Recuerdo la vieja plaza de toros de Vista Alegre en las páginas de «El Ruedo» o del «Dígame» de K-Hito, amarillecidas por la memoria. Aunque tenía un mote como de Infanta de España con poema de Rafael Duyos, porque le decían La Chata, Vista Alegre era como la Segunda División de Las Ventas, donde los novilleretes jugaban la liguilla de ascenso a la gloria, donde a los maletillas les daban la oportunidad que Palomo Linares supo aprovechar como nadie. No conocí aquel viejo Vista Alegre que derribaron, pero sí he ido a los toros en la que construyeron sobre su solar y llaman pomposamente Palacio de Vista Alegre. Será palacio del baloncesto, digo yo, porque a los toros no les hace falta palacio ninguno: un capote movido a compás levanta un Versalles en la arena más polvorienta de un pueblo. Será por lo palaciego, pero Vista Alegre es la plaza de toros más rarita del mundo. La llaman multiusos. Lo de multiusos está muy bien para las navajas suizas, que llevan dentro lo mismo un sacacorchos que unas tijeras o un peine espeso para los piojos. Pero a los toros les sientan mal los multiusos. Cuando vas a los toros en Vista Alegre, como en el mismo edificio hay un Cortinglés, no sabes si vas a ver a El Cid y a Manzanares o a comprar gangas en la Semana Fantástica. Cuando Romero toreó allí, Los del Río le advirtieron:

—Curro, ten mucho cuidado, porque a los que triunfan aquí creo que los sacan a hombros por la planta de caballeros del Cortinglés y les preguntan que si en efectivo o con tarjeta.

No sé si el uso sindical estaba previsto en el proyecto inicial de la vieja Chata. Pero a mí me ha llenado de perplejidad ver Vista Alegre abarrotada de sindicalistas profesionales. Dicen que 15.000 localidades es su aforo. La llenaron. Podían quizá haber llenado Las Ventas, que creo que tiene 25.000. Un día de trabajo, a las 11 de la mañana, los liberados de los sindicatos, esto es, los que no la doblan y cobran por no doblarla, los que si han visto últimamente un martillo ha sido en el escudo del PCE, llenaron Vista Alegre. Tristísimo. Lamentable que el sistema sindical engendre este monstruo de los liberados, estas fuerzas no productivas, estos zánganos del panal de la mamela, estas manos muertas, y además en una economía en crisis y con 4 millones largos de parados. Si Vista Alegre se hubiera llenado de parados hubiera sido trágico. ¿Cuántas plazas de toros se pueden llenar con los parados que hay en España? Pero a Vista Alegre la pusieron hasta la bandera los liberados sindicales, los que viven del cuento de la lucha de clases y de la explotación del obrero. Si esto fuera un vídeo chiquilicuatre encargado por la UGT, diría que es para mear y no echar gota, que se llenen plazas de toros con los de la mangoleta sindical y en horas de trabajo. Pobre España, pobre España, que encima se alegra porque en vez de largar contra Rajoy según la consigna recibida, se pusieran a gritar lo de «Zapatero dimisión», vamos, como si fuera una reunión pija de las Nuevas Generaciones del PP. Sé por qué lo gritaban. Por lo mismo que le dijo Chicuelo a Gitanillo, el día que le dio la alternativa a Manolete en Sevilla, nada más que vio cómo Manuel Rodríguez cogía los trastos que le entregó:

—Compare, éste nos va a poner a trabajar...

Con tanta (falsa) reforma laboral, capaz es Zapatero de poner a trabajar a los liberados sindicales. Y hasta ahí podíamos llegar.