ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO
Pregón
de las Setas
Ilustrísimo y reverendísimo señor arzobispo,
excelentísimo señor alcalde, ilustrísimo señor presidente
del Consejo de Cofradías, ilustrísima señora delegada de
Siestas Mayores, cofrades de Sevilla, señoras y señores,
ciudadanos y ciudadanas: la voz trémula del pregonero se
preña de emoción en esta mañana única del Sábado de Pasión,
cuando los focos de Piscinas Sevilla ya anuncian los brillos
inigualables de la Guardia Judía de La Milagrosa y por la
ciudad toda, vivencia suprema de la dicha, las tiendas de
los chinos se hartan de vender sillitas plegables para ver
las cofradías.
Sevilla anuncia ya la globalización. Sí, la Semana Santa da
sentido cristiano al mundo en que vivimos. En este tiempo de
globalización, Sevilla eleva al cielo la oración de los
globos. ¿Será por globos, cofrades y cofradas? Hoy estará
globalizado el Parque Alcosa, lleno de tíos vendiendo globos
cuando salga el Divino Perdón. Y Bob Esponja contemplará
desde sus globos la salida del Cautivo en Torreblanca.
Sevilla se apresta a vivir sus mejores horas. Cuando todos
los canis a los que las cofradías les importan un carajo,
colega, invadirán el centro con sus trajes blancos y sus
sombreritos de ala corta. Cuando se formaran los grandes
atascos en los accesos a la ciudad que para conmemorar la
Semana Mayor ha cortado La Palmera por las obras del túnel
de Bueno Monreal. Sevilla se apresta a vivir sus coches
aparcados encima de las aceras, sus niñatas meando por los
rincones, sus latas de cocacola tiradas por el suelo, sus
tradicionales puestos de perritos calientes, su basura.
Pero nada, cofrades y cofradas, como las Setas. El Domingo
de Ramos, el que no estrena no tiene manos, y las manos de
las facturas falsas, las manos de los EREs, las manos de la
cubierta de la Copa Davis, las manos de los niños
comisionistas, las manos de Mercasevilla, estrenan mañana
las Setas. Desde lo alto de este mamarracho, veinte mil
millones de pesetas inútilmente despilfarrados os
contemplan, sevillanos. ¿Cómo hemos podido vivir sin las
Setas? ¿Cómo Sevilla ha podido celebrar su Semana Santa sin
las Setas? La carne de gallina utrerana de la Granja Las
Beatas y los vellos como alcayatas de la Ferreterìa El
Martillo se le ponen al pregonero pensando cuando mañana la
Cofradía de la Cena pase bajo las Setas. Y cuando, casi sin
solución de continuidad ni solución del crucigrama en la
página 98, horas después pase bajo las Setas la Virgen de
Gracia y Esperanza. ¡Músicos de Sevilla, echad a volar
vuestra inspiración! Que las bandas empiecen a tocar "Seta
Sublime", "Lloran las Setas", "Pasan bajo las Setas", las
marchas que la modernidad y el progreso están pidiendo con
su grito de "¡Más madera!"! Capataces de Sevilla: adecuad
vuestras líricas voces de mando a este prodigio, y ordenad a
vuestros costaleros cuando toquéis el martillo: "¡A las
Setas con Ella!". Ya estoy oyendo vuestras voces, capataces:
"!Menos movilidad quiero! ¡Vamos a darle sostenibilidad a
ese costero izquierdo!" La Campana es facha, cofrades y
cofradas. La Nueva Campana de la Sostenibilidad y del
Progreso son las Setas. Por eso el pregonero le pide
prestada la voz al saetero para proclamar lo que toda
Sevilla siente en esta hora cargada de emoción:
Ayer le dije a mi hermana
que se fuera a hacer puñetas
con su silla en La Campana,
señores, porque mañana,
¡la primera está en Las Setas!
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Biografía de Antonio Burgos