Qué
bonita es mi niña.- «La otra noche dormitaba/Pantoja
en comisaría,/ y los almendros lloraban,/ y los
almendros lloraban,/ qué judicial tropelía./ Qué
penita de mi niña, /que penita porque duerme/ en
un calabozo oscuro,/ porque un juez mandó
prenderle./ Qué penita de mi niña,/ qué penita
porque duér.../ en un calabozo oscuro,/ que así no
piensa la gente,/ ayay, ayay, piensa la gente./
Jugaban al escondite/ Zeta Pé con los maderos,/ Y
los almendros miraban,/ y los almendros miraban/
por ver este desafuero.../ Qué penita de mi niña,/
qué penita porque duerme/ en un calabozo oscuro,/
que hay un juez que quiere verle./ Qué penita de
mi niña./ qué penita porque duer.../en un calabozo
oscuro, / y al Otegui, ni toserle,/ ayay, ayay,/ y
al Otegui, ni toserle.»
Marinero de luces.-
«El blanco patrullero con luces azules de la
Policía/ que llegó hasta La Pera en la noche
oscura/ a por mí venía./ Y brillaban sus luces con
siete maderos y salí pá fuera,/ y quedó allí mi
Agus y quedó Doña Ana,/ llorando en La Pera./
Olvidaste que yo, que no paso ni una,/ lo estaba
esperando,/ lo anunció Zapatero en un mitin lo
dijo, / largando, largando, / que así llega la
muerte/ por esa boca al pez./ Y el blanco
patrullero entre mil paparazis cruzó la autovía,/
me dejó a mí tirada en esta cuneta/ mi amigo
Zarrías./ Arrieros que somos yo ya te lo aviso y
es largo el camino,/ porque un día de éstos,
preparadse todos,/ de la manta tiro.»
Hoy quiero
confesar.- «Hoy quiero confesar que ya he sido
imputada/ por lavar los dineros con detergente,/
total, por ser muy limpia y aseada,/ y por dejarlo
todo reluciente.../
Hoy quiero confesar
que estoy hasta la peina/ de servir a estos tíos
de un humo de cortina,/ pá que hablando de mí
nadie diga que España/ se ha rendido cobarde a la
ETA asesina,..»
Trece de Mayo.- «Ay,
tres, ay, día tres de mayo/cuando me encontré
contigo, / calabozo malagueño,/ ni que fuera un
asesino. / Y las horas que allí estuve,/ que yo sé
bien lo que digo,/ esperando que el juez Torres/
se dignara hablar conmigo./ Maldita sean las
leyes/ que mi perdición han sío,/ qué solita
estaba yo/ en aquel calabocito,/ mientras que hay
tantos etarras/ más libres que mis suspiros.../
¿Quieres que vaya descalza? / Los Manolos yo me
quito./ ¿Quieres que me abra las venas?/ Toma mi
grupo sanguíneo. / Haré lo que se te antoje,/ pero
ruedas de molino/ no me des en comunión,/ que eres
agnóstico, tío. / Que pá ti yo he sío un clínex,/
mira qué bien te he servío,/ en el día tres de
mayo,/ cuando me encontré contigo,/ calabozo
malagueño,/ lo quiso Conde Pumpido».
Embrujá por tu
querer.- «Ando medio loca imputá por ZP/ noventa
mil euros yo he pagado del tirón/ libertad con
cargos he podido yo obtener,/ y así me he librao/
de ingresar en la prisión./ Total, por ese
dinero,/ no sé por qué dejaría/mi un bolso en ese
ropero,/que lo abrió, que lo abrió la Policía./ Y
a ti se te ve el plumero,/ y a ti señor Zapatero,/
lo que quieres es ya lograr/ que ETA-Batasuna se
la pueda allí votar,/ que ETA-Batasuna se la pueda
allí votar".
Cárcel de oro.-
«Cuando tú me detuviste no era más que una
gitana,/ con un traje de volantes pá tapar tu
indignidad,/ y me vi por Zapatero de la noche a la
mañana/ durmiendo en comisaría lo mismo que un
criminal./ Pero a mi desde el principio me
agobiaba la estrechura,/ me agobiaba aquel
encierro que salió en televisión,/ y la noche de
mis ducas le sirvió a algún caradura/ pá que
tapara mi trena su cobarde rendición./ Lo que dijo
Zapatero, yo espero/ que nadie vaya a olvidar, /
porque dijo el embustero, no quiero/ sus palabras
recordar.../ Abre puertas y cerrojos que me dé la
luz del sol,/ yo en la trena, y está libre/ el que
mató a veintidós./ A mi mare yo le imploro,/ y la
lloro,/ cómo me tienen a mí,/ y Juana Chao está
allí/ ganando su Concha de Oro.»