Cuando en el memorable y ya olvidado 15-J un sunami de beticismo inundó la Plaza Nueva al grito de «Lopera, vete ya» (y Lopera no se fue), muchos pensaron que cuánto esfuerzo baldío y que pobre ciudad, pobre ciudad, en plan alcalde García de Vinuesa en la Piedra Llorosa, que se echaba a la calle por el descenso a Segunda del Glorioso, pero no se inmutaba por la nueva destrucción de Sevilla, por el acoso al comercio tradicional, por el acorralamiento peatonal de los vecinos del casco antiguo o por tantos problemas locales, por no hablar de los nacionales de la crisis y del paro.

—Vaya tela de parrafito sin un solo punto que se ha marcado usted. Hijo, no sé cómo no se asfixia con esos periodos tan largos.

No, la que se asfixia con la crisis es nuestra España. Pues viendo nuestro desembarco en la Normandía de la Sirenita de Copenhague, pienso sin Piedra Llorosa que pobre nación, pobre nación, que sólo se une y moviliza ante acontecimientos deportivos, del mismo modo que la bandera roja y gualda sólo puedes ondearla sin que te llamen facha cuando juega La Roja. Me ha dado envidia e indignación lo de Copenhague de ayer, y me imagino que más lo de hoy, cuando los Talluditos Niños de San Ildefonso del COI saquen del bombo la bola con el nombre de la ciudad a la que le ha tocado el 2016, que tiene número de gordo de la lotería de Escámez, cuando cayó en La Europa y había más participaciones vendidas que décimos que las respaldaran.

Envidia porque encuentro un eco nacional a favor de Madrid (al que naturalmente me sumo) que no tuvimos quizá cuando Sevilla aspiraba a lo mismo, cuando el «fagamos un Estadio Olímpico tal que los siglos venideros nos tomen por ilusos». Madrid me da envidia por su capacidad de movilización, con el yerno de Utrera Molina a la cabeza. Pero, como muchos criticaban en el 15-J bético, me indigna que esta movilización general de la nación se haya logrado para los Juegos Olímpicos y en cambio no se haya conseguido para luchar contra la crisis y contra el paro, que nos hace más falta. Como Caracol el del Bulto: esos Co...penhagues, echadlos a la crisis. Seré un iluso, pero me imagino la maravilla que sería que España entera se uniera como se ha unido para pedir que le toque hoy a Madrid la Olimpiada. Que el Rey, el jefe del Gobierno, el de la oposición, las autonomías, los ayuntamientos, las diputaciones, la patronal, los sindicatos, la sociedad civil, todos, aparcaran sus naturales diferencias y sus legítimas disensiones e hicieran un Pacto Nacional contra la Crisis del mismo modo que se han unido para pedir en Copenhague el 2016 para Madrid.

¿Se imaginan esa unión por tal pacto, con ZP y el de las chuches hombro con hombro, con toda España atrás arrempujando, para que saliéramos cuanto antes de la ruina que tenemos en todo lo alto y de la cruel estadística del paro? Y con la sociedad civil detrás. Igual que Raúl e Induráin serán hoy en Copenhague los mascarones de proa de este galeón de sueños, ¿se imaginan a Berlanga, Pérez Reverte, Antonio López, Curro Romero, Moneo, Plácido Domingo, Julio Iglesias y lo más florido de las artes y las letras dando la cara como símbolo del pulso vivo de una sociedad puesta en pie?

Deseo fervientemente que Madrid se lleve hoy en Copenhague el gato al agua, que por algo a los de Madrid les llaman gatos. Entre otras cosas, egoístamente como sevillano, para que la Olimpiada nos quede a dos horas y cuarto de Ave, que algo nos caerá. Y sobre todo para evitarle a Madrid, que vive un sueño, aquel mal despertar que tuvo Sevilla cuando comprobó que el clavel que me diste como escudo de su candidatura olímpica lo tiré al pozo. Que el sueño era la pesadilla de un clavel chuchurrío en forma de inútil y carísimo Estadio mal llamado Olímpico.