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¿De
qué color son los naranjos? ¿De qué color son las acacias, las
moreras, los plátanos de Indias? ¿De verdad son verdes? No esté
usted muy seguro. Si fuesen de tal color, Los Verdes oficiales,
los ecologistas de carné y nómina, estarían todos los días
protestando contra el arranque y tala de los árboles que tienen
su mismo color demagógico. Al menos por solidaridad cromática. Y
no es así. No había caído en la cuenta hasta que vi un titular
en ABC: «Los Verdes piden...» Me dije:
-Hombre, menos mal que Los Verdes protestan contra la tala y
arranque de los pobres naranjos callejeros...
Sí, sí, arbolitos. Los Verdes protestando por los arboles de
Sevilla... ¡Tequí iyá! Lo que ponía el titular completo era:
«Los Verdes piden una ley antixenófoba contra casos como en Los
Bermejales».
-¿Y qué tiene que ver la ecología con la mezquita de Los
Bermejales?
¡Eso digo yo! ¿Qué tiene que ver, para que Francisco Garrido,
portavoz de Los Verdes de Andalucía y diputado por Sevilla
adscrito al Grupo Socialista en el Congreso, esté tan preocupado
por la mezquita y no diga esta boca es mía ante los árboles que
perdimos? Y quien dice Los Verdes dice los ecologistas
profesionales, las ONG del ramo, la Agencia del Medio Ambiente.
¿Por qué este silencio de los ecologistas sobre las tropelías
cometidas en Sevilla contra los árboles? Mucho preocuparse por
el lince y el águila imperial, que merecen toda protección, pero
muy poco de estos árboles maltratados como perros, como perros
callejeros que son. Quienes han levantado la voz en materia de
naranjos al pie de la Giralda han sido los vecinos, no los
verdes. Verdes que nunca pidieron que vuelvan a poner en Virgen
de Luján los naranjos que arrancaron cuando las obras del
aparcamiento subterráneo, árboles que son la memoria de la
infancia de toda una generación de niños de Los Remedios, y que
desaparecieron.
En el silencio de los verdes, corte de árboles ante el Palacio
Arzobispal. Y antes, corte de árboles, indiscriminado, ante la
sede de los dos poderes autonómicos: tala de la explanada de Las
Cinco Llagas, sede del legislativo, del Parlamento Andaluz; tala
en la acera de San Telmo, sede del ejecutivo, de la Junta de
Andalucía. ¿Habrá más símbolo de la saña arboricida que las
talas ante el ejecutivo y el legislativo donde los verdes están
apoltronados? De Belinda. Cobrando subvenciones de la Junta,
cuando no estabulados en el sueldo y el despacho oficial. ¿Cómo
van a hablar? Mucha Consejería de Medio Ambiente, mucha Agencia
de Medio Ambiente, mucha multa por arrancar una sola encina en
un parque natural, pero aquí se talan árboles todos los días en
un jardín histórico como el Parque o en el conjunto monumental
de Sevilla, con toda la protección legal habida y por haber, y
no pasa absolutamente nada. Tenemos unos verdes de silencio, que
protestan por el chapapote, pero no por Bolidén ni por los
incendios forestales de este verano. Se les ve demasiado el
plumero del carné y el sueldo. Les importan un bledo los árboles
callejeros y los parques todos de Sevilla.
Y alerto sobre las obras que están haciendo en Las Delicias, en
el paseo trasero al Pabellón de Argentina. Don Santiago Montoto
se va a quedar sin la avenida con su nombre en la ampliación del
muelle. Y junto al Pabellón de Guatemala corre peligro de
arranque un zapote único, como el legendario de Hernán Cortes.
Lo aviso antes que sea tarde, en vista de que a los verdes
profesionales de nómina y silencio y a la Agencia de Medio
Ambiente les importa mucho el chapapote, pero no el zapote.
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