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MES DE MARZO DEL 2003 El Mundo de Andalucía  

Lunes 31: Bando de guerra

La orla con greca la usó por vez primera el tiíllo del megáfono del Metro de cartón-piedra y se ha institucionalizado para los bandos municipales, lo cual suena a discurso de Chaves: "Queridos bandos y bandas municipales". El alcalde ha echado un bando bastante 1789 donde a los "sevillanos y sevillanas" nos llama "ciudadanos y ciudadanas". ¿Qué es lo que dice que vende con su bando? Pues algo nobilísimo y obvio: la paz. ¿Será por paz? La Paz nos gusta a los sevillanos hasta por el Parque de noche, cuando el tío de la trompeta repite desde la Delegación del Gobierno la horterada folklórica del "Nerva" a lo divino de la cofradía del Porvenir. Espero que el bando del alcalde no caiga en manos de Bush, aunque lo temo, porque aquí en Sevilla abundan las almas caritativas que envían, anotados de puño y letra, recortes de periódicos: "Mira lo que pone aquí este tío de ti". Pues pone aquí Sánchez que solicita "el cese fulminante de las acciones militares". Olé ahí ese tío que va ahí dando arvejones a las palomas de la paz del Salvador en ruinas. Lo malo es como caiga el bando en manos de Bush, la preocupación que le va a entrar por cuerpo a ese hombre: "Jefe, que el alcalde de Sevilla dice aquí que tiene usted que cesar fulminantemente las acciones militares; hágale usted caso, que este tío es capaz de mandarnos a la coalición de los armaos de la Macarena y de los armaos del Santo Entierro, y se puede ver la copla..." Bandos de guerra, ojú. ¡Qué mal recuerdo con Queipo! Me asustan los bandos de guerra aunque sean a favor de la paz. 

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Domingo 30: Cuando la lata es oro

¿Cuántos premios, placas, medallas, estatuillas, metopas, pergaminos, bandejas grabadas y fotografías encuadradas en marco de plata con dedicatoria se entregan al día en Sevilla? Son las dos caras de la ciudad barroca. Por una cara, la mezquindad en el reconocimiento de méritos; por el otro, la excesiva generosidad del honor a quien a veces no lo merece. Porque hay veces que el oro de las medallas es oro del que cagó el moro. Y otras en que la lata, la lata de hojalata, la lata de latero, la lata de leche condensada, vale más que el oro. Es el caso de la distinción del Jarrillo de Lata que otorga la tertulia cofradiera El Museíto. Este año se lo han dado al fotógrafo Jesús Martín Cartaya, que con su cámara es el cronista gráfico de las pequeñas grandes cosas de Sevilla. Martín Cartaya se fija en los personajes, escenarios, ritos, costumbres a los que, por habituales, no les echamos cuenta. ¿Qué ocurre? Que luego se muere ese personaje popular, derriban ese escenario urbano, desaparece ese rito, y no queda en la ciudad más memoria que la fotografía que oportunamente supo hacer Jesús Martín Cartaya y nadie más que Jesús Martín Cartaya. Cofradías pasando por el sitio que hace mucho ya no pasan, Vicentes con su canasto y guardias municipales con su casco blanco nada más que pueden encontrarse ya en estos "ubi sunt" de sus fotos: Ubi Sunt Martín Cartaya, podíamos llamarle a la latina, al tiempo que proclamamos que hay veces como la presente en que la hojalata de un jarrillo del cántaro de una cuadrilla de los costaleros profesionales vale más que todo el oro del mundo.

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Sábado 29: Luismi

Se escribe Luis Miguel Martín Rubio, pero se pronuncia Luismi. Fue delegado de Seguridad en el Ayuntamiento de Soledad Becerril, que no sé si recuerdan que una vez Soledad fue alcaldesa. Hasta sus adversarios políticos reconocen que ha sido el mejor concejal de Policía Municipal en todos los ayuntamientos de la democracia. Perdida por el PP la alcaldía por culpa del pacto imposible y a pesar de la mayoría de votos, a Luismi le largaron en el PP el mochuelo de Agesa, Cartuja post-92. De momento puso a cero el agujero de que dejaron allí los socialistas, quizá por aquello del rojo de los números. Luismi puso en regadío de rentabilidad los kilómetros y kilómetros cuadrados de edificios abandonados de la Expo e hizo crecer la reutilización, la inversión y el empleo donde florecía el jaramago. En La Cartuja funciona el más productivo Parque Tecnológico de España, aunque nadie se lo reconozca. Luismi es uno de esos incomprensibles lucros cesantes que tiene el PP, que coloca a sus mejores gentes de Sevilla bien en Madrid, bien en puestos administrativos y oscuros, aunque en su caso le haya dado a Agesa la brillantez de la cuenta de resultados, a base de trabajo y eficacia. Oyéndolo en el Foro Antares (sector histórico) pensábamos en la torpeza del PP al situar a los suyos que valen. Nada, nada, señores del PP: dejen ustedes para mejor ocasión colocar a un gestor tan valioso como Luismi de candidato a alcalde de Sevilla en vez del señor Reynaud que, sí, es un caballero, en efecto. Pero la infantería de la política no está como para dejarla en manos de quienes son sólo caballeros. 

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Viernes 28: Innovación gazpachera

Nada, que con la digitalización del teletipo de las amapolas en forma de correo electrónico, los lectores están dispuestos a darnos el jornal ganado todos los días. Hoy otro lector nos da hecho este billete, con un divertido comunicado: "Nos es grato informarle que en la Avenida Ramón Carande, la que va desde Viapol hasta Cardenal Bueno Montreal, cruzando Felipe II, o viniendo desde el Puente de las Delicias, cuando pasas El Espigón, gambas a punta pala, y el Galisport, haces un giro indirecto para Viapol, pues en esa calle, un poco más hacia delante, encontraréis un cartelón indicando dónde os tenéis que parar para tomaros el mejor gazpacho del mundo, sin contar con el de vuestras madres para que no os enfadéis, porque realmente hay madres que hacen una bazofia y doy fe de ello. Pues esa gente es la que tiene que ir a comprar gazpachito fresquito y que se dejen de rollo de industrial y tal, porque repito que está mejor que cualquier casero, y aparte más de uno se yo que os hartáis de caldos Maggi, Knorr, Don Simón y demás, que eso sí que es fuchina concentrada, que sabe a plástico fino. Espero que os deis el gustazo de probarlo, y si lo lleváis a casa que no se enfaden vuestras madres-padres o esposas-maridos, que no se trata de hacerles la competencia sino de facilitarles la labor." Pues deseamos a esta innovación tecnológica más suerte que a aquella Andaluza de Gazpachos S.A. que pegó un barquinazo bastante importante cuando la Expo. 

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Jueves 27: De los nombres del café

Deberían actualizarse periódicamente los títulos de la Ciudad, con los que Sevilla presume de prosapia y de linaje como la marquesona venida a menos que en realidad es. Junto a Muy Noble y Leal, Invicta y Heroica, ahora le podríamos poner el de Muy Andamiada Ciudad de Sevilla. O el de Muy Cafetera Ciudad de Sevilla, tras la renovación de los votos perpetuos con el solo y el cortado, el de Brasil y el de Kenia, que Sevilla está haciendo con tanto Café de Indias y tanta cafetera franquicia por toda la ciudad. En Sevilla debe de haber más establecimientos especializados en café de Colombia que en Colombia misma. Aquí hemos inventado el hallazgo expresivo de "uno de máquina", que se sobreentiende que es un café descafeinado hecho con máquina, no de sobrecito disuelto en la taza. En esta constante renovación tecnológica e innovación emprendedora de los nombres del café a la sevillana, un lector nos descubre ahora un hallazgo supremo en uno de estos templos nuevos del café, llamado La Plantación, que está en el cogollo de calles que antes se llamaban "La ciudad sin ley": General Polavieja e islas adyacentes. "En la lista de cafés --nos dice-- había una de esas guasas que a usted le gusta anotar en el bloc de las menudeces cotidianas de Sevilla: cortado, con leche, carajillo, bombón, etc... y "desgraciao". Le pregunté al camarero: "Oiga usted, ¿ qué es eso de un café "Desgraciao"?" Y el camarero, con guasa, me dio la clave: "Pues, mire usted, es un café descafeinado con leche desnatada y con sacarina... ¿Quiere usted más desgracia que tener que tomar el café así?" 

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Martes 25: La Venta Pazos

Cumpliendo lo del "carpe diem" y los "ubi sunt" que escribimos aquí el otro día, aprovechamos la hora para apoyar públicamente una iniciativa tan sanluqueña que ha sido promovida por un alcalde que se llama Eustaquio. Llamándose uno Eustaquio no hay que poner en el DNI que se es de Sanlúcar la Mayor. En la Sanlúcar de San Eustaquio piden que le den la medalla del Trabajo a Antonio Pazo, el de la Venta Pazo, y firmamos aquí para que se la concedan. Antes de que por desidia y porque el hombre esté harto de coles, la de Pazo pase a formar parte de la misma nómina de ventas en trance de extinción que la Venta Pilín. Nos quedan aún muchas ventas en los pueblos, y hay que reivindicarlas. Y visitarlas, que es la mejor forma de apoyarlas. Hacer, por ejemplo, el panegírico del arroz con perdiz de la Venta Pinichi de Alcalá de los Panaderos. O el elogio de la Venta Pazo, en la leyenda de que allí dejan el mejor pescado para freír los camiones que vienen desde Huelva. Allí se pueden tomar, ahora que empieza el tiempo, las mejores bocas de la Isla. Las mejores bocas de la Isla no están ni en la Real Isla de León ni en Isla Cristina: están en la Venta Pazos, todas así de grandes, aunque esté feo el señalar, frescas, jugosas, como sabrosísimas pipas de girasol de la mar. O se pueden tomar esos roscos fritos de los postres, delicias sanluqueñas que Antonio Pazo descubre ante el mundo. Y aparte de todo esto, el más auténtico museo taurino que contemplarse puede en aquellas paredes cargadas de historia y de recuerdo. Así que choque usted esos cinco, don Eustaquio, y apúnteme usted en los pliegos de firmas para que le den la medalla del Trabajo a don Antonio Pazos el de la Venta. 

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Un grupo de jinetes y amazonas .Una imagen cada vez mas dificil de ver en la Feria contemporanea (Foto gentileza de Julio Domínguez Arjona-La Sevilla que no Vemos
Un grupo de jinetes y amazonas .Una imagen cada vez mas dificil de ver en la Feria contemporanea (Foto gentileza de Julio Domínguez Arjona-La Sevilla que no Vemos

Lunes 24: Defensa del caballista

Lo decimos con tiempo, en época de torrijas... y andamios, antes de que suenen los primeros cascabeles de los nuevos ricos luciéndose si hay que lucirse por Sevilla con los coches de caballos que le han comprado a uno de Jerez que estaba más tieso que la lanza donde esos tordos rodados van enganchados a la media potencia. El Club de Enganches ha hecho una meritísima labor para la conservación de los coches, y las colecciones que hay en Sevilla no tienen nada que envidiar a las de Inglaterra: porque son mejores. Pero con la moda social del coche y del enganche y con tanto nuevo rico como hay pegando cochazos para que los vean, en la Feria se han cargado por saturación de carruajes lo que era el paseo de coches y caballistas. Ahora es el paseo de siete mil millones de coches y media docena mal contada de caballistas. Sobran coches y faltan caballos. Y lo mismo que antes el Club de Enganches promovió y salvó la afición a los coches, y fijó y dio esplendor a ese paseo mañanero que no empieza por lo menos hasta las 4 de la tarde, ahora debería poner coto a tanto carruaje que no puede dar un paso en las calles colapsadas, y potenciar la presencia del caballista en la Feria. Como todo es moda e imitación a base de millones de lo que hacía antes la grandeza, el día que la Duquesa de Alba vuelva a pasear por la Feria elegantísima con su traje de amazona y su caballo cartujano, verá usted cómo entonces todos los nuevos ricos se ponen como los locos a buscar caballos y trajes de amazonas para sus niñas, y a tomar viento lo de presumir con las carretelas y los sociables. LA CRISIS DE LOS CABALLISTAS

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Domingo 23: Tiendas de moda flamenca

