No sé si esa letra de campanilleros de «Ya vienen los Reyes por el Arenal» es sevillana o no. Si se trata del Arenal de Sevilla y olé, o si es un arenal de Oriente por donde van hacia Belén los Tres Reyes. Total, si son Los Tres Reyes, debe de tratarse del Arenal de Sevilla. Los Tres Reyes era un bar que estaba en Reyes Católicos, justamente en el camino del Arenal, aunque ahora quede allí un solo Rey: el Rey del Pollo Frito. Cogían los Tres Reyes del taurino bar por Pastor y Landero y en un periquete llegaban al Arenal para adorar al Niño en el portal de Belén de la capilla del Baratillo, donde está el mismísimo Patriarca Señor San José, regalo de Pepe Hillo.

Sea como fuere la verdad de ese villancico, la realidad imita al arte. Vuelve a imitarlo. A los niños viejorros nos ha hecho mucha ilusión que anuncien que los Reyes Magos volverán al Arenal propiamente dicho: que la Cabalgata saldrá en 2010 de la plaza de los toros. Abriendo boca y abriendo plaza, de allí saldrá este año a caballo el Heraldo Real para ir al Ayuntamiento a pedir la venia. Lástima que el heraldo no sea mi admirado Rafael Peralta, porque así podría añadir un dato más a su curioso Libro Guinnes Personal de Récords de la Puerta del Príncipe. Rafael Peralta ha sido el único torero que en la misma tarde de corrida ha entrado y ha salido por la Puerta del Príncipe. Ocurrió un día de Feria, con la circulación atascadísima en el Paseo Colón, que iba Rafael, tardísimo, en el cochecuadrillas hacia la plaza para hacer el paseíllo. Apuradísimo de tiempo, casi para dar las cinco y media, el coche no podía avanzar para entrar hacia Adriano, Antonia Díaz e Iris. ¿Y qué se le ocurrió al genial Rafael? Pues decirle al chófer que siguiera por el Paseo Colón, y que lo dejara ante la Puerta del Príncipe. Se bajó allí, cruzó el Paseo, y se presentó, sin entrada, claro, en la Puerta del Príncipe:

—Buenas, que toreo esta tarde, vengo a hacer el paseíllo y voy apuradísimo de tiempo.

Y por el callejón, corriendo, se fue hacia el patio de caballos, montó en el suyo justo cuando empezaba la banda a tocar «Plaza de la Maestranza», e hizo el paseo. Y estuvo tan bien, que le cortó las dos orejas, por lo que se ganó salir por la Puerta del Príncipe. Razón por la cual, Rafael proclama en su Personal Libro Guinnnes de los Récords:

—Salir por la Puerta del Príncipe han salido muchos toreros, pero yo he sido el único que ha entrado primero y salido después por la Puerta del Príncipe en el mismo día.

Si Rafael Peralta hubiese sido Heraldo este año y no hace varios, hubiera podido añadir a sus marcas la muy especial de ser el único rejoneador que ha salido por la Puerta del Príncipe... con caballo y todo. Porque me imagino que el Heraldo saldrá de la plaza por la Puerta del Príncipe. El primer caballo que sale por la Puerta del Príncipe. Lo que no logró ni el famoso «Cagancho», ni la «Espléndida» de Don Álvaro.

¿Saldrá el jinete como heraldo? Creo que no: será más alguacilillo unipersonal, como uno solo de los hermanos Zulueta, que hará el despeje no sólo para la Cabalgata de este año, sino especialmente para el venidero. En que, para gozo de nosotros, los mentados niños viejorros, se anuncia que volverá a su Belén, adonde nació, donde José María Izquierdo fue el ángel que anunció paz y juguetes a los niños que han sido buenos: a la Plaza de los Toros. Algunos, muy chicos, acertamos a verla salir desde allí todavía. Una Cabalgata con las chirimías de los Regulares de Ceuta y con muchos soldados a caballo, vestidos como hoy los beduinos. Una Cabalgata muy pobre, que salía del Arenal, cogía por García de Vinuesa y seguía por la Avenida hacia Tetuán. Una Cabalgata de la que los niños viejorros que me lean recordarán las recuas de borriquitos con sus angarillas cargadas de juguetes. Yo le pido a Baltasar 2009 no sólo que ceda la plaza a partir de 2010 para que la Cabalgata vuelva a sus orígenes, sino que, ya que de Real Maestranza de Caballería se trata, patrocine para esa vuelta a la plaza de los toros algo tan nostálgico y enternecedor como la recuperación de una simbólica recua de borriquitos con las angarillas cargadas de juguetes, como en el villancico, porque ya vienen los Reyes por el Arenal y a los niños viejorros, como hemos sido buenos, nos van a traer la ilusión de que todavía tenemos seis años. Ojalá.