ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Van de promesa

A lo tonto, a lo tonto, yo voy a echar la campaña electoral de las municipales con Juanita Reina. Si el otro día la citaba por el Francisco Alegre y Olé de las banderolas publicitarias del descamisado del PP y del enchaquetado del PSOE, hoy me acordado de «La Blanca Paloma», la película que la hermana de Loli Reina protagonizó en 1942. En aquella cinta, Juanita iba de promesa al Rocío y no hablaba durante todo el camino. Iba de Belinda, vamos, por decirlo con el título de otra película de la época: de Belinda a lo divino, en cumplimiento de promesa a la Virgen del Rocío.

En la Semana Santa, a veces, uno que está viendo las cofradías se pone a hablarle a un nazareno durante un parón. Y no en una cofradía de las llamada de silencio, sino de las de capa y de barrio. El tío habla que te habla al nazareno, y el nazareno más callado que el Mudo de Santa Ana. Hasta que el nazareno le hace una seña con las manos, que el otro no comprende. Y esa señora desconocida que está viendo las cofradías a nuestro lado y que se acaba metiendo siempre en nuestra conversación, va y le traduce:

—Que este nazareno le está diciendo a usted que no puede contestarle porque no habla, que va de promesa...

Bueno, pues todo lo contrario que Juanita Reina en «La Blanca Paloma» y que los nazarenos silentes de las cofradías de barrio van los candidatos en campaña. Los candidatos se hartan de hablar precisamente porque van de promesa. De promesa electoral. Prometen el oro y el moro. Bueno, perdón, el oro y el magrebí o el norteafricano. ¿Será por prometer?

Yo estaba por convocar un Concurso de Chorradas en las Promesas Electorales. Pero lo iba a ganar el Tío de la Mariscada, pero del tirón, así en plan Barsa en la Liga, a muchos puntos del segundo. Si hay una Championlí de las promesas-chorradas electorales, la gana. El Tío de la Mariscada ha prometido un parking subterráneo para bicis en la Plaza Nueva. ¿Cómo se te queda el cuerpo?

—Déjate de cachondeo...

De verdad, que es en serio, que lo ha prometido. No un parking subterráneo junto al Barrio León y El Tardón, donde no hay quien aparque cuando se va a ver a un enfermo en el renovadísimo Hospital Infanta Luisa, vulgo La Cruz Roja de Triana, no. No un parking subterráneo cualquiera de los que anunció y no hizo el Ayuntamiento del que el Tío de la Mariscada es por cierto primer teniente de alcalde, no. Y por descontado, no un parking subterráneo para coches, porque los coches saben ustedes que son fachas y hay que darles entre ceja y ceja, que no cojeen. ¡Un parking subterráneo para bicicletas!

—Y esas tonterías, ¿se le ocurren a este tío por su cuenta o tiene asesores?

No, nada, él solito. Si Dios y su voto de usted el día 22 no lo remedian, el Tío de la Mariscada quiere aprovechar el hoyo que hicieron en la Plaza Nueva para el Metro para montar allí esta Chorrada Magna del aparcamiento subterráneo de bicis. No creo que a nadie se le haya ocurrido una tontería más grande. Bueno, sí, quizá a él mismo, que no contento con esa mamarrachada subterránea prometió en el mismo acto «la configuración de la Alameda de Hércules como un contenedor cultural y un foco lúdico y de fomento de la cultura...» Hablando de contenedores, ay, lo que estoy pensando sobre lo que yo haría con un contenedor y el Tío de la Mariscada...

Articulos de días anteriores

Ir a página principal (Inicio) de www.antonioburgos.com

 

Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 

Correo Correo

Clic para ir a la portada

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio