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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Los falsos antifascismos

ESTO no es por obra de la Memoria Histórica dichosa. Esto es peor. Me refiero a esta interesada y artificial reinvención del fascismo y de los antifascismos a la que estamos asistiendo en España. Fascismos y antifascismos más falsos que los zarcillos de La Contenta, que eran dos serpentinas, como decía Rocío Jurado. Nos quieren hacer creer que esto es como si César González Ruano fuera a estar otra vez de corresponsal en Berlín o en Roma, enviando crónicas espléndidamente plumeadas sobre noches de cristales rotos y procesiones de antorchas de camisas pardas o negras. Y que aquí se va a celebrar de un momento a otro el Congreso de Intelectuales Antifascistas, en Valencia o en el cementerio de la Almudena mismo, con ocasión de cierta lamentable bandera anarquista cubriendo y manipulando algo tan completamente serio como un golpe de ataúd en tierra.
¿Pero dónde está el fascismo, dónde los partidos totalitarios que llamen a rebato, dónde las masas que en tropel digan que el mejor destino de las urnas es romperlas para adoptar la dialéctica de los puños y las pistolas? Al menos el fascismo histórico. Porque las formas actuales de fascismo sí sabemos de sobra dónde están: en la ETA mismo, o en los partidos separatistas radicales, los que imponen el miedo, los que pintan dianas por las paredes. Mas no es contra ese fascismo contra el que se manifiestan y contra el que se movilizan los que se llaman a sí mismos «antifascistas», reescritura aproximada de los mismos residuales radicales del «Nunca Mais», del «No a la guerra», del «Asesinos», de la tópica consigna totalitaria estampillada en una pegatina hecha grito de guerra contra quien no piense como ellos.
En este Fascismo de la Señorita Pepis y este Antifascismo Nintendo que se han inventado, quizá no haya nada más fascista que el propio antifascismo. Que les está dando el mismo avío que les dio el chapapote del «Prestige» o la guerra de Irak. Los mismos voluntarios para limpiar la brea de la Costa de la Muerte son los que ahora se echan a la calle en busca de fascistas, especie afortunadamente en trance de desaparición, residual. Quedan gracias a Dios casi tantos fascistas como dinosaurios.
En cuanto a los pregonados antifascistas, que no me vengan con cuentos. Todos somos antifascistas. Todos los que defendemos una libre opción política y nos encanta que cada cual haga lo propio con la suya, sin que nadie te ponga una pistola al pecho (o en la nuca) por defender, un suponer, la bandera de España en las Vascongadas o por hablar la lengua castellana en Cataluña. ¿Pero qué saben estos niñatos lo que es el fascismo de verdad? ¿Lo han sufrido, acaso, en el Tribunal de Orden Público, como otros lo padecimos por pedir las libertades durante la dictadura? Y si tan en contra del fascismo están, ¿por qué no levantan la voz y utilizan todo ese aparato de autoconvocatorias por SMS contra los verdaderos fascistas de nuestro tiempo, contra los verdaderos dictadores totalitarios, contra la ETA, contra Hugo Chávez, contra Fidel Castro, contra esa China donde cuanto más sube el PIB más bajan los derechos humanos?
Ah, no, eso no interesa. Eso no puede ser identificado con nada de la España liberal, sino todo lo contrario. Se trata, lisa y llanamente, de reinventar un fascismo de guardarropía para soliviantar a unos antifascistas de diseño, que junto con los radicales del verde ecologismo, los que defienden el matrimonio entre personas del mismo sexo, los partidarios de la III República incendiarios de fotos, los amiguitos de los etarras e islas adyacentes, los maurófilos y otras catorce o quince posturas radicales ante la vida, suman entre todos, sumados y convenientemente movilizados, ese millón o millón y medio de votos que aquí en España puede dar la victoria electoral a quienes aparecen reiteradamente en el empate en La Condomina de las encuestas del CIS. Se trata de coger pan para rebañar votos en la nutricia olla de menudo de la demagogia, como la otra vez lo mojaron en la sangre de la guerra de Irak y de las bombas de Atocha. Que no me vengan con cuentos. Si lo que de verdad quieren es luchar contra el fascismo, esos cojones, contra la ETA, contra Fidel Castro y contra Hugo Chávez... Pero, claro, eso no les da votos a ellos. Que es de lo que se trata.
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