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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Vuelve a casa por el Solsticio

CUANDO Carmen Calvo dijo que el Rocío era «la explosión de luz de la cultura del Mediterráneo», estando además la ermita de la Blanca Paloma de Almonte exactamente a 15 kilómetros del Atlántico, creí que el récord de chorradas de los progres para no mentar nada cristiano había llegado a marcas imbatibles. Estaba equivocado.
Pues ha habido un tío de Izquierda Unida, un Hugo Chávez a la sevillana y con cachimba, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, el socorrido socio de los socialistas, el que en plan Carod los tiene cogido por la entrepierna con el préstamo de 30.000 votos mal contados que le quitaron la alcaldía al partido más votado, que fue el PP... Ha habido un tío con un apellido que aunque le pese es muy cofradiero, pues se llama Torrijos, que son las cuaresmales torrijas dichas en términos no sexistas y sin discriminación de género, torrijas y torrijos (como ciudadanas y ciudadanos), que ha batido la marca de Carmen Calvo. Refiriéndose a las iluminaciones callejeras que ponen los ayuntamientos con los renos de Papá Noel y los abetos de Santa Claus, tan españolísimas (por los cojones), con tal de no pronunciar la palabra «Navidad», que como saben es facha, carca, reaccionaria y cavernícola, acaba de lanzar su sinónimo políticamente correcto. Que es, apunta, nene: «La fiesta del Solsticio de invierno».
-Es que este tío es tan antiguo que se ha proclamado marxista con todos sus avíos.
- Sí, pero un marxista de almanaque, del sector de don Mariano del Castillo: marxista de Almanaque Zaragozano.
Y cursi. Yo creía que, ido Julio Anguita, la cursilería había desaparecido en IU, pero no: sigue. Se necesita ser cursi para llamar a la Navidad «la fiesta del Solsticio de invierno». Y si Torrijos con la torrija progre llama a la Navidad «la fiesta del Solsticio de invierno», no quiero ni pensar qué le dirá al día de los Reyes Magos. Por lo de Reyes, claro, no por lo de magos. ¿Será fiesta de los presidentes de la República Mágica de Oriente, acaso? ¿O Alianza de Civilizaciones de Oriente con Incienso y Mirra, para mentarle sus castas todas al del oro, que naturalmente es Bush?
Lo malo es que estas cosas empiezan así, como si fueran de cachondeo, con la cursilería de un comunista de la estricta observancia que se quedó atontolinado cuando le cayó encima el muro de Berlín, y acaban luego en lo que terminan: en el Boletín Oficial. Piensen que empezaron con las «parejas de hecho» y ya vamos por el matrimonio homosexual, que a este paso puede que incluso lleguen a declararlo obligatorio, pues lo que les pide el cuerpo es un Stalin y un Archipiélago Gulag para los que no pensamos como ellos. Empezaron con la Memoria Histórica y, ya ven, amenazan con poner otra vez una línea de transporte colectivo obligatorio para los que pensamos de otra forma, que nos lleve directamente, y sin viaje de vuelta, al cortijo del Marqués de Paracuellos.
No se rían, que empiezan así y luego, vía tripartito, vía apoyo parlamentario al PSOE, acaban en el BOE, que rima, las que al principio parecen chorradas, pero que terminan siendo dogmas infalibles de lo políticamente correcto. Y nada te digo si además el Papa Al Gore lo dice en una encíclica sobre el cambio climático.
Así que váyanse haciendo a la idea de que habrá que revisar toda la reaccionaria cultura navideña, incluida la publicidad consumista. La palabra Natividad del Señor, prohibida. Aquí de Natividad, ni Nati Abascal ni Nati Mistral: nati, «solsticio de invierno» que te crió. El turrón debe modificar su anuncio: «Vuelve, a casa vuelve, por el Solsticio de invierno». Prohibido que las muñecas de Famosa se dirijan al Portal; las muñecas de Famosa, al Solsticio de invierno, como está mandado. De «Navidad, Navidad, dulce Navidad», nada: «Solsticio, Solsticio, dulce Solsticio». Y los peces, que no beban en el río, que les hacemos la prueba de alcoholemia. Y el villancico, ya saben: «Esta noche es el Solsticio/y mañana es el invierno,/saca la bota, María,/pá mandá a este tío al cuerno»...
Vale, aceptamos «solsticio de invierno» como animal de compañía de la imbecilidad de los progres. Pero en términos no sexistas y sin discriminación de género: solsticio y solsticia, que rima con la estulticia de Torrijos con la torrija. Como decimos en Cádiz: ¡qué polvorón con el Solsticio!
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