Tantas hay que no tiene que saber cuántas son ni el mismísimo don Emilio Carrillo, el muy estadístico delegado municipal de Economía. Se empiezan a contar, pero se pierde la cuenta. Nos referimos a las tiendas de trajes de flamenca. ¿Cuántas se han abierto en Sevilla en los últimos meses? Las tiendas de trajes de flamenca han sustituido a aquellas de los vestidos de novia que se pusieron de moda hace unos años, que Sevilla entera, y especialmente los alrededores del Salvador y la calle Cuna, eran como una interminable pasarela nupcial en sus escaparates. Ahora es lo mismo, pero de volantes. Y como el nuestro es el único traje regional femenino cuya moda cambia todos los años, en todas las tiendas de flamenca, la misma moda de los trajes ajustadísimos que hogaño se llevan, que no sabemos cómo las mujeres van a poder subirse a un coche de caballos con esa estrechez de la falda. O cómo a algunas la estrechez les ajustará espantosamente cartucheras y michelines, por no decir los obesos panderos en sus tres estilos de traseros jónicos, dóricos y corintios. Esto de la moda de un tipo de establecimiento es tan clásico como los trajes de flamenca. En el momento en que uno tiene éxito, ponen cientos del mismo tipo, con lo que lo que era negocio deja inmediatamente de serlo. Cuando había las tiendas de trajes de flamenca que tenía que haber, sería un negocio; ahora, con este hartazgo, debe de ser la clásica ruina. 

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Sábado 22: La cuarta ciudad

Trabajaba como empleado de una firma sevillana en su profesión de innovaciones y de aplicación de técnicas ya usadas por ahí. Sabíamos que había montado su propia empresa en la misma especialidad de su profesión, buscando nuevos horizontes y dado que el escalafón es el escalafón y a veces en sociedades consolidadas y veteranas la posibilidad de promoción personal es mínima, porque avanza con velocidad de caracol. Lo hacíamos aquí en Sevilla con esta nueva empresa, establecido en cualquier acristalado polígono de oficinas y naves comerciales y a la caza de cuatro contratos de la Junta, de la Diputación y del Ayuntamiento, como medio mundo, o de Sevillana, de Cruzcampo y de Abengoa, como el otro medio. Cuando nos lo encontramos la otra tarde en un acto nos sacó del error de creerlo establecido empresarialmente aquí: "Sí, he montado mi propia empresa, pero en Madrid. En Sevilla lo intenté, pero tuve que trasladarla a Madrid. Aquí no hay campo para lo mío. Porque Sevilla tiene encima una crisis que los que estáis aquí, como os deslumbráis con los ingresos por turismo y las subvenciones del dinero público, no la veis. Sevilla, que cuando la Expo se convirtió de hecho en la tercera ciudad de España, por delante de Valencia, ahora ya no puede ser ni la cuarta. Aunque lo digan las estadísticas de población, cada vez hay que poner más en duda que esto sea la cuarta ciudad española. Más que de cuarta ciudad, esto cada día más es un tema de cuarta pregunta, que es a lo que estamos, a la cuarta pregunta." 

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Viernes 21: Calentitos y churros

Dicen que el 3, como el 7, es un número con magia. Pero por culpa del euro y del cambio de las antiguas pesetas, ahora también tiene su magia el 6. O en el caso de aflojar el bolsillo, el 6, aparte de magia, tiene morbo. Sobre todo cuando se trata de poner sobre la mesa un 6 seguido de los ceros que sea en forma de euros contantes y sonantes para el pañuelo público que sus salvadores oficiales están pasando para la restauración del Salvador. Después de mucho mareo de la perdiz, ese arzobispo que sabe más de ruinas inminentes que los técnicos de la Gerencia de Urbanismo y decreta cierres cautelares por su cuenta y esa consejera de Cultura que es la que más sabe de budismo han puesto cada uno 600.000 euros para El Salvador, con cargo a los respectivos dineros ajenos que manejan. Para que no se quiebren la cabeza ni busquen esa calculadora de euros que cada vez usamos menos, les diremos que 600.000 euros son 100 millones de pesetas. Que no tienen el valor de otro 6 mágico que aparece en la colecta: "Puesto de calentitos del Postigo, 60 euros". Ole mi ilustrísima señora Juana la Calentera, Medalla del Trabajo, eso sí que es arte de Sevilla. Parece como la parábola del puesto de calentitos que hubiera escrito el evangelista de la dorada esquina de un canasto al cruzar el Arco un paso de misterio. Esos 60 euros que la calentera del Postigo se ha sacado de la faltriquera valen más que todos los caudales públicos. Y además, reivindicando con orgullo nuestras palabras: "calentitos". Los churros quedan, pues, en Palacio, en el Ayuntamiento, en la Consejería de Cultura. 

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Jueves 20:  El andamio, arquitectura efímera

Parece como si en vista de que las cofradías cada vez estrenan menos cosas, la ciudad se hubiera encampanado para que no se pierdan las buenas costumbres. Este año el estreno más sonado de muchas hermandades será el de andamio en el itinerario habitual. O el pasado a hierro nuevo del viejo andamio, como dicen que van a hacer en la calle Cuna, donde estaba el Bazar de los Reyes Magos, vulgo Clínica de las Muñecas. Con la indolencia habitual de la ciudad, no nos extrañaría que el andamio se institucionalizara, y fuera tan tradicional en la Semana Santa como los palcos de la Plaza, las barandas para el cruce de peatones por la carrera oficial o las tarimas en los alcorques de los árboles de la Punta del Diamante para que no queden cojas las sillas. No se olvide que el andamio es una forma de arquitectura efímera como otra cualquiera, en esta quevedesca ciudad donde sólo lo fugitivo permanece y dura. Y como tal arquitectura efímera, podemos integrar al andamio en la estética de la escenografía callejera de la fiesta. Al andamio monumental del Bar Laredo ya le colocaron una gran colgadura con las armas chicas de Sevilla. Eso es lo que habría que hacer: colgar los andamios y poner en ellos la palma nueva del Domingo de Ramos. Y la gente, igual que va el Domingo por la mañana a San Juan de la Palma o a La Estrella, iría a ver los andamios antes de que salgan las cofradías. Y los comentaría: "¿El andamio de cajón de la calle Francos, dices? No, el más bonito es el andamio juanmanuelino de Cuna, no te lo pierdas, que lo han puesto clásico, clásico, clásico, con las tuercas de pináculo y muy sobrio de cañizos..."

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Miércoles 19: "Carpe diem" y "Ubi sunt"

El negocio con más futuro en Sevilla siempre es el pasado. Un ejemplo: en plena modernidad y progreso de Isla Mágica reconstruyeron murallas, puertos de Indias y galeones para rentabilizar el pasado entre tanta fibra óptica. En esta Cuaresma de andamios, todos evocan, ay, las torrijas de Ochoa, tras el incendio de la confitería. (Nosotros hemos sido unos afortunados, porque nos llegaron fieles a la cita del Miércoles de Ceniza las torrijas de esa saga confitera, artesanía sevillana del ya retirado maestro don Luis Ochoa.) Los sevillanos, cuando pasan por el cajón de obras de Ochoa por Sierpes o por Cerrajería, se acuerdan de las torrijas, del letrerito del "Hoy es vigilia". Como nos acordaremos el Domingo de Ramos de la rampa del Salvador, una cosa así. Cuando ponían la rampa del Salvador no le dábamos importancia y cuando estaban las torrijas en el mostrador de Ochoa, con el "carmen" y las pastas de té, a lo mejor ni nos acordábamos de entrar a tomarlas. El "carpe diem", el gozo de la fortuna de la hora que estamos viviendo, es algo inusual en Sevilla. Más del "carpe diem", Sevilla es la ciudad de los "ubi sunt", de los "qué fue" y de los "dónde está", y perdón por esta clase de gramática latina y de la literatura clásica. Sevilla siempre está quejándose con la copla del Pali de que ya no pasan cigarreras por la calle San Fernando, pero cuando pasaban no les echaban ni cuenta a las pobres cigarreras. Ni al pobre Pali, que estaba más solo que la una empernacado en su silla de la calle Aduana, leyendo el periódico con sus gafas de culo de vaso del Bar Vicente. 

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Martes 18: Galería de alcaldes

En la galería de alcaldes del Ayuntamiento de Málaga han colgado un cuadro del inevitable Revello del Toro con el retrato de Celia Villalobos. Ese cuadro nos trae una pregunta que no sabemos responder ni han podido contestarla en los sitios donde hemos llamado para comprobarlo: ¿existe galería de retratos de alcaldes en el Ayuntamiento de Sevilla, del mismo modo que en el Rectorado está esa galería de rectores donde Pérez Royo está perfectamente vestido de Pérez Royo, no de rector? Sea cual fuere la respuesta a nuestra pregunta, con el callejero en la mano comprobamos la habitual mezquindad de Sevilla. Recientemente fue restituida la memoria de alcaldes democráticos anteriores a la Guerra Civil, como Isacio Contreras, Fernández de la Bandera o Hermoso Araujo. Fueron dedicadas espléndidas vías a alcaldes de la democracia, a los que, como a Juan Fernández, se les quedó nombre de avenida: Avenida Alcalde Manuel del Valle, Avenida Alcalde Luis Uruñuela. Esas calles, si mal no recordamos, se las puso Soledad Becerril estando de alcaldesa, con tanta generosidad como justicia. No digo ya que en la galería de alcaldes, que a lo mejor ni existe, vayan a poner un retrato de Soledad Becerril pintada, un poner, por Carmen Laffón. La pregunta que voy a hacer es tan tonta como todas las anteriores: si Uruñuela y Valle tienen avenida en cuanto alcaldes de la democracia, ¿por qué no la tiene Soledad Becerril, que además fue la primera mujer que accedió a la alcaldía ? (Ah, claro, es por eso, por la discriminación de la mujer...) 

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Lunes 17: Renovaciones de primavera

Nadie ha hablado hasta ahora de los ritos de renovación de la primavera. No, no son la renovación de las flores de los naranjos, la renovación del vuelo de los vencejos y esos lirismos. Son renovaciones de ventanilla. Cada primavera, Sevilla hace como una renovación de sus votos perpetuos ante las correspondientes oficinas, que son: la cola para sacar la licencia de la caseta de feria sin que se pase el plazo; la cola para sacar el abono de los palcos de la Plaza o de las sillas de la carrera oficial que se recibieron en herencia, y la cola para renovar el abono de la plaza de los toros. Los ordenadores y la informática han llegado a todas ellas y a la última, al abono de los toros, han llegado también las nuevas técnicas de publicidad exterior. Culpaban antes a la empresa de que los carteles se anunciaban sólo en los puestos de calentitos y las tabernas. ¿Ah, si? Pues toma técnicas de comunicación social. Las banderolas con el cartel y el anuncio del abono están colgadas de todas las farolas, como una ópera del Maestranza, y en la estación de Santa Justa el cartelón llega de rampa a rampa, para que quienes llegan en el Ave sepan que vienen a la capital mundial del toro y del toreo. Otra cosa es lo que pensará Carmen Laffón de su toro de su cartel. El cartel taurino de Carmen Laffón era una obra más completa, rematada por esa cabeza de toro que (nunca mejor dicho) han sacado de contexto y han dejado en vieja estética taurina de Litografía Ortega, Valencia. Hártese usted de pintar, doña Carmen Laffón, para que cojan su cartel de usted, lo metan en el cajón de curas, le afeiten la cabeza del toro, la mutilen y la cuelguen como si fuese disecada en una cuartelada de la carne. 

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Domingo 16: Cristina y Matilde

Ha empezado el baile electoral municipal. Bueno, en realidad no ha terminado. Es como si siempre estuviéramos en periodo electoral, entre obras de aparcamientos subterráneos y adjudicaciones de agujeros donde enterrar un dinero público que aún no sabemos de dónde vamos a sacar y hasta cuándo vamos a estar pagando. Léase Metro, claro. También decimos que ha empezado el baile electoral municipal por el baile propiamente dicho. Baile flamenco por más señas. Ole el arte. En las últimas elecciones,  Cristina Hoyos, ejerciendo una opción cívica a la que como sevillana tiene todo el derecho, ha figurado testimonialmente en la lista del Partido Socialista. La última, para no salir de ninguna de las maneras, pero ha figurado. Para no ser menos, los que no se olvide que son los socios del PSOE en el Ayuntamiento y corresponsables de sus errores, los del PA, se han buscado a otra bailaora para cerrar también testimonialmente la lista. Y han puesto la última a Matilde Coral, ella Matilde Corrales González en el siglo de los derechos cívicos. Si hubiese un Guinnes Book de las elecciones, Sevilla figuraría como la única ciudad del mundo que lleva en sus listas municipales a dos bailaoras flamencas. No dos bailaoras cualesquiera: dos auténticas maestras del arte flamenco. Visto perversamente, quien mire las listas electorales al revés y comience a leerlas por el final, podrá preguntarse: "¿Pero esto qué es? ¿Las elecciones municipales o el premio al Compás del Cante?" Porque de compás y de arte están sobradas tanto Cristina como Matilde.  Más sobre Cristina Hoyos en El RedCuadro

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Sábado 15: Barbacid en Santa Justa

Ocho y media de la tarde, recién anochecido en estos días cada vez hermosamente más largos. Estación de Santa Justa. Llegada del Ave que salió de Madrid a las 18 horas. Por esa rampa del Salvador en versión civil y ferroviaria que es el acceso de salida, vienen subiendo los viajeros que llegan. Entre ellos, un ilustre investigador español, cerebro recobrado de las Universidades americanas, al que el día menos pensado nos enteramos que le han dado el Nobel. En la ola de desembarco del Ave, llega a Sevilla el profesor Mariano Barbacid, director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Viene para dar una conferencia sobre Genómica Funcional en La Cartuja. Y allí, en la llegada del Ave, mirando quién viene rampa arriba, están los habituales paparazis al aguardo de exclusivas, los unos con las cámaras de televisión y los micrófonos, los otros con las máquinas de retratar. Pero mantienen flashes y focos en su lugar descanso cuando pasa ante ellos Mariano Barbacid. Ni los paparazis ni los otros viajeros que con él vienen por la rampa saben que este señor, autoridad científica mundial, es el que más está haciendo en España en la investigación contra el cáncer. Mariano Barbacid se les va vivo a todos. No hay quien se acerque a pedirle un autógrafo. Piensen si, por el contrario, en el AVE de las 6 hubiera venido Dinio o cualquier pelandusca de la antología de gentuza de "Hotel Glamour": ¿se imaginan el revuelo de micrófonos y cámaras que se hubiera armado en Santa Justa? Así nos va. 

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Viernes 14: Los fotógrafos de la escalerita

Se les ve durante los días de Semana Santa, de cabo a rabo, de La Paz a La Trinidad, en todos sitios y a todas horas, con su escalerita de aluminio al hombro. Nadie les ha reconocido el mérito que tiene eso de ir cargando con la dichosa escalerita, pateándose Sevilla entera en el cochecito de San Fernando, de Triana a San Bernardo y de San Gonzalo a La Calzada. Están a primera hora de la tarde, con todo el sol, en la salida de la cofradía del barrio; plantan su escalerita en la bulla, y, ¡zas!, se ponen a tirar fotos como los locos entre los niños con los globos y el trompeterío de la banda que abre marcha delante de la cruz de guía. Luego, a la noche, cuando la cofradía seria, de ruán y esparto, pasa sin música por esa calle estrecha, allá que vuelven a estar con su escalerita; la plantan en un rincón de cal y silencio, y, ¡zas!, se ponen a tirar fotos como los locos entre naranjos y fagotes de la capilla musical. Son los fotógrafos de la Semana Santa, los nietos artísticos del maestro Luis Arenas Ladislao, que cada primavera andan pidiendo escaleras para subir a la Cruz de la Pasión según Sevilla y dejarla para la posteridad de la emoción en una crónica gráfica. En estas fechas vesperales, muchos de ellos cuelgan en salas de exposición los cuadros de costumbres que en realidad son las fotos que hicieron desde la escalerita en las Semanas Santas que ya forman parte de la memoria. Como homenaje a todos, vaya nuestra felicitación por su trabajo a tres de los más destacados expositores fotográficos de la Cuaresma: David Jiménez, Salazar y Bajuelo. 

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Jueves 13: Sevillanos en listas vascas

Aunque algunos lo hayan convertido en membrete oficial y en ventanilla de cobro de su nómina, el escudo de Andalucía no dice ninguna tontería, sino algo que aquí se tiene muy claro: "Para España y la Humanidad". Cuando los lodos de Bolidén, no vino un solo gallego ni a darnos el pésame; y en cambio miren la de chavales sevillanos que fueron de voluntarios a recoger alquitrán. Ningún Antonio Muñoz Cariñanos vasco ha dado su vida en defensa de las libertades de Andalucía. A ningún  Carlos Herrera vasco le mandaron los andaluces una caja de triquitraque. Y ahora, cincuenta sevillanos, dando la cara, el nombre y el número de DNI, que es como ponerse en toda la diana, integrarán las listas electorales por la libertad en las Vascongadas. Se ofrecían ante el Monumento de la Tolerancia, obra precisamente de un vasco, de Chillida; que es algo así como si junto a La Concha de San Sebastián hubiera una escultura de Alvarez Duarte, que prontito la van a poner los tíos... Sevilla hace una jartá de tiempo que está dando la cara por las libertades en unas Vascongadas donde los problemas de Sevilla preocupan aproximadamente una higa, a pesar de que fuera un Ybarra con una boina así de grande quien fundó la Feria. La generosidad de Sevilla por la españolidad de las Vascongadas es infinita. Nos hace pensar en el latín del baldaquino de la Virgen de los Reyes: "Per Me reges regnant", por Mí reinan los Reyes. Cada uno de estos cincuenta voluntarios sevillanos para las listas vascas ha escrito el lema de Sevilla por las libertades, por España y la Humanidad: "Per me Vasconia Hispania est". 

