ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Sevilla, modelo de Feria

Son especialistas en la resurrección de las dos Españas que enterraron la concordia de la restauración monárquica del Rey de Todos Los Españoles y la reconciliación de la Transición. Ahí tienen la cantera de votos seguros de las minorías radicales, emberrechinadas por la demagogia contra «los fachas». No les basta con que los españoles nos dividamos en béticos y sevillistas, merengues y colchoneros, periquitos y culés. Han creado las dos Españas de los fachas y los progres. De los que están a favor de excavar las fosas de la guerra y los que prefieren las tres pes de Azaña: Paz, Piedad, Perdón. Han creado las dos Españas de los que defienden el crucifijo en la escuela y los que quieren quitarlo; de los que están a favor de los toros y de los que quieren prohibirlos. Y por si todo esto fuera poco, ahora inventan otras dos Españas: la de los fumadores y la de los no fumadores.
Y como si no hubiese paro; y como si no hubiera déficit público; y como si no estuviéramos a punto de tener que ser rescatados por la Unión Europea; y como si no empezara a criar telarañas la caja de la Seguridad Social, son tan artistas que saben crear el debate nacional sobre el fumeteo. Y nosotros, entrando todos al trapo. No sólo en España. Hablo de Sevilla. Como si Sevilla no tuviera problemas; como si este Ayuntamiento no estuviera acabando con la imagen de la ciudad; como si no hubiesen quebrado empresas; como si el comercio no estuviera arruinándose con el Plan Centro; como si no la hubieran emprendido contra los automovilistas y dejado sin un duro las arcas municipales, la ciudad se plantea una cuestión en la que parece nos va la vida: ¿se podrá fumar en las casetas cuando llegue la Feria? En el Ayuntamiento de las facturas falsas y de la morterá de las mangoletas, sesudos y probos funcionarios pierden el tiempo en hacer informes jurídicos muy documentados sobre la aplicación a la Feria de la Ley Apagada, que es como la Ley Seca, pero sin gánsteres (que están en otros negocios y mercasevillas).
Y lo malo no sólo es que los sevillanos perdamos el tiempo y nos olvidemos de lo fundamental mirando los burros volando del fumeteo en las casetas. Es que como la Feria de Sevilla es el modelo para las de toda Andalucía, a la que copian descaradamente, ya están también por los pueblos y las ciudades de nuestra región preocupadísimos por si se podrá fumar o no en las casetas. En Jerez, en El Puerto, en Sanlúcar, que son las primeras ferias que vienen tras la de Abril, ya se ha planteado ese debate, ya están los alcaldes y los altos funcionarios perdiendo el tiempo en semejante chorrada, con la que tenemos en todo lo alto.
De Sevilla lo copian todo las ferias andaluzas: la portada, el horario cada vez más tardío, la forma de las casetas, el rebujito... Ahora también copiarán el fumeteo. Si en las casetas de Sevilla se fuma, se fumará en las de toda Andalucía. Si en las casetas de Sevilla no se fuma, no habrá quien encienda un cigarro en ninguna feria andaluza.
Sobre el 32 por ciento del paro en Andalucía no hay el menor debate. Sobre el cierre de empresas, tampoco. Nadie está preocupado por la incompetencia histórica del Régimen de la Junta Socialista (porque no es la Junta de Andalucía, es la Junta Socialista, la autonomía está inédita y puede y debe ser otra cosa) para sacar a nuestra región del subdesarrollo con respecto a España. Nada, aquí lo único que preocupa es imitar el modelo sevillano del fumeteo en la Feria. Así nos va.
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