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¡QUE paren las máquinas! Que no es que yo me quiera bajar, sino todo lo contrario: me quiero subir al futuro, conductor, conductor de primera, acelera, acelera. Qué notición, Dios mío de mi alma. Menos mal que se ha producido ya. Yo es que tenía perdidito el sueño, porque algo había oído y tenía en el macutazo puestas todas mis complacencias, pero no acababan de confirmarlo y ya me estaba escamando que tardaran tanto en decir si porra dentro o porra fuera. ¡Por fin! Menos mal. Qué alegría. Niño, convida aquí a estos señores, a ver qué quieren tomar.
La noticia es de las que entran pocas en la docena, por su absoluta novedad, por su originalidad, por su carácter imprevisto e inusual. No se había nunca producido otra de tanta novedad, y ayer finalmente la confirmaron, qué alivio y qué gran esperanza para España y la Humanidad. ¡Lo profundo que voy a dormir esta noche, sabedor de que la prosperidad futura de mi tierra está asegurada, digan lo que digan de la recesión y otra vez de la desaceleración!
¡Qué gran novedad! A saber: Alfonso Guerra encabezará la lista electoral del PSOE por Sevilla y Manuel Chaves será cabeza por Cádiz, ¿será por cabeza y será por Cádiz? Algo así, como pueden comprender, nunca ha sucedido. Guerra nunca en la vida, qué va, ha ido de cabeza de lista por Sevilla. ¿Su hermano, dice usted? No, ése tampoco fue nunca cabeza de lista por Sevilla. Fue un listo en Sevilla, un discípulo aventajado de Rinconete y Cortadillo, pero fue cabeza de puente de desembarco de los grandes símbolos de la corrupción en su despacho oficial de la Delegación del Gobierno, nunca encabezó lista alguna. En todo caso, las descabezó, cuando se descubrió la tostá y el gachó fue el chupinazo del descubrimiento del inmenso pastel de la corrupción de Mienmano.
Ahora, gracias al proyecto, ilusionante por demás, de otro que nunca ha estado en política, ni ha sido ministro con González, ni portavoz del felipismo, ni luego vicepresidente de Zapatero, ni símbolo del zapaterismo, ni nada, un tal Pérez Rubalcaba... Ahora, decía, gracias al proyecto de futuro y de innovación total que trae uno nuevo en esta plaza, Rubalcaba, en este concurso de malvados que parecen los que van de número 1 en el PSOE, hemos visto algo tan inusual, novedoso, inaudito y por otra parte lleno de posibilidades y de esperanzas de que Alfonso Guerra, ¡por fin!, encabece una vez una lista del PSOE por Sevilla.
¿Y lo de Chaves? ¿Pero cómo a nadie se le habría ocurrido antes que Chaves encabezara la lista por Cádiz? ¡La imaginación al poder, sí, señor! Ya conocen los lazos entre Ceuta y Cádiz, que comparten obispo del mismo modo que Cabeza Rubia y El Cerro tienen los pastos comunes. Y como quiera que Chaves, hijo de ilustre militar del Ejército de Franco, naciera en la plaza de Ceuta por el artillero destino de su padre, nada más lógico que la vuelta a sus raíces en Cádiz. En Cádiz se ha hundido El Vaporcito, pero no vean la navegación que le queda a Chaves como insólita cabeza de lista en una circunscripción por la que nunca ha ido.
Bueno, pues ahora completamente en serio: esto es lo que hay. El que colaboró con González en el GAL y con Zapatero en el Faisán es presentado como la máxima novedad para la salvación de España. El pasado, vuelto como un calcetín de futuro. Con zancajos, claro. Como este zancajo del café de recuelo de otra vez Guerra por Sevilla y otra vez Chaves por Cádiz, qué señores más pesados este Guerra y este Chaves. Y este Rubalcaba del pucherete de futuro.