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Miércoles 12: Sin novedad en Renfe

A la Renfe le pasa como al arbitro en los partidos de fútbol: que cuando no se habla de ella es que la cosa va como la seda, como tiene que ir. Desde el 92 famoso no se hablaba de Renfe: los trenes llegaban puntuales, las líneas eran rentabilísimas, el público estaba contento, los trenes hasta limpios y si había dos minutos de retraso te devolvían el dinero. Si salía la Renfe en la tele, era porque llegaba a Santa Justa el famoso nuestro de cada día y estaban las cámaras a pie de AVE para grabarles las cuatro chorradas de rigor. Pero últimamente no se hace otra cosa que hablar de Renfe, será porque quizá dependa políticamente del mismísimo Gafe de la Moncloa en persona. Que si el Ave de Cataluña va chungo, que si la máquina del Talgo del otro sitio les ha salido ardiendo, que si se les ha caído la catenaria.... Menos mal que todo es de Despeñaperros para arriba. Menos mal que en ferroviaria materia Sevilla y Andalucía están dejando de ser el antiguo pedregal de escándalo de las corrupciones y las chapuzas. Como no hay nada que nos guste más que el elogio y que comentar las buenas noticias, la buena nueva hoy es que por aquí abajo no hay noticia alguna de Renfe. Los pajaritos cantan y las nubes se levantan. Que sufran, pues, ahora los catalanes lo que los andaluces tuvimos que meternos para el chaleco cuando estábamos en boca de la gente con los convolutos del AVE y las chapuzas del 92.  

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Martes 11: Venta Pilín

Hombre, por fin, la Venta Pilín, ya era hora... Con unas cosas y otras de los salvadores del Salvador y de los que se meten a redentores de la Sevilla irredenta no hemos hablado hasta ahora aquí de la Real Venta de Pilín, y lo hacemos en tiempo y forma, para expresar nuestro apoyo a los herederos del que fue banderillero de Belmonte y que, al contrario del que devino en gobernador civil, superándose, superándose llegó a intendente mayor de S.M. Don Alfonso XIII. ¿Dónde hay que firmar para que no tiren la Venta Pilín? ¿Aquí mismo? Ea, pues aquí firmamos, aunque sea con el dedo. Como si no hubiera sitio donde hacer pisos, no se les ocurre otro lugar que el solar de la última venta histórica. ¿Se imaginan cómo cuidarían en Inglaterra una venta ligada a la historia y la leyenda de un Rey? Aquí todo se nos va en la Cabeza del Rey Don Pedro, y despreciamos lo más cercano, el Descanso del Rey Don Alfonso, en los por otra parte históricos terrenos de Tablada, donde el día menos pensado harán una tropelía con el pasado aeronáutico de Sevilla y los orígenes de la Aviación española. El mero hecho de que a alguien se le haya pasado por la imaginación derribar la Real Venta de Pilín habla muy claro de la incultura de Sevilla. No sólo por su valor intrínseco, sino por cuanto tiene de reliquia de un tiempo. Junto al cuartel de la Guardia Civil fue derribada hace poco la famosa Venta de Eritaña de las coplas y nadie dijo nada. Así que desde aquí mandamos al pilón de la necedad y la incultura a los que quieren derribar nuestra memoria de columpios y arroz con pollo en la Venta Pilín. 

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Lunes 10: San Mateo, que te veo

Hay días en que los lectores nos dan hechos estos billetes. Hoy es uno de ellos. Nos escribe un sevillano hondo y sabio, para decirnos: "Si fue usted a misa el Miércoles de Ceniza, habrá observado lo pronto que se han olvidado las palabras del Evangelio de San Mateo de aquel día: "Dijo Jesús a sus discípulos: 'Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto te lo pagará." (Mt. 6, 1-4). Verá usted, don Abel, que esto no va con los desfiles de famosos en los actos presuntamente caritativos de muchas hermandades. Palabras de San Mateo que convendría recordar muy especialmente a los miembros de la junta de gobierno de la Muy Generosa, Muy Filantrópica, Muy Fotogénica, Muy Expiadora y Muy Desgravadora Sociedad Civil de apoyo al Divino Salvador de esta Muy Puñetera Ciudad de Sevilla. A quienes les viene que ni pintada por Carmen Laffón otra enseñanza evangélica de Jesús: la de la limosna de la pobre viuda en el templo; quizás valgan más los veinte mil duros del jubilado desconocido que no sale en las fotografías ni enseña (y hasta le publican) el recibo para desgravar en Hacienda, que el millón de otros a los que el dinero les sobra." Ay, por lo que estoy viendo, cómo está de rabiosa actualidad San Mateo, que te veo... 

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Domingo 9: Metáfora con Vía Crucis

Ocurre todos los primeros viernes de marzo. Es la gran metáfora de cómo entiende Sevilla lo tradicional. Cada primer viernes de marzo nos preguntamos: ¿es de verdad Sevilla ciudad que cuida sus tradiciones? Este año, con las puertas del Salvador cerradas de un baculazo, la metáfora ha tenido mucho más valor simbólico. Hasta la podemos formular a modo de aquellos refranes sevillanos antiguos que repetía don Santiago Montoto: "En la Casa de Pilatos, cuatro gatos; en el Vía Crucis de la Macarena, la calle llena." Si cuidáramos de verdad la tradición, el Vía Crucis al humilladero de la Cruz del Campo, origen de la Semana Santa, que en 1521 (ayer por la mañana) estableció Don Fadrique Enríquez de Ribera, Marqués de Tarifa, no estaría recluido como una reliquia en el patio de Pilatos. Se seguiría celebrando en clamor de Calzada, y acudiría Sevilla entera. No es así. Al Vía Crucis del primer viernes de marzo que de verdad va la gente es al recentísimo de la hermandad de la Macarena, poder fáctico sevillano que saca a la calle al Señor de la Sentencia y que cumplió hogaño además con el "glamour" a lo divino de la Pasarela Sor Angela, que se lleva mucho: siempre haciendo tradición la novelería. La metáfora de los dos Vía Crucis explica lo que está ocurriendo en El Salvador y todo lo que pasa en Sevilla. ¿No van a estar abandonados y hundiéndose los edificios del patrimonio artístico, si están abandonados y en trance de pérdida los más valiosos monumentos del patrimonio inmaterial, como el Vía Crucis de la Cruz del Campo, que encima no cuesta un duro conservarlos?  El Via Crucis de la Cruz del Campo, origen de la Semana Santa.

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Sábado 8: Monumentitis contagiosa

En Jerez ignoran a Sevilla, y más desde que en la Feria, en vez de beber fino de Jerez, se bebe manzanilla de Sanlúcar, aunque sea con gaseosa en forma de rebujito, que decía el otro que era la mejor forma de estropear tanto la manzanilla como la gaseosa. Jerez, que está en la provincia de Cádiz, no reconoce la capitalidad gaditana ni la capitalidad de Sevilla: prefiere tener por capital directamente a Londres. Pero, como toda Andalucía, copia a Sevilla. En lo malo y en lo peor, claro, que es como se copia a Sevilla. Jerez, por ejemplo, está afectada de monumentitis, como Sevilla. La monumentitis es esa enfermedad social por la que, como te descuides, te nombran una comisión para que te levanten un monumento de bronce, mientras se hunden los monumentos de piedra y cúpula. Como en Jerez vieron el monumento a Mairena, el monumento al Caracol, el monumento a Pastora, el monumento a Curro, el monumento a Pepe Luis y siga usted poniendo monumentos, dijeron que ellos no iban a ser menos. Y ya tienen su monumento a Lola Flores, que es como el de Primo de Rivera, pero sin caballo. Si Sevilla le levanta el monumento al Faraón, ellos se lo levantan a la Faraona, ¡viva Egipto! Y nos imaginamos que muy a la sevillana aunque no lo digan, continuarán con la racha de los monumentos. Seguro que ahora vendrán el monumento a La Paquera, el monumento a Rafael de Paula, el monumento a Caballero Bonald y si te descuidas hasta el monumento al Nano de Jerez. Por culpa de Sevilla, Andalucía padece una peligrosísima epidemia de monumentitis altamente contagiosa, contra la que de momento no hay vacuna. 

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Viernes 7: Pasión en San Hermenegildo

Decididamente, no tenemos memoria como ciudad. Nadie se acuerda ahora, pero hace unos años tuvieron que sacar al Señor de Pasión de prisa y corriendo de su capilla en la parroquia del Salvador, porque el techo se había derrumbado y hasta caliches tenía el Nazareno montañesino en los hombros de su túnica morada. Así que quien esté libre del colectivo pecado de abandono del patrimonio monumental, que tire la primera piedra desde las cubiertas del Salvador. Abandono sobre abandono. Pasión está en El Salvador porque quiere. No se olvide que en tiempos de la alcaldía de Juan Fernández fue como la hermandad oficial del Ayuntamiento, mucho más que La Vinuesa. Antes, en 1963, un acuerdo del pleno municipal nunca cumplido le cedió San Hermenegildo como capilla propia, cuando los de Pasión no querían ser menos que los del Gran Poder con su iglesia de San Lorenzo. Pasión no se fue entonces a la capilla del recién derribado Cuartel de Soria porque no quiso. Como ese acuerdo municipal no ha sido derogado, a lo mejor la derecha escritura de los renglones torcidos de Sevilla pone las cosas en su sitio y a Pasión donde siempre debió estar: en San Hermenegildo. ¿Se imaginan la imagen perfecta del Dios de la Madera en la soledad de San Hermenegildo, bajo la cúpula, a la luz de Sevilla? Debe el Ayuntamiento tirar de archivo, mirar los papeles, y no dar San Hermenegildo a Pasión como de prestado, de Jueves de Pasión a Domingo de Resurrección, sino para siempre. Mejor destino no puede tener aquel edificio para el que nunca acaban de encontrar destino. PASION 1992-2003

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Jueves 6: Ceniza y cenizo

Los relojes cofradieros han emprendido la cuaresmal cuenta atrás sobre un paisaje de andamios. Pasó el triduo de desagravio de Carnaval en la Catedral, donde tarde hubo que en el baile de los seises ante S.D.M. había tantos niños cantores como calonges: diez seises y diez canónigos, de los 35 capitulares que hay en activo, 6 jubilados y 8 eméritos. Así que 10 contra 10: equis en la quiniela de la Sevilla secreta. Pasó el Miércoles de Ceniza, pero nos queda la larga ceniza del cenizo de esta Cuaresma de andamios. Sevilla tiene el cenizo. La ceniza del cenizo sobre las cerradas puertas del Salvador significa, entre otras cosas, que tendremos un Domingo de Ramos sin niños correteando con zapatos nuevos por la "rampla" de la Borriquita: ni eso es Domingo de Ramos ni eso es nada. Y mañana, que es el primer viernes de la Cuaresma, el primer viernes de marzo del Vía Crucis de la Pía Unión en la Casa de Pilatos, la ceniza del cenizo estará sobre la cerrada Casa Ochoa de la calle Sierpes, donde este año no podremos leer ese pregón con torrijas de los gozos de las vísperas: "Hoy es Vigilia". De la laffoniana y exquisita vigilia del jazmín hemos pasado a esta desabrida y torva vigilia de la higuera bravía en los tejados de andamios y del jaramago en las cornisas del Salvador. Con razón mañana sacarán la Cruz de las Toallas en el Vía Crucis de la Casa de Pilatos. Pocas toallas son para secar las lágrimas ante esta cruz que nos ha caido de las cenizas del cenizo. 

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Miércoles 5: Los carteles del Ave

Un año más, El Niño de Canorea nos junta las manos a los abonados y nos mete los carteles de Feria hasta donde pone "Toledo" o pone "San Isidro", porque son isidriles totales. Durante unos días, mucho largar, pero el día 17 estaremos como borreguitos en la cola del Paseocolón, con el talón bancario conformado en la mano. Esto es muy aquí. Los carteles de Feria son un espejo de Sevilla y de lo que tragamos los sevillanos. Si de alcalde está Monteseirín, ¿por qué no va a estar de empresario de los toros El Niño de Canorea? El Padre del Niño de Canorea, que le inventó a Sevilla el mito de Romero, hacía unos carteles a la medida de nuestro paladar. El hijo hace unos carteles del Ave, con toreros del Ave y ganaderías del Ave, a la medida del público que viene a la Feria en el Ave. Y encima, con guasa: "Aquí están los que torean en todas partes y los que van a torear en todas partes". O sea, que Sevilla es "todas partes" y no Sevilla. Esto es lo que hay. Ese es el respeto que le tiene a la plaza y a la afición este empresario que cada año se gana por anticipado el premio a la mejor estocada de la Feria: la que nos mete a los sumisos abonados. Mientras tanto los maestrantes, dueños del negocio y beneficiarios de la sopa boba del pisoplaza, mirando a la luna de Valencia (don Ramón). No en balde quien manda allí y está encantado con el Niño de Canorea es el Conde de Luna...de Valencia. Con Carlos Fuentes en el pregón taurino antes de estas corridas y con un cuadro de Carmen Laffón encima de estos carteles se cree que está todo arreglado. Carteles de toros de la Feria de Abril 2003

