|
-
Conocen
el topicazo lorquiano, ¿no? Cuando se habla del sustrato
romano de nuestra cultura se suele citar: «Aires de Roma
andaluza». Ahora en la Roma propiamente dicha, en la Roma más
Roma de todas las Romas, en el Vaticano, se está escribiendo
ese verso al revés: «Aires de Andalucía romana». A efectos
eclesiásticos y por descontado cofradieros, el Vaticano se
pronuncia Roma. Un ejemplo de habla cotidiana:
-Eso lo tiene que aprobar Roma, por eso se lo hemos dicho a
Javierre, que tiene allí mucha mano. Como su hermano es
cardenal en Roma...
Javierre hasta es capaz de encontrarte un hotelito barato en
Roma, ahora que está aquello de peregrinos hasta la corcha. El
querido cura Javierre, el Camará de Sor Angela, el Pulpón de
Sor Angela, se mueve por el Vaticano como su hermano el
cardenal por su casa. Gracias a su apoderado Javierre debutó
Sor Angela como beata en Sevilla y tomó luego la alternativa
como santa, que se la dio Juan Pablo II en Madrid. Hasta para
los asuntos de la corte celestial quien no tiene padrinos, no
se bautiza, y la canonización fue como el epílogo que Javierre
puso a su biografía de la «Madre de los Pobres». Como Maese
Rodrigo está a los pies de la Virgen de la Antigua en la
pintura de la capillita de la Puerta Jerez, habrá que
representar un día a Javierre en un rinconcito de la
iconografía de Sor Angela.
Pero íbamos por Roma. ¡Aire, que allí hay ahora aires de
Andalucía! Valgan unos apuntes. ¿Vieron el traslado solemne
del cuerpo del Papa desde la Clementina, una sala con nombre
de naranja, a la basílica de San Pedro? ¿A que le faltaba una
cosa? ¿A que le faltaba una buena banda y esa marcha? Le
faltaba «Quinta Angustia», la marcha que tocó la música de la
Guardia Real en el entierro del Conde de Barcelona. O le
faltaba «Amargura», que los clásicos seguimos diciendo en
singular, porque «Amargura» no hay más que una. En el Vaticano
tiene que haber un prioste que lo disponga todo con esa
perfección cofradiera. Sólo un diputado mayor de gobierno sabe
poner en la calle un cortejo tan perfecto. ¿No vieron ustedes
que delante hasta iba un tío así como con un palermo y mirando
mucho el reloj, para no dejar minutos en campana, en la
campana funeral del Vaticano? Un cortejo religioso con esa
grandiosa solemnidad sólo se sabe organizar en Andalucía o en
Roma. En la Roma que Andalucía lleva dentro y en la Andalucía
que Roma encierra.
-¡Si hasta los guardias suizos parecían armaos con las plumas
teñidas de colorao con fuchina!
Y luego, la bulla. La bulla soberana. La bulla que hace verdad
lo que dicen los latines del Senatus: «Senatus Populusque
Romanus». Más Populus que Senatus, claro. Pópulo es una
palabra tan nuestra, que en Andalucía hasta tiene barrios y
tradiciones. Barrio gaditano del Pópulo. Cárcel sevillana del
Pópulo, donde los presos cantaban saetas a la Esperanza y
donde Font de Anta se inspiró para «Soleá, dame la mano»,
himno oficial del Populus Baeticus, del pueblo andaluz hecho
bulla soberana. ¿Y las colas? ¿Habrá algo más nuestro que las
colas de Roma? Si parecen las colas de la Expo del 92... ¿No
están acaso los de la bulla haciendo cola para entrar en el
pabellón temático de la muerte del Papa? A esa bulla de la
Conciliación la conocemos. Es una bulla de toda la vida. Vía
Concialiazione o Vía Marciala de Utrera, ¿qué más da? Bulla de
Amargura en Sor Angela, bulla de Arco en Viernes por la
mañana. Es que estamos oyendo esa bulla:
-Eh, eh, sin colarse, que nosotros estamos aquí desde las
cinco de la mañana...
Tan andaluz es todo, tan nuestro, tan cercano, que a mí nadie
me quita de la cabeza que todo este rito funeral del Papa lo
ha organizado Javierre, con el Cecop de allí de Roma. Le está
saliendo tan perfecto como lo de Sor Angela. Tan andaluz y tan
nuestro, que Javierre hasta tiene un Mienmano en Roma...
Recuadros de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|