Como la duda
es buen camino para llegar a la verdad, no sé si será
Sevilla la única ciudad de España donde ocurre lo que
comentar quiero, o si es algo habitual en muchas otras
capitales, más o menos turísticas. ¿Es Sevilla el turístico
destino español preferido para las despedidas de soltera?
¿Se ven por las calles de otras ciudades de España tantas
pandillas de chavalas puestecitas de cubatas y bastante
saliditas, haciendo el gamberro por la calle y pisando la
raya de picadores del buen gusto y de lo que antiguamente
llamaban decencia?
No sé responder a estas presguntas. Ya digo, no sé si son
males de la Patria, a lo Lucas Mallada, o exclusivamente
sevillana degeneración. Y son las despedidas de soltera de
las tías las que te chocan por su atrevidísimo mal gusto y
obscenidad. Por la exhibición que las chavalas hacen por la
calle para demostrar que están salidas "como una perra", que
decía la copla "El señorito" de Rafael de León que cantaba
Isabel Pantoja en sus comienzos.
Las tías son peores que los tíos para esta mamarrachada o
carnavalada callejera. Los tíos, total, lo que suelen hacer,
en plan novatada de colegio mayor, es disfrazar de torero al
inminente contrayente y pasearlo así por la Avenida y por el
centro. La primera vez que vi a un tío disfrazado de torero
de manera lamentable (con lo serio que es el ritual y
litúrgico vestido de torear), creí que era un aficionado
loquito, en plan Camarena, que pedía una oportunidad a
Canorea. Pero no. Me dijeron que era una despedida de
soltero, de las que indefectiblemente acaban en un
supermegaputiclub de un polígono industrial, que ésta es
otra. Dicen que esos polígonos fomentan nuestro tejido
industrial, pero de momento algunos fomentan sólo la
prostitución. Polígonos-mancebías. Como una antigua Alameda,
pero en cantidades industriales.
Los tíos pasean al vestido de torero, pero no muestran
imaginario sexual (que diría un divino pedante) alguno. Pero
las tías... ¡Qué tías más calentonas y más salidas las de
las despedidas de soltera! El otro día vi en plena Plaza del
Salvador, a la hora de mediodía de las copas en la calle, a
una pandilla de ellas que cantaban y bailaban con las bragas
puestas en la cabeza a modo de tocado, y todas uniformadas
con una camiseta impresa para la ocasión con una leyenda
obscena. Por no hablar de las pandillas que dicen adiós a la
soltería de una amiga y que pasearse suelen por el centro
llevando en la cabeza como unos como megafalos (un pedazo de
carajo como una catedral, vamos). Si las oyen, muchas tienen
acento como de por ahí, con todas las eses puestas en su
sitio, lo que demuestra que vienen especialmente a Sevilla a
celebrar la despedida de soltería de la amiga o la compañera
de trabajo. ¿Hay viajes organizados a Sevilla por las
agencias de turismo, que toman a nuestra ciudad como el
paraíso de las despedidas del soltera? ¿Qué pasa, que los
boys que hacen estristís en los antros donde acabar suelen
estas lamentables pandillas de tías calentorras medio
borrachitas andan mejor dotados que los yigolós de otras
capitales y tienen el ya me entiendes como la Torre Pelli,
incluso con ático retranqueado?
Los sevillanos ven estos lamentables espectáculos de
gamberreo como lo más normal del mundo, en esta calle
multiusos de Sevilla, donde se bebe, se come, se desayuna,
se almuerza, se merienda y se cena, y donde si no te pilla
una bicicleta, te arrolla el tranvía o te tropiezas con un
velador. Me choca que esto nos parezca normal. Importamos
gamberras en despedida de soltera, como si no hubiera ya
aquí suficiente niñateo de botellona y vomitona. Ahora, que
si esto es bueno para Juan Robles y para la Industria del
Velador, no he dicho nada...
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