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Martes 4: Un Nobel en la Universidad

Como cada provincia andaluza tiene una Universidad, Sevilla no podía ser menos. Por eso tiene dos: la Hispalense de toda la vida y la que bautizaron con el nombre de Pablo de Olavide para que todavía nos estemos preguntando por qué no el de Alfonso el Sabio, o el de Fernando III, el rey de las tres culturas. Pero no porque haya dos Universidades tiene más presencia de la Universidad en la vida sevillana. Ya hemos dicho que cualquier hermano mayor de una cofradía bulle más que el rector de la Hispalense, al que no conoce casi nadie Y si no hubiera sido por los inmigrantes encerrados, nadie hubiera conocido tampoco a la rectora de la Olavide, ni que existía la Pablo de Olavide. A pesar del poco peso social y de la profunda crisis de su función docente, la Universidad trabaja, investiga. En silencio. Como si no estuviera en Sevilla, que a lo mejor no está en lo que muchos entienden por Sevilla. Tan ausente está, que el día menos pensado nos enteramos de que a un profesor de la Universidad le han dado el Nobel de Física, por ejemplo por una investigación sobre la aceleración de partículas o sobre el código genético, y verá usted cómo ni siquiera hay una foto de ese sabio universitario en los archivos de los periódicos locales, porque no ha salido nunca en los papeles ni lo conoce nadie. Ahora, que de fotos de hermanos mayores y de cofrades del capilliteo ambiente hay todas las fotos que usted quiera, de todos los colores y en todas las posturas. Más fotos que de Gregorio Conejo, que ya es decir. 

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Lunes 3: Rato y Santa Lucía

No se puede hablar de Andalucía y de Sevilla por referencias. Si no se tienen, se pierden las oportunidades del siglo de callarse. Es lo que le ha pasado a Rodrigo Rato, que ha dicho en su última visita a nuestra tierra: "La imagen de un PSOE invencible en Andalucía pasó a la historia". Mire usted cómo se nos ha quedado el dedo, don Rodrigo... ¿Pero es que no ha visto usted las encuestas? Si en Andalucía el PP no le ve al PSOE ni la matrícula del coche oficial de la Presidencia de la Junta, en Sevilla es que es para echarse a llorar. Los sevillanos le dan un suspenso a la gestión del alcalde, pero como ni los votantes del PP saben quién es el candidato popular, el resultado es que si las elecciones municipales fueran hoy mismito, el PSOE, a pesar de volver a presentar a ese alcalde impresentable, sacaba dos concejales más de los que tiene. Así que la imagen de un PSOE invencible no ha pasado ni mucho menos a la historia. Lo que, por el contrario, está escrito en la historia es que la alternancia en el poder es cada día más difícil. La generación que votó "sí" en el referéndum del 28-F probablemente se morirá sin conocer otro modelo de administración de la autonomía que el que tenemos y aquello de alcalde andalucista o alcaldesa popular en el Ayuntamiento de Sevilla fue un breve paréntesis en una constante histórica. Y de esto, que es lo que hay, el PP ni se entera. Que Santa Lucía, la que está en el azulejo de Santa Catalina con los ojos en un plato de La Cartuja, conserve la vista a don Rodrigo Rato. 

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Domingo 2: Discurso con jazmines

El catedrático de Filosofía de la Hispalense don Jesús Arellano daba a sus alumnos un sabio consejo sobre oratoria: "Para hablar en público sólo hacen falta dos cosas. Tener algo que decir, y decirlo." Consejo que parece haber seguido otro catedrático de Filosofía, el profesor Emilio Lledó, en su ya memorable discurso de agradecimiento en nombre de los premiados por la Junta el Día de Andalucía. Como ha observado Pavón (no el derribista, el periodista), en aquel Teatro de la Maestranza acostumbrado a oír tanta literatura barata y facilona de los pregones semanasanteros se ha escuchado por vez primera un discurso con pensamiento y creación poética, que la poesía es una forma de filosofía y viceversa. Para Lledó, Andalucía es la memoria del olor de unos jazmines en el patio de Salteras, su pueblo. Decía Rilke que la verdadera patria del hombre es la infancia y esa patria tiene unos olores, que el profesor Lledó evocó en el jazminero del patio de la madrina. Cuando se hacen tantos discursos vacíos, cuando se desparrama tanta palabrería sin ton ni son de modernidad y de progreso, conviene de vez en cuando escuchar a los verdaderos sabios que nos dan la suprema lección de la humildad de los jazmines. ¿Habrá algo más sevillano, sabio y lírico que un discurso con jazmines que trasminan la memoria de un patio de pilistras y aljofifa? 

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Sábado 1: Las dos Haciendas 

Si quieren contemplar un buen símbolo de lo que está pasando políticamente en Andalucía, colóquense frente a la puerta de la Casa de la Moneda, al comienzo de la calle Santander, mirando hacia la Avenida. A mano derecha pueden ver la Delegación de Hacienda del Gobierno central, un edificio construido sobre el derribo de la vieja Aduana y de la Casa del Azogue, plúmbea y pétreamente modestito. Y a la izquierda pueden ver el monumental y espléndido Coliseo España, fastuoso, donde estará la sede de la Delegación de Economía y Hacienda del Gobierno andaluz de la Junta. No la Consejería de Hacienda, ojo, sino su simple delegación provincial. En la contemplación de ambos edificios tienen el símbolo de cómo se gastan nuestro dinero los que nos lo quitan de la paga. El edificio de la Hacienda central es modesto, efectivo, y por allí es por donde van a las arcas públicas mayormente nuestros dineros del IRPF, del IVA y de Sociedades. Por el contrario, el edificio de la Hacienda autonómica, que no hace más que derrochar el dinero que les viene desde la Hacienda central, es monumental, