Oro, copas, espadas y bastos, ¿no? Bueno, pues Espadas. Y con mayúscula. Es el naipe que ha salido cuando han barajado en el poder municipal y han cortado. La cabeza a Monteseirín. Y han puesto de futuro candidato a alcalde a Juan Espadas. Al Candidato Ikea. Es un candidato por armar: lo dan por piezas y hay que montarlo, no un candidato ya montado y hecho y derecho como Trini Puede en Madrid. Por cierto, hablando de las primarias de Trini Puede y Tomás Gómez. ¿Por qué las primarias son un saludable ejercicio de democracia interna del partido si se celebran en Madrid y aquí en Andalucía dice Griñán lo contrario, que no celebrarlas es un signo de consenso? ¿Por qué el PSOE para elegir candidato en la Comunidad de Madrid hace primarias, y dice que así saldrán quien tenga más posibilidades de ganar, y aquí funciona el dedo, y al alcalde que ha puesto a Sevilla tan de patas arriba que no la conoce ni Hércules que la fundó no le dan la oportunidad de seguir cargándose a la ciudad hasta su total exterminio, y ponen a un señor como Espadas, que a saber qué nuevas perrerías traerá en su programa?

Si no fueran tan soberbios, harían primarias en Sevilla. Para que la gente conociera a Espadas. Al tal Gómez no lo conocía nadie en Madrid. Liaron el follón de las primarias, con Trini Puede como candidata del aparato y Gómez de los militantes rasos, y, ya ven, Tomás Gómez ha salido hasta en La Noria. Ya lo conocen no sólo en Madrid, sino en España entera. Ya quisiera Juan Espadas que lo conocieran en Sevilla como conoce aquí la gente a Tomás Gómez. Aunque ya saben que hay otra teoría sobre los cabezas de lista del PSOE en Sevilla. Aseguran que es tanta la fuerza del aparato, tan compacta la tela de araña de la red de intereses que han urdido, que ponen de cabeza de lista al Risitas y sale.

¿Es bueno o malo para Espadas que no lo conozca nadie? ¿Es mejor que siga tapadito tras las siglas del partido, o que lo saquen a pasear para que lo conozcan? Por lo visto lo han sacado este verano muchísimo. Desde la cúpula del partido le han dicho a Rafael Velasco, el baranda de organización y de los ensortijados rizos:

—Niño, saca a Espadas a pasear...

Mejor que no lo hubiera sacado. Al menos en las declaraciones donde lo ha calificado de «auténtico torbellino de trabajo». Torbellino me suena a lo de Pemán sobre Lola Flores: «Torbellino de colores/no hay en el mundo una flor/que el viento mueva mejor/que se mueve Lola Flores». Lo malo en este caso es la rima de «trabajo»: «Torbellino de trabajo/dicen que el tal Juan Espadas/al alcalde de aquí a nada/lo manda al mismo ca...».

Y el tal Torbellino, siempre según Velasco, ha inventado una nueva fórmula de trabajo. En agosto, «se ha desplazado a zonas en las que veranean numerosos sevillanos». ¿Pero de qué se ha desplazado? ¿Es que se ha metido a chófer de Los Amarillos para llevar domingueros? ¿Pero dónde ha estado este tío? ¿En Matalascañas? ¿En un crucero, que también muchos sevillanos veranean así? ¿Y en qué ha consistido el «trabajo muy intenso» en esas zonas? ¿En vender papas fritas por la orilla de la playa? ¿Fantas fresquitas y cocacolas, acaso? Ya digo, mejor que hubieran convocado primarias en Sevilla, y conoceríamos a Espadas. Pero Griñán lo tiene prohibido. Si a él lo plantaron a dedo en San Telmo, ¿cómo va a consentir que a los candidatos municipales los elijan democráticamente?