ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Romance anónimo

Este romance anónimo circula por Sevilla. Me lo envía un lector y me he permitido florearlo:

«Asenjo lo ha dicho claro y esto no es ningún capricho: las mujeres entrarán, tal como ordena la Aído, en el último reducto que le quedaba al machismo, ese machismo hispalense, que es el peor que he visto, y a todas las cofradías se le ha impuesto el progresismo, y la igualdad transversal de este nuevo catecismo, del dogma laico que llaman los modernos feminismo.

Se acabó lo que se daba, aquí se acabó el machismo. Con el capirote puesto, las tías parecen tíos. No habrá una sola hermandad que se libre del suplicio, de ese azote feminista que es tan grato al socialismo. Mandan en las oficinas, en las casas, en los bingos, por tierra, por mar y aire, en la empresa y los partidos, en Ferraz y en La Moncloa, vamos, en todos los sitios. Y ahora ya, lo que faltaba: hasta el último resquicio. En hermandades de negro, de negro ruán primitivo, vamos a tener mujeres, las tendremos, ay, Dios mío, con su túnica, en su tramo, con su esparto y con su cirio, pagando su papeleta, su papeleta de sitio. Con ropón del Santo Entierro y en su Quinta, señorito.

Esto no es lo que mamé cuando yo sólo era un niño, que mi madre me enseñó a pedir, como decimos, «dame cera, nazareno», por lo que era un prodigio pedirla en la Quinta Angustia como siempre la pedimos: pedírsela a un nazareno como siempre la pedimos, sin igualdades de género ni en gramática estropicios. Pedir cera al nazareno es lo que siempre se hizo; «nazarena, dame cera» a ningún niño le he oído.

Ya todo eso es historia del tiempo de los antiguos, de los carcas y los rancios, de fachas peligrosísimos. Ni el mismísimo Silencio, ni la Quinta, como digo, quedarán sin nazarenas a estas alturas de siglo. Lo siento por La Canina, ésa que asusta a los niños, por ese paso alegórico de tanto valor artístico. Canina, no quedas libre de este triste raciocinio. El prioste está apenado junto a tus cardos y lirios; junto a tu bola del mundo el capataz perdió el juicio.

Y el decreto de Palacio, este decreto ha cogido en orsay, fuera de juego, a los pobres monaguillos. Que ahora serán monaguillas, junto al cirial y a Santizo, las que inunden con su incienso los pasos Virgen y Cristo. Coge la puerta corriendo, coge ya puerta, chiquillo, que yo me marcho este año a Chipiona, al Rompido, al Puerto, a Matalascañas desde el Lunes al Domingo. Porque esto ya no es Sevilla, con esto me formo un lío. ¿Saldrán este Jueves Santo, Negritas con los Negritos? Si las negritas son propias del gran Carnaval de Río... ¿Cómo serán Los Caballos? ¿Caballas con buen aliño?

Si tú dices «Las Gitanas y Gitanos» no es lo mismo: suena a traje de flamenca, suena a Lina, qué tipismo. Por eso quiso Moeckel preservar al Baratillo, porque Baratilla suena al bazar que ha puesto un chino o al negro que en el semáforo te vende los pañuelitos.

Acepto lo que han mandado y cumpliré lo que han dicho. Todo sea por la fe, contra el reinante laicismo. Pero me queda una duda profunda como un suspiro: a la Canina Sublime, ¿también le afecta el edicto? Pues en tono igualitario, ya que todo da lo mismo, y que aquí nadie protesta, ni el retorcido colmillo del cofrade en su rincón ni del pregonero lírico, si somos buenos cristianos cumpliremos lo que han dicho: nuestra Canina Sublime, a cambio, será El Canino. A mujeres nazarenas, esqueleto masculino. ¿No querían igualdad? Por mí no queda, arzobispo.»

Articulos de días anteriores

Ir a página principal (Inicio) de www.antonioburgos.com

 

Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 

Correo Correo

Clic para ir a la portada

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio