Sí, «Voces del Tendido», se llamaba una sección de la revista «El Toreo» de Enrique Vila en Radio Sevilla, cuya memoria en la «Revista de Feria» que entregó ABC como facsímil nos ha rescatado su hija, la historiadora y académica Enriqueta Vila Vilar. La sección era de breves noticias y rumores, que empezaban con la frase «Se dice», y se remataban con los versos publicitarios de la bodega de Jerez patrocinadora: «Se dice y es cosa clara/que no hay vino pal copeo/como el Fino Tío Mateo,/¡de Palomino y Vergara!». Uso el nombre de la sección de Enrique Vila a modo de frito variado porque los generosos lectores me envían a redcuadro@yahoo.es sus mensajes en forma de Voces del Tendido y me dan el currelo hecho, alivio en el veraneo que no saben cómo les agradezco.

La odisea de tomar café.- «Será porque esta semana —nos dice don Juan Manuel Gómez Cabrera— he defendido ante el tribunal mi Proyecto Fin de Grado en Ingeniería de Edificación (vulgo Perito Aparejador) que me ha entrado repeluco y esta mañana me he venido de visita guiada a la Fábrica de Tabacos. Pues todo listo, mi novia me recoge en casa a las 10 (somos “mejos”, esto es, de Dos Hermanas), aparcamos con tranquilidad, tomamos café en el bar San Fernando, frente a la reja del Rectorado, y a las 11.30 estamos bajo la Fama trompetera, puntuales para nuestra visita. Pues bien, me encuentro cerrado el bar de marras, y desde allí hasta la esquina del Horno San Buenaventura, frente al Sagrario, no hay un bar que no se llame estarbucs, no haya un nota con una camiseta negra sirviéndote y te pongan una media normal y corriente con aceite y jamón de York sin meterte una estocada propia del Cid, pero no del Cid Campeador, del Cid de Salteras. ¿Tan difícil es tomarse un manchao y media en el centro? O lo mismo es que los bares de desayuno de siempre están escondidetes en los callejones y yo, que soy un cateto, no los he encontrado. En fin...»

Badenes hasta la Sierra Norte.- Don Manuel Rincón ha contado con toda exactitud los badenes que hay hasta Guadalcanal, y que se nos olvidó aforar en un pasado artículo: son 22. Desde la tierra del marquesado de don Antonio Fontán (q.s.G.g.), el señor Rincón nos dice: «Si viene usted a Guadalcanal desde Sevilla saliendo por San Jerónimo, su coche habrá de soportar veintidós badenes (barricadas, les llamo yo), contados uno por uno, amén de las numerosas bandas sonoras o mini-badenes que hace poco tiempo han colocado en Cazalla de la Sierra antes de cada rotonda o cruce. Hay uno en La Rinconada que es “mortal de necesidad” y otro, antes de la rotonda de los pescadores de Alcalá del Río, que es “con doble tirabuzón”. Parece una montaña rusa: badén con bache. Pero, si se fija bien, en El Pedroso (“rara avis”) no hay ninguno. Eso sí, la travesía pide a gritos una nueva pavimentación».

Toros y linces.- «Don Antonio —nos escribe don Antonio Tirado León—, lo que estos tíos y tías pretenden con lo de prohibir la Fiesta Nacional está clarísimo: buscan tener otra mamela igual que con los linces. Si se prohíben los toros, es evidente que ninguna ganadería se podría preocupar de la crianza de tan noble animal. Por tanto esgrimirían que hace falta cuidar al toro bravo, igual que al lince. Venga subvenciones. Total, que por cada toro bravo, 10 ó 12 tíos y tías a vivir del cuento».