José Antonio Griñán quiere que le llamen Pepe, y hasta ha hecho campañas como el tal Pepe. Será que quiere que se olvide que su señor padre, oficial de la Casa Militar de Su Excelencia el Jefe del Estado, lo sacó de pila con ese nombre de José Antonio en memoria del fundador de Falange. Por mí que se llame como le dé la gana, José Antonio, Pepe o Joselito. Porque como a tantos andaluces este señor Griñán me trae completamente sin cuidado. Griñán es el ejemplo perfecto de lo que los humoristas de "La Codorniz" llamaban "un señor de gris". Un señor gris vestido de tal color y aupado por las circunstancias al máximo poder en el último Régimen que queda en Europa, el Régimen de la Junta de los Eres, ella de soltera Andalucía, antes de casarse hace treinta años con estos señores que la han puteado a modo y la han mantenido en el Tercer Mundo español.
Dicen los clásicos que "cuando no hay pa tós, hay patás". El resquebrajamiento del PSOE andaluz es como el hundimiento del "Costa Concordia", pero sin capitán cagueta. Como el naufragio del "Titanic", pero sin orquesta y sin disco de Sabina y Serrat. Han chocado con un iceberg, con el iceberg de la poca vergüenza, del que por ahora sólo vemos la punta que ha desvelado la jueza Alaya, pero que ha hecho un agujero importante. Por fortuna para la democracia, hasta tal punto esto es el final de un Régimen, que yo que baranda del Canal Sur me iba buscando ya a un Arias Navarro que el día 25 de marzo por la noche salga por televisión vestido de negro, lagrimeando y haciendo pucheros:
-- Andaluces: el PSOE ha perdido su cortijo...¡A tomar por saco el Régimen!
Eso sí que va a ser un ERE: todos estos pobres hartos de sopa, apalancados como barandas y barandillas del Régimen andaluz desde hace treinta años, sin profesión ni oficio conocido más que la política, que se van a encontrar en la puta calle el 26 de marzo. Por eso hay guantás. Los "palmaturi te salutant" del PSOE andaluz no piensan ya en el colectivo 25 de marzo de su debacle, sino en el particular 26 de marzo del "Sálvame" sin Jorge Javier de cada cual. Aunque seguro que más de uno va a caer directamente en la lancha salvavidas, como el capitán cagueta del "Costa Concordia", ya verás...
Y se inventan luchas de poder entre, ¿como se dice?, ah, sí, entre griñanistas y rubalcabistas. Del tebeo. ¿Pero cómo se puede ser rubalcabista? ¿Qué masas arrastra Rubalcaba? ¿Y cómo se puede ser griñanista? ¿Pero qué masas arrastra Griñán, como no sean de pesebristas hacia la mamela? Yo comprendía aquello de guerristas y felipistas. Eran dos líderes deslumbrantes del socialismo, con sus partidarios y detractores. Pero esto de decir que hay griñanistas es un pitorreo. Griñán no es un líder. Es un señor de gris al que nadie eligió para ocupar el sillón de un señor de marrón que tampoco era líder de nada, Chaves, cuando salió de naja al ver la que se le venía encima. Mire usted: se puede ser felipista, madridista, sevillista, españolista, separatista, secesionista, catalanista, autonomista, belmontista, hasta tomista o tomasista, de José Tomás. Se puede ser comunista, franquista, carlista, o lo que ahora mola mazo, ecologista. Comprendo a los anarcosindicalistas, a los europeistas, a los budistas, a los federalistas, a los sionistas, a los islamistas. Pero no entiendo cómo nadie pueda ser griñanista. O rubalcabista. O chaconista. O vierista, que es ya de cachondeo. Y liar la que tienen liada unos contra otros, mientras su barco de hunde, glup, glup, glup. Bueno, sí, por lo que dijo el otro: "Cuando no hay pá tós, hay patás". Y menuda patada les van a dar a todos el 25 de marzo...