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LOS
personajes de Mingote existen. Vas por la calle y ves calvos
de Mingote, gordas de Mingote, señores bajitos de Mingote,
niñas monas de Mingote. Como existen los de Forges. Por los
pueblos hay viejas de Forges. Los ministerios están llenos de
funcionarios de Forges. Nada más de Forges que un ex. A los ex
ministros se les pone cara de Forges. En un ex de la UCD,
García Díez, dibujó la genética la mejor cara de Forges. Y a
Eduardo Zaplana se le ha puesto cara de Forges. Cara y atuendo
de Forges. Es completamente de Forges ese cuello de camisa
tras el que se asoma Zaplana.
Sí, se asoma. Hay quienes se abrochan el cuello de la camisa y
quienes se asoman tras él. Como si asomaran la cabeza por una
tapia o por esas siluetas de aviador con aeroplano que tenían
los fotógrafos en las barracas de feria. Zaplana asoma su
gaita tras el cuello de su camisa como para una foto de
barraca. Parece que luego Zaplana se va a retirar y se van a
quedar la chaqueta, la corbata, la camisa, su cuello, todo
allí, pintado en un contrachapado. Y que el cuello de la
camisa, horizontalmente dibujado por Forges, va a seguir allí,
hasta que venga otro ex a hacerse la foto.
Al ex ministro español, ex ministro valiente, que la envidia
del sol es tener su carguete, se le suele poner cara de Forges.
Sobre todo en su variedad apalancada. Llamo apalancamiento a
la capacidad del ex para ir de cargo en cargo. Sale del
gobierno y lo colocan de presidente en una empresa pública, de
una comisión de algo. Agazapado en un cargo de perfil bajo. En
un sueldazo. Uno de estos ex apalancados y con cara de Forges
es Carlos Bustelo. No creo que Forges haya dibujado nunca una
cara más de Forges que la de Bustelo. ¡Qué bien le salió
Bustelo a Forges!
Pero mejor todavía le ha salido a Bustelo el homenaje que
nadie se ha atrevido a dar a la verdad, en estos idus de marzo
cargados de dolor y de sangre de los ausentes. Impresionante
cuanto España, en silencio, sintió y conmemoró en el Viernes
del Dolor. Pero, ¿y lo de hoy? ¿Quién se atreve a recordar el
primer aniversario de lo de hoy? Sí, hoy es el primer
aniversario del sábado de infamias en que sobre la sangre vino
el limpiarse en las cortinas de las reglas del juego
democrático. Hoy se cumple el primer aniversario del
desembarco de la demagogia y la manipulación en la Ley
Electoral. Cuando en la jornada de reflexión olían a rosa y a
puño, echando humo, los SMS de «Aznar de rositas y Urdaci en
los informativos». Hoy es el primer aniversario del Día del
Pásalo y nadie lo recordará. Desde noviembre de 1936 nadie le
había sacado tanto provecho político en Madrid al verbo pasar.
El «pásalo» de 2004 fue como el «no pasarán» de La Pasionaria
por Radio Madrid en 1936. Cambió la conjugación del verbo
pasar, Radio Madrid era la SER y los moros de las tapias de la
Casa de Campo, la alianza de civilizaciones. Pero aquel sábado
de infamias fue una reconstrucción malvada del enfrentamiento
de las dos Españas del «no pasarán». Sólo que ahora pasaron.
Pasaron a gobernar.
El único que se ha atrevido a recordarlo en el primer
aniversario del Día del Pásalo, aparentando despiste, con cara
de Forges y texto de Forges, ha sido Carlos Bustelo, con
ocasión del traslado a BCN de la CMT, ¡toma ya siglas! Bustelo
ha mentado la soga en casa del ahorcado: «Estos chicos que han
llegado al Gobierno inesperadamente, por accidente, están poco
preparados.» Bustelo llama accidente a 192 asesinados.
Naturalmente, a sus palabras les han dado el habitual apagón
informativo. La red eléctrica de la verdad no está preparada
para soportar estas cargas. Por eso nadie celebra este
tristísimo primer aniversario del Día del Pásalo, gracias al
cual el poder pasó a quienes no se esperaban que les fuera a
tocar el gordo. Gordo que, como siempre, estaba muy repartido.
Entre los que no se lo esperaban, los comunistas y los
separatistas catalanes.
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