| 
					   Hasta 
					hace unos años, por estas fechas se abrían por toda Sevilla 
					los puestos de melones y sandías. Unos cobertizos de fortuna 
					con un toldo de lona, donde el vendedor amontonaba la 
					mercancía, sin más instrumento comercial que una báscula o 
					un viejo peso. Ahora esos puestos han sido sustituidos. 
					Ahora hay por toda Sevilla improvisados y desmontables 
					puestos de bolsos falsos de Fendi o de Dior e imitaciones de 
					toda suerte de complementos de señora, levantados con cuatro 
					barras atornillables, un techillo de lona y un grupo 
					electrógeno, donde unos señores de color (vamos, unos 
					negros) o unos sudamericanos como escapados de Los Indios 
					Tabajaras le hacen la competencia más desleal que pensarse 
					pueda al comercio de toda la vida que paga sus impuestos y 
					emplea dependientes, ¿verdad, Ángel Casal? - 
					Y como los vendedores de esos puestos de bolsos falsos de 
					Gucci tienen mucha vista comercial, observé ayer que 
					ofrecían también banderas de España. Estaban todos como la 
					patriótica tienda de banderas de la calle Adriano que se 
					anuncia por la tele local con el Himno de la Infantería. 
					Esos lamentables pero al parecer autorizados puestecillos de 
					los Sub (subsaharianos y sudamericanos) eran ayer lugares de 
					aprovisionamiento de banderas nacionales.  
					Para el España-Francia de esta tarde, por supuesto.  
					Y para el España-Francia, muchísimos taxis llevan banderas 
					españolas en sus antenas. Y el boticario de mi barrio ha 
					colgado la esquina de su farmacia con sendas banderas 
					nacionales que da gloria verlas. Entras con la receta y 
					dentro, en el mostrador, otra bandera rojigualda extendida a 
					modo de repostero. Es una maravilla ver a Sevilla con los 
					balcones colgados de banderas españolas.  
					Con todos mis respetos para los señores y señoras que en uso 
					de su libertad y de sus opciones personales hoy le ponen 
					adjetivo a la fecha y sacan otras banderas con muchos más 
					colores, para mí hoy, 23 de junio (como ojalá lo vuelva a 
					ser en la semifinal y en la final de la Eurocopa) es el 
					verdadero Día del Orgullo. Día del Orgullo...de España. 
					Cuando juega la selección nacional de fútbol, la que sale 
					del armario es la bandera de España. Hoy es, pues, el Día 
					del Orgullo del Yo Soy Español, Español, Español, Español. 
					¡A por ellos, oé! Y si de paso también celebramos en otras 
					fechas el Día del Orgullo del Pedazo de Mujer con La Que Nos 
					Casamos; y el Día del Orgullo por Cómo Son Nuestros Hijos de 
					Buenos y el Día del Orgullo por Lo Que Hicieron Por Nosotros 
					Nuestros Padres, y así sucesivamente, pues mejor que mejor. 
					Y si esta noche, encima, la ganamos a Francia, es que ni te 
					cuento.  
					Las tres oposiciones a Zoido.- Zoido tiene tres 
					cargos: alcalde, presidente de la FEMP y candidato a 
					presidente del PP-A. Y tiene tres oposiciones, pero no en 
					cada uno de esos tres cargos, sino todas como alcalde de 
					Sevilla. Dos las tiene dentro: la de Espada y la del Tío de 
					la Mariscada. La tercera, fuera: la de la Junta, que es la 
					verdadera oposición del Ayuntamiento. La Junta no deja hacer 
					el aparcamiento de La Alameda, con la falta que hacen 
					aparcamientos en el centro. La Junta no deja que se venda La 
					Gavidia y el Ayuntamiento tenga un respiro económico. La 
					misma Junta que aún no se ha pronunciado contra la catetada 
					del azulejo de la zapata del río. La misma Junta que miró 
					para otro lado cuando sus correligionarios Monteseirín y 
					Pulido le pegaron al alma de Sevilla la puñalá trapera de la 
					Torre Pelli. Digo como Caracol el del Bulto a la locomotora 
					de Atocha: "¿Ahora me vais a venir con un roneo de 
					Patrimonio, carnes mías? ¡Esos cojones, a la Torre Pelli que 
					levantaron los vuestros!".  
					 
					 
   |