ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Varias Sevilla

LO mismito que le he puesto de título a este artículo es como se llama un libro de los tantísimos suyos sobre Sevilla que publicó el profesor don Francisco Morales Padrón. A quien por cierto, salvo el recuerdo de su discípula Enriqueta Vila en el artículo de ABC que le ha valido el premio Romero Murube, la ciudad no le ha hecho aún justicia. Como Morales era liberal, a pesar de lo muchísimo que amó a la ciudad qu eeligió para vivir, trabajar y morir, al Ayuntamiento anterior, al del médico y el tío de la mariscada, no le dio la gana concederle los honores que se le pedían en vida, que es como hay que darlos: el título de Hijo Adoptivo y su nombre para una calle. Pero el caso es que aquel ayuntamiento se fue a tomar viento en buena hora, vino éste, que es de los nuestros de Paco Morales, y la ciudad sigue ignorándolo y olvidándolo. Como suelo decir, será que a Zoido no le bastan 20 concejales, 20, para hacer justicia a Morales Padrón y dedicarle una calle de su ciudad. Habrá que esperar mejor ocasión, a cuando tenga por lo menos 40 concejales, 40.
Y traigo a colación ese título de Morales Padrón porque en mis divagaciones sobre la cantidad de Medias Sevillas que hay que se creen cada una de ellas la única ciudad posible, he observado que ni «varios» ni «algunos» forman parte del habla sevillana en su sentido de cantidad. Los adjetivos de cantidad sevillanos no son los mismos que se usan en el resto no digo ya de España, sino quizá hasta de toda la América hispana. Haga memoria, y si tiene buen oído, mejor. ¿Usted ha oído a alguien decir en Sevilla «le he comprado a mi chiquillo varios juguetes» o «ayer nos tomamos algunas tapas en un bar nuevo de Los Bermejales»? Ese «varios» y ese «algunas» no se dicen aquí en Sevilla...salvo que el hablante sea un señor de por ahí que se vino a vivir aquí o que está aquí de fin de semana, ya se sabe, de Robles a la Anselma y de la Anselma a Robles. En Sevilla esas cantidades se miden con el Sistema Métrico Sevillano. En el que ni «algunos» ni «varios» tienen asiento.

El Sistema Métrico Sevillano hace que existan grados en los adjetivos de cantidad. Por así decirlo, es más exacto que el usado en otros lugares del Reino de España. ¿Cuántos son «varios»? ¿Cuántos «algunos»? Son términos confusos. El sevillano lo matiza y afina, y aplica un sistema gradual, de menos a más, que aproximadamente podemos establecer en estas escalas: 

1. Unos cuantos. 2. Unos pocos. 3. Un montón. 4. Una jartá. 5. Un chaparrón. 6. Una pechá.

 Lo de «le he comprado a mi chiquillo varios juguetes» se dice aquí: «Le he comprado unos cuantos juguetes». Que son dos o tres. Si son cuatro, pasan ya a «unospocos». De cinco para arriba, «un montón». Ysi el padrazo le ha llevado al puñetero niño la planta entera de juguetes del Cortinglés o las existencias todas de Osorno y de Imaginarium, entonces es ya «una jartá» o «un chaparrón». O: «¡Qué pechá de juguetes se va a pegar el joío niño!». El habla sevillana es, pues, mucho más precisa que el español de Castilla, diga lo que diga el catalino con nombre de supermercado. Por lo que vuelvo al principio, a las Varias Sevillas de Morales Padrón y a mi tesis sobre las mitades sociológicas de la ciudad. No es que haya va-rias Medias Sevillas o algunas Medias Sevillas. Es que hay unas cuantas Medias Sevillas. Unas pocas Medias Sevillas. Un montón. Una jartá. Un chaparrón de Medias Sevillas. En cada una de las cuales hay una pechá de tiesos huelemierdas que no te quiero ni contar y que se creen que sólo ellos son Sevilla. Se lo he escuchado al genial Rafael Peralta: «Dicen que está allí media Sevilla y pueden ser, todo lo más, catorce o quince tíos».

 

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