspirador general de
Caballería, consuegro de Alcalá Zamora y beneficiario de
prebendas republicanas ganó Sevilla al contrario que San
Fernando. San Fernando la ganó a los moros. Queipo la ganó a
base de moros. De moros y de radio. Estrellita Castro cantaba
"Mi jaca" con letra del republicano Ramón Perelló por la
estación EAJ 5 Radio Sevilla cuando repentinamente se cortó la
emisión y una voz militar leyó el bando de guerra. Queipo
acababa de inventar el uso de la radio con fines bélicos,
destructora arma de propaganda. Una sección de Caballería había
tomado el poste emisor y otra de Infantería los estudios. Desde
aquel micrófono movilizado, Queipo inició sus proclamas, luego
convertidas en indescriptibles charlas, que en un principio eran
con vivas a la República, rematados con un "¡Arriba los
corazones!", para que creyeran que se había sublevado hasta el
Sursum Corda.
Y junto a la radio, los moros. Como una ópera
trágica. Si diez figurantes vestidos de egipcios saliendo y
entrando repetidamente en el escenario de "Aida" daban idea de
que estaba en el teatro todo el ejército del Faraón, dos
escuadras de moros de Regulares montados en sendos camiones y
dando vueltas por Sevilla podían hacer imaginar a los leales
republicanos que los sublevados contaban con todo el Ejército de
Africa. Así se hizo. Y entre bravatas por la radio y moros
rifeños dando vueltas en los camiones, Queipo pudo conquistar la
mítica Sevilla la Roja de la II República.
Cambien la repugnante técnica del golpe de
Estado por el arte del chantaje de las minorías en una
democracia gobernada por unos radicales que fueron los primeros
sorprendidos al encontrarse con el poder en las manos, y lo de
Carod es bastante parecido a los moros de Queipo. El poeta
Manuel Mantero dijo genialmente en una Tercera de ABC que Carod
tiene "cara de foca extraviada". ¿O es que se le está poniendo
cara de Queipo de Llano, de ejercer sus mismas técnicas? Carod
ha tomado TVE como Queipo ocupó Radio Sevilla tras su
sublevación contra la legitimidad democrática. De momento, toros
fuera. Carod saca su pañuelo y le dan los tres avisos y mandan
al corral a los toros en TVE, al Plan Hidrológico, a la
existencia del valenciano como lengua, a las selecciones
olímpicas españolas, a la Constitución, a su artículo octavo, a
la unidad de España y a lo que haga falta.
Para tomar Sevilla, Queipo cogió unos moros,
se puso a darles vueltas en unos camiones e hizo creer que era
un ejército entero. Para tomar por el mango la sartén de la
España que odia y quiere destruir, Carod ha cogido los moros de
sus votos y se ha puesto a darles vueltas en el camión del
tripartito y del chantaje perenne. Millones de votos serán, ¿no?
Un ejército de votos, ¿no? Ja, já, poleá. ¡Sólo 652.196 votos
son los que tiene el mocito! ¿Y han visto la que está liando
este tío con sólo 652.196 votos? Frente a ellos, no son nada los
9,7 millones de votos del PP. Le tenemos el mismo miedo a los
652.196 moros, perdón, votos de Carod que a los catorce rifeños
mal contados de Queipo. Los 11 millones de votos del PSOE están
en manos del chantaje de sesión continua de esos 652.196. Votos
que no son nada ante los 893.135 que por ejemplo sacó el PP sólo
en Madrid capital. Casi tantos votos como Carod en toda España
sacó el PSOE solamente en la provincia de Sevilla: 639.293; y
los socialistas, empezando por Chaves, están a merced del
Carafoca. Ya digo, como los moros de Queipo: vueltas y más
vueltas a 652.196 votos en el camión del tripartito.
Recuadros de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|