ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


La Muñidora de La Mortaja

Quitando las del jerezano Juan José Padilla cuando viene a matar la corrida de los Miuras en la Feria, en Sevilla hay dos pares de patillas famosísimos: las patillas de Mario Niebla del Toro haciendo fotos para el ABC a grupos de Tiros Largos, y las patillas del muñidor calvo de la Mortaja, con su ropón, su gola, sus calzas, sus zapatos con hebilla y su medalla de la hermandad, tañendo su doble esquila en la tarde del Viernes Santo, fúnebre campanilla que desde hace un par de años no suena al Señor muerto, sino al tranvía pasando por la Punta del Diamante, tolón, tolón.
Como todo pasa y todo llega, a partir de este Viernes Santo ya no tendremos las duales patillas que citadas quedan, y las de Mario Niebla estarán en su escaparate de Sevilla más solas que Daoiz en La Gavidia. El calvo de las patillas ya no saldrá más de muñidor en La Mortaja, porque se ha presentado a hermano mayor y mañana lo eligen, y el Viernes Santo no saldrá como de personaje del Greco en busca de pintor, sino de nazareno, con la túnica de la hermandad y la vara dorada. Me acuerdo de lo del banderillero de Juan Belmonte, cuya respuesta tartajeante comprenderán que la doy yo mejor que nadie:
—¿Cómo puede el muñidor de La Mortaja llegar a hermano mayor?
—De...de...degenerando.
Me entero por J. Gómez Palas en El Correo que el muñidor de La Mortaja se llama don Juan Francisco Guillén, que es abogado y que está desde 1986 dale que te pego a las funerales campanillas. En la misma moda que sustituyó a los costaleros del muelle por cuadrillas de hermanos, La Mortaja cambió el muñidor alquilón, que era un ganapán de los Santizos, por un miembro de la cofradía. Así fue cómo el muñidor de las patillas se hizo famoso. Y ahora habrá de ser él quien se busque sucesor. Guantadas me imagino que tiene que haber para salir de muñidor en La Mortaja. Vamos a ver: Micer Francisco Robles, ¿cuánto daría vuesarced por salir de muñidor en La Mortaja? Es que lo estoy viendo, con esa forzada cara de estaca a punto de romper en carcajada cuando endiquele a don Álvaro Pastor Torres por Sor Ángela: ¡tilín, tilán!
Si de algo vale mi consejo, ruego al hasta ahora ritual señor muñidor del Entierro de Cristo que, por la salud de su niño (y Dios quiera que sucesor), no se le ocurra mirar a Palacio a la hora de buscar sustituto. En las cofradías ha entrado un igualitarismo feminista que parece que la presidenta del Consejo es Bibiana Aído, joé, con tanto mitrado empeño en que desaparezca el tesoro inmaterial de las cofradías como toda la vida, sin señoras, sólo con señores de nazareno, como hasta la fecha La Quinta Angustia, El Silencio y el Santo Entierro. Esas tres cofradías, tal como están, sin que salgan nazarenas, son un tesoro en trance de pérdida. Puro Patrimonio de la Humanidad en peligro. En la Semana Santa nos quedaban las reliquias de dos cofradías con pasos alegóricos (El Decreto y La Canina) y otras tres sin nazarenas. A ese tesoro inmaterial pertenece el muñidor de La Mortaja, como los sediaris del Silencio o los mercedarios de Pasión. Espero, como digo, que el muñidor de las patillas, ya con la vara dorada de hermano mayor en la mano, haga lo que debe y no siga la dictadura del hembrismo (no es feminismo, es hembrismo), y que no haya muñidora en La Mortaja. No por nada, sino porque como en La Mortaja salga una muñidora en vez de un muñidor, en lugar de ir de personaje de Cervantes van a tenerla que vestir Victorio y Luchino.
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