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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Cobardes balcones de Sevilla

Y eso que Chaves no quería venir a Andalucía, con lo cómodo que estaba en Madrid de ministro de Trabajo. Ya lleva diecisiete años en el machito y quiere estar cuatro años más.
- Pues anda que si llega a querer venir...
El que fue Candidato a Palos ha creado lo que no lograron ni Fernández Viagas con su buena voluntad y su escasez de medios; ni Escuredo con la filfa de su huelga de hambre y su reforma agraria; ni Borbolla con su vertebración de Andalucía y su California de Europa: un régimen.
-¿Me permite un inciso sobre Borbolla?
-Venia concedida.
-Borbolla es nuestro Bono. Socialista procedente del PSP de Tierno, como Bono; católico, como Bono; que tras ser apartado del poder larga criticando, pero que con sus actos hace completamente lo contrario, como Bono. A quien no le amarga el dulce de un puestecito, una fundación, un despacho, una cosa, como Bono. Borbolla larga por lo bajini de la Junta, como Bono del gobierno de Madrid; pero a la hora de la verdad, ahí lo tiene usted: junto a Chaves, tocándole las palmas más que nadie en su proclamación como candidato..
- Se equivoca usted. Había uno que tocaba más las palmas que Borbolla: el flamenquito El Pipa, que estaba allí para preguntar a Chaves el clásico «¿qué hay de lo mío?» y pedir más subvenciones.
Hecho el inciso de la venia, continúo diciendo que hay que ser muy torpe para estar 17 años en el poder, en el mismo sillón, y no crear un régimen.
Chaves ha creado un régimen de entramado de intereses a la antigua usanza de la Restauración. Eso lo ha heredado de Borbolla. No de don José Rodríguez de la Borbolla y Camoyán, sino de don Pedro Rodríguez de la Borbolla y Amoscótegui de Saavedra, el bisabuelo, cacique liberal de Sevilla. Aquel Borbolla daba «un puro y un duro» a sus votantes, pero de su bolsillo. Chaves se lo da... con dinero público. Borbolla mandaba desde el sillón de su tertulia en la calle Sierpes, donde la gente iba a pedirle cosas por la cara, como El Pipa. El sucesor del bisnieto de Borbolla manda desde su sillón de la Casa Rosa, mientras le están vaciando enterito San Telmo, porque sabido es que todos los regímenes necesitan grandes obras públicas farónicas y palacios que representen su poder. Con el régimen que ha montado en Andalucía, Chaves tiene subvencionado o en nómina hasta al PP sociológico. Que a la hora de las urnas se acuerda de las subvenciones y de los contratos de su empresita, y del empleo de la niña, colocada en la Junta, y del negocio del yerno, proveedor de una Consejería y que ya va por yate y casa en Sotogrande. Y ¿qué va a hacer esa derecha andaluza, que en esto sí que es inmovilista? Pues votar a Chaves. En Andalucía hay mucho voto vergonzante del PSOE en la derecha: el voto del estómago y de la cartera.
A esta derecha sevillana inculta, acomodaticia y trincona le van los regímenes y le sientan mal las libertades. Le fue divinamente con el régimen de Franco y le vuelve a ir de cine con el de Chaves. Es la que ayer no se atrevió a poner la bandera en el balcón, no fuera a ser que el vecino que trabaja en la Junta largara y le quitaran los fondos europeos que cobran por el campo, y despidieran a la niña en eso de Zarrías donde está colocada. Son los que me los encuentro en los sitios, y me dicen:
- ¡Muy bien, sigue dándoles caña!
Si no tuviera educación, en vez de con una sonrisa les respondería diciendo:
- Sí, para que tú sigas haciendo con ellos los grandes negocios, so mamón, que bien calladito estás, trincando de la mangoleta.
Ahora Chaves promete guarderías gratis, 400.000 empleos, pisos. La Biblia en pasta. Da igual lo que prometa. En el régimen tiene su perpetuaciòn en el poder. Uno de los pilares fundamentales de su régimen es esta derecha encantada de haberlo conocido. Así que hasta los 40 años que suelen durar los regímenes que apoya esta lamentable derecha sevillana de los intereses, desentendida de las libertades, ya me contarán lo que nos queda de Chaves.
Yo tenía pensado para hoy un artículo precioso sobre las banderas en los balcones. Hasta con versos: «Qué bonita está Sevilla/con las banderas de España/coloradas y amarillas». Pero después de ver las poquísimas banderas que había ayer en Sevilla, comparadas con las que pusieron y sacaron en Madrid, tengo que decir: anda que no nos queda ná de Chaves ni ná...
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