La Unesco, ese nido de vividores del
Tercer Mundo que allí tienen su mamandurria, ha
insistido en el "impacto visual altamente negativo" de
la Torre Pelli y ha dicho que "lamenta que no se
suspendieran las obras". Esto, en sevillano, se traduce
así: "A buenas horas, mangas verdes". Esto, en el
anecdotario de Caracol el del Bulto, ya saben cómo se
dice: "Esos cojones, en Despeñaperros". Y en
paremiología española, "a burro muerto, cebada al rabo".
Y un gran cronista de Sevilla, Juan Miguel Vega, le ha
puesto música al lamento de la Unesco al humo de las
velas. Vega dice que lo de la Unesco suena a canción de
Rocío Jurado. Concretamente, a "Señora". La recordarán:
la balada que La Más Grande cantaba en el escenario de
su auditorio de La Cartuja con un abrigo blanco de visón
puesto sobre una silla, abrigo blanco de visón que de
tanto sacarlo al escenario estaba ya medio espeluchado.
Donde Rocío decía "Señora" digan "Unesco", y es talmente
el relato de lo acaecido con la falta de co...raje por
parte de todos para parar la torre. Parece que Rocío
Jurado estaba mirando la Torre Pelli desde el Puente de
Triana y dirigiéndose a los ganapanes de la Unesco
cuando cantaba: "Cuando supe toda la verdad, señora,/ya
era tarde para echar atrás, señora,/yo era parte de su
vida/y él mi sombra." El rascacielos es ya parte
lamentable de nuestra vida y la sombra que se carga la
Giralda. Pero hay una parte final en la balada de Rocío
Jurado que es exactamente lo que hay que decirle a la
Unesco: "Ahora es tarde, señora,/ahora es tarde,
señora,/ahora nadie puede apartarlo de mí,/ahora nadie
puede apartarlo de mí". Los que podían, no quisieron
apartarlo. Este petardazo en forma de rascacielos sin
parar, contra lo prometido en la campaña, cada vez más
alto, sube que te sube, fue la primera decepción que sus
ilusionados votantes tuvieron con el alcalde de los 20
Concejales, 20 (y Una Torre Pelli). Fue el comienzo del
continuismo que está caracterizando a Zoido. Insisto que
cuando llegó Monteseirín, sin tener mayoría absoluta, lo
primero que hizo fue parar el edificio de Moneo en El
Prado, que había aprobado Soledad Becerril como
alcaldesa. Es lo menos que podía haber hecho Zoido, y
más con mayoría absoluta: de momento haber parado
cautelarnmente la barbaridad para volver a examinar más
detenidamente la licencia de obras que dieron los
socialistas... y después ya veremos. Pero no. Parecía
que Zoido era Pulido y viceversa, antes de que, además,
se quedara con la Torre la Caja de la Cataluña
separatista, que ésa es otra.
Nunca sabremos por qué no se quiso pararla, contra lo
que se prometió. Y a partir de ahí, el continuismo más
lamentable en la gestión municipal. Zoido tenía que
haber parado la Torre Pelli como anuló el Plan Centro:
para demostrar que esto había cambiado gracias a
nuestros votos. Pero no. De Rocío Jurado, a Julio
Iglesias: "Sevilla sigue igual". Todo sigue igual. Tan
sucia. La Plaza de Bami la han abierto igual de
mamarracho que si siguiera de alcalde Monteseirín. El
Postigo del Aceite se lo están cargando como si siguiera
de alcalde Monteseirín. La máquina de estrechar calles
de Monteseirín sigue funcionando. No volvieron a poner
de dos direcciones Eduardo Dato, como prometieron. La
Ronda, vacía en sentido Pasarela, sigue con una sola
dirección. Lo de Fibes, ya ven: monteseirismo puro,
Consuegra incluido, inaugurado por Zoido. Monteseirín
estuvo junto a Zoido inaugurando Fibes. Pero es que
tenía que estar junto a Zoido todo el santo día, en cada
foto, porque Zoido sigue haciendo lo que el de "yo soy
médico" tramó: no ha cambiado su modelo de ciudad. Lo
malo es que cuando quiera rectificar, sus desilusionados
y decepcionados votantes le van a cantar también por la
Jurado como a la Unesco: "Ahora es tarde, señora, ahora
es tarde, señora..."