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CUANDO
mi Betis bueno gane la Copa del Rey y ZP reciba en la Moncloa a
un Don Manuel que no es Chaves...
-¿Entonces quién es ese Don Manuel?
¿Quién va a ser? Ese enriquecedor de la lengua española que es
don Manuel Ruiz. No un Ruiz cualquiera: Lopera. Enriquecedor del
castellano no por los mushashos, las criaturas y La Palmera
acolapsá, sino por el rasero del «don». Al prestigio político de
Chaves le hacen cada día la prueba del don. El don es la prueba
del algodón para el prestigio de los políticos. Tú dices en
Galicia «Don Manuel» y no hay duda: es Fraga. Aunque diga
públicamente lo contrario, a Fraga le hacen usar continuamente
el condón del don. Con don por delante de su nombre de pila, de
pila de las que duran y duran, es como siempre lo nombramos. Eso
es en Galicia. O hablando de Fraga en el resto de España. Pero
si tú en Sevilla dices «don Manuel», no cabe la menor duda: no
es el presidente de la autonomía, sino el presidente del Betis.
-¿Entonces Chaves no es don Manuel Chaves?
-No, Chaves es Manolo.
Prueba del algodón del don hecha. Tras la cual me pregunto si
cuando el Betis haya ganado la Copa del Rey y ZP reciba a Don
Manuel acompañado de Manolo, colocará en la puerta de la Moncloa
la bandera del Betis junto a la de España.
-No, la pregunta es si para entonces quedará bandera de España
que poner. La del Betis seguro que existe. La duda es la de
España, que la prohibirán, hocicando ante el tripartito, ante el
PNV, ante la ETA o ante lo que se tercie, con tal de perpetuarse
en el poder.
Quizá a la bandera de España de la Moncloa le haya ocurrido para
entonces como a los muebles de su interior. Ahora que ZP ha
tenido visitas de jubileo circular hemos comprobado que cada
presidente lo primero que hace al llegar a la Moncloa no es
buscar la felicidad de los españoles, sino cambiar los muebles.
Aznar recibía en una sala estilo casoplón del «Hola». ZP la ha
puesto de catálogo de Ikea: muebles cuadrados, grises y blancos.
ZP cambió los muebles de Aznar; quien a su vez cambió los
muebles de González; quien a su vez cambió los muebles de
Suárez. ¿Cuánto nos cuesta en mobiliario cada alternancia en el
poder? Los americanos cambian de presidente y al Despacho Oval
no hay quien tenga recova de tocarlo. Los españoles cambiamos de
presidente y acto seguido los muebles de la Moncloa, a capricho
del nuevo inquilino. Que no se gasta ni un duro de su bolsillo
en el antojito. Más que presidente creo yo que elegimos
decorador de la Moncloa.
Ojalá ZP cambie sólo los muebles de la Moncloa y siga la bandera
de España en la puerta. Ojalá su orgullo y vanidad se queden en
Ikea. Por el orgullo de un gerundio puede poner también una
Constitución de Ikea, de puro diseño. ¿Quién pide en España que
se cambie la Constitución? Pues los mismos que piden que se
cambien los muebles de la Moncloa: nadie, el capricho de unos
señoritos particulares, que tenemos que pagar todos. Y la
soberbia de un gerundio. Todo el que llega a la Moncloa cambia
los muebles y quiere poner un mármol con un gerundio y detrás su
nombre. Es el gerundio del «siendo». Por ese gerundio del
«siendo» se mata y se muere; se sientan a pactar con los
cómplices de los que matan; se excarcela a los que matan; se
olvida a las mil víctimas que mataron. Unos lo disimulan más y
otros menos, pero todos van buscando ese gerundio. ZP hasta es
capaz de quemar la bandera de España de la puerta por la vanidad
de ese gerundio, para ser trampantojo de Tony Blair en las
paredes de la Moncloa. Que coloquen allí un mármol con un
gerundio: «Siendo presidente ZP, se acabó con la ETA».
En la Moncloa, junto a la bandera, debía poner: «Todo por la
Patria». Pero pone: «Todo por un gerundio».
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