Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


40 años de libertad

 
HACE ya años, estábamos una noche en una reunión donde había bastante progres viejorros. Hablaban de sus recuerdos de Mayo del 68. Contaban sus batallitas. Y, mire usted por dónde, resulta que todos, absolutamente todos, en el famoso Mayo del 68 (ay, qué casualidad, como la guerra mundial de El Peña) no estaban ni en Sevilla, ni en Madrid, ni en Alcalá de los Gazules, que también es sitio donde se podía estar muy dignamente aquel año: todos estaban en París. Y no en cualquier sitio de París, sino en el mismísimo Barrio Latino. Y no de cualquier manera, sino corriendo delante de los gendarmes. Vamos, como los que presumen de haber corrido delante de los grises, pero en francés, que queda más progre.
Callaba y jamaba partida. Y cuando me preguntaron que dónde estaba en Mayo del 68 y delante de qué guardias había corrido, largué:
— Pues yo en Mayo del 68 no estaba en París, ni en Madrid corriendo delante de los grises. Yo en Mayo del 68 estaba en Cádiz, viviendo las Fiestas Típicas de la época, que era la mejor forma andaluza de pedir lo imposible: nada menos que la Libertad en su propia Cuna. Y no corría delante de los guardias, sino detrás de un bombo y una caja en cuanto se escuchaba el tatachín del pasacalle de una chirigota camino de la Peña La Estrella...
Se quedaron todos de piedra. Exactamente, de Quince Piedras. No porque anduviese en Cádiz, sino porque era el único que decía la verdad. Ellos habían estado en el Mayo Francés de ojaneta de la Caleta; yo, junto a la Caleta sin ojaneta, pero con falseta: la del tango del coro del Quini y del coro de Puerto Real, los dos únicos que salían.
¿No decía Lorca que el coñac de las botellas se disfrazó de noviembre para no infundir sospechas? Pues en Cádiz la libertad del Carnaval de febrero se disfrazó de mayo y de Fiestas Típicas, para no infundir sospechas. Y hubo allí en Cádiz aquel Mayo del 68 un muchacho que por vez primera sacó su comparsa. Un niño de la calle San Vicente, de la Cruz Verde. Su padre trabajaba en El Dique. De chiquillo se iba a El Gavilán, a escuchar a Agüillo, a los mayores genios del Carnaval. O se iba tras el bombo de «Los Julianes» de Paco Alba. Aquel año, por fin, convenció a otros chavales, formó su agrupación, ensayaron un repertorio, con aquel pasodoble de denuncia: «El tanguillo gaditano/se está perdiendo/y es una pena...» Le puso a su comparsa «Los mayordomos». Iban cortitos de presupuesto, mas largos de ilusiones. A Cádiz le acababa de nacer un poeta, que en aquel concurso sin Canal Sur que gracias a Dios no era conocido más allá de Cortadura, iba a competir con los grandes, a los que siguió teniendo humildemente como maestros: Paco Alba, Villegas, Fletilla, Campos. «Los mayordomos» salieron y compitieron en el teatro, apunta, nene, cualquier cosa, con «Los senadores romanos» de Paco Alba, con «Los Ceporros» y con «Los Guachisnais»: tuti contenti, tragati embuti, nati juannaja, quédate en Cai. Y Cai se quedó con la preciosa melodía de la copla de aquel muchacho que sacaba por vez primera una comparsa: «El tanguillo gaditano/se está perdiendo...»
Aquel muchacho se llama Antonio Martín. Lo conocí aquel Mayo del 68. Yo iba como enviado especial de ABC a informar de las Fiestas Típicas. Se celebraba en la terraza de Pepiño, en El Anteojo, frente a la maravilla de la mar de la Bahía, el Homenaje al Comparsista. Alguien le pidió a aquellos chavales que cantaran lo del tanguillo gaditano se está perdiendo y es una pena. Lo cantaron. En el año de «Los senadores» y de «Los guachisnais», lo que pidieron en el Homenaje al Comparsista fue que la comparsa de Antoñito Martín cantara su pelotazo en forma de pasodoble. El concejal de Fiestas, Vicente del Moral, me lo presentó allí mismo. Me dijo:
— Este muchacho es el que ha escrito lo del tanguillo gaditano, a ver si pones algo en el ABC...
<TB>Hace 40 años que lo estoy poniendo. Que si le tengo puesto el nombre de Cádiz a la Libertad, a las coplas que la cantan le tengo puesto el de mi compadre carnavalesco Antonio Martín. Desde aquel Mayo Gaditano... y un mojón pal Mayo Francés. Cómo será de grande la obra de Antonio Martín, que dices 40 años y los 40 años no te suenan a dictadura. Porque son 40 años cantando a la Libertad en su propia cuna.
 
Articulos de días anteriores
Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 


Correo Correo


Clic para ir a la portada  

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés




 

 


 

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio