NO es que tome el título de este artículo prestado. Es que lo copio, y por la cara, de uno publicado ayer con este mismo título por Fernando Santiago, mi muy leído compay de Cádiz, donde hay que mamar. Fernando lo escribió con mucho arte en las gadirenses gacetas, a propósito del casting de figurantes para la campaña del Sur de la Cruzcampo. Casting donde los candidatos iban mayormente buscando el catering. Y ejerciendo el Gañoting. Voz que Fernando Santiago acaba de acuñar en la ciudad donde se inventaron palabras fundamentales para nuestra historia contemporánea, como liberalismo, cursi o pelotazo.
Como el mundo se divide en dos grandes partes, en Sevilla no hay que explicar qué es el Gañoting de Cádiz. El Gañoting es un deporte como el footing, el surfing, el puenting o el gilipolling, que es como llamó mi compadre Ussía a la práctica inventada en Mallorca por los turistas ingleses borrachos, que consiste en tirarse a la piscina desde un balcón del hotel con una papa tamaño XXL, con lo que no atinan con la alberca, se pegan los tíos unos pellejazos considerables y, como los que se drogan con Yemas El Ecijano, «casi tós parman». ¿No tienen los vascos el deporte popular de arrastrar piedras o de cortar troncos? Pues nosotros tenemos el del Gañoting. La Feria y el Rocío son como la Chámpionlí para los campeones del Gañoting. Gañoting en las casetas, gañoting para ir de balde a los toros, gañoting para coger en El Rocío el mejor cuarto de la casa donde el tío se coló por toda la cara, sin que lo invitaran.
Pero el Gañoting, ay, no sólo es practicado por «las capas populares», como les gusta decir a los antiguos comunistas, sino por la clase política. El principal problema que tiene España no es ni el paro ni la crisis: es el Gañoting. El Gañoting es la causa de los otros dos problemas. España ha estado viviendo muy por encima de sus posibilidades. No sólo durante el Imbecilato de ZP, sino ahora mismo, en que el marido de Sonsoles la de los gorgoritos ni está ni se le espera. España está gañoteando rescate de deuda al Banco Central Europeo, por eso no nos intervienen ni nos rescatan, nos libramos de Intervención y Rescate, que tiene nombre de asociación de fieles que quiere que Asenjo la reconozca como cofradía de penitencia.
Antier noche, en el mitin del PP en un pabellón de la avenida de Kansas City que parecía talmente una convención del Partido Republicano norteamericano, y que no se celebraba en el Polígono, sino en la mismísima Kansas City de verdad, Rajoy habló del Gañoting. Lo que pasa es que como a aquella hora aún no había Fernando Santiago acuñado el término, pues no usó tal voz. Dijo Rajoy que administrar España, la Junta o el Ayuntamiento es como llevar una casa: que no se puede gastar más de lo que se ingresa. Y ese ha sido el problema de España: que hemos gastado másdelo que ganábamos, y que el Estado ha vivido del Gañoting. Dijo Rajoy que España debe 700.000 millones de euros; tantos, que eso ya no hay forma de traducirlo a pesetas. Esa es la cifra del Gañoting de los ocho años del PSOE en el Gobierno. Si estos tíos cargaban a las arcas públicas hasta las facturas de sus teléfonos móviles, como Blas Ballesteros, campeón brasileño de Gañoting, ¿no vamos a deber 700.000 millones de euros?
Espero que mañana los campeones mundiales del Gañoting sean derrotados por la soberanía de las urnas. Y que empiecen a gobernarnos unos tíos que puedan decir como aquel austero señor de Sevilla: «En mi casa, gracias a Dios, nunca se ha pagado una letra; si no hemos tenido el dinero para comprar algo, hemos sabido esperar hasta juntarlo».