Menos mal. A base de SMS y llamadas de peaje a un 900 no han ganado las tres gordas calentonas de Móstoles que, aun siendo impresentables, iban a representar a España ante la Humanidad de Eurovisión. Era cosa de España y la Humanidad, y ha ganado Andalucía. Las que Son de Sol. De Écija. Cuyo lema latino (Civitas Solis Vocabitur Una: Astigi) han reescrito: Sonitus Solis Vocabitur Tres: Lope, Espe et Sole. Una, dos y tres, como escribió Manuel Benítez Carrasco para Gabriela Ortega, tres hijas de un viejo militante del PA de Écija en el redondel de Eurovisión. Écija es la ciudad del sol, de las torres y del Pirula, hotel donde Rojas Marcos estuvo desterrado por la dictadura, condenado por pedir entonces lo que gozosamente disfrutamos ahora: un régimen de libertades. No sabía el Tribunal de Orden Público del franquismo que con su sentencia estaba implantando el PA en Écija. Son, pues, versos alejandrinos ecijanos los de la canción «Brujería».

Brujería, en efecto, sobre las tres gordas ordinarias teñidas de rubio y peinadas con la minipimer. Las Supremas de Móstoles eran como tres Brujas Lolas cantando. Tres marujonas friquis con una canción verderona: «Eres un enfermo del cibersexo». Para ese viaje a Kiev mejor hubieran estado las alforjas de un trío quinteriano: El Risitas, Pineda y El Vacila. Hubieran arrasado. Gracias a Dios, La Bruja Lola a la que se parecían les ha puesto velas negras a las Supremas de Móstoles y a su empanadilla musical de Encarna Sánchez.

Y ha ganado un palimpsesto descarado del «Bulería, Bulería» de David Bisbal. De la «Churrería, Churrería» en cuyo perol Los Morancos metieron el bodrio de Bisbal, ha salido calentita la «Brujería», las manos en la masa frita del copieteo. No nos libramos del «Aserejé» de Las Ketchup o del «Antes muerta que sencilla» de la nueva versión femenina del pequeño ruiseñor. Y «Bulería» se perpetúa en «Brujería, dame remedio para el alma mía», de un tal Alfredo Panebianco, que a pesar del nombre (Pan Blanco en italiano), no es de Alcalá, sino de Cuba, cuando en Cuba cogen un bollo blanco de Alcalá y se les caen dos lágrimas negras como dos maracas de Machín... ¿Han visto qué riqueza de rima, qué hondura poética? Ay, si Rafael de León levantara la cabeza...

-Les hacía la carrera del señorito hasta Móstoles...

-Deberían investigar qué intereses políticos o económicos había en TVE para que se les viera de esa forma el plumero: ¡qué ganas tenían de que ganaran las tres gordas calentonas teñidas de rubio! Con calzador las metían en todos los telediarios. ¿Quién se iba a llevar la manteca colorá de la tostá? ¿Qué productora? ¿Quién está detrás de esa productora? Y teniendo TVE tanto interés en Móstoles, ¿por qué el marcador ha sido Móstoles, 0: Écija, 1, como en partido matinal de Canal Sur?

La clave de la victoria de Écija sobre Móstoles está en Cabra. Ha sido cosa de Carmen Calvo. Son de Sol, no: son como Carmen Calvo. Igualitas. Las tres son un vivo retrato de Carmen Calvo. ¿Qué digo retrato? Para mí que una de las tres es Carmen Calvo en persona. No sé si Lola, no sé si Espe o no sé si Sole, pero una de las tres no pudo cantar en la lozana gala. Estaba malita y mandó parte facultativo. ¿Por quién la sustituimos?, se dijeron angustiados. Por el teletipo de las verdes albahacas andalucistas, llamaron de Ecija a Cabra: «Calvo, te necesito». Y allá que Carmen Calvo, tan aficionada a los trapitos, se puso el traje de volantes de gasa, vaporoso, aire, aire, a darle aire a la falda. Miren la cara de las tres, atentamente, y a ver si me sacan de la duda. ¿Cuál de las tres es Carmen Calvo? Porque a mí no me engaña nadie: a pesar del interés que tenía TVE por las gordas rubias calentonas, ha ganado Son de Sol porque una de ellas es Carmen Calvo. Tras la portada del Vogue le pide el cuerpo alegría, Macarena: Eurovisión y volantes de gasa para el meneíto de la brujería.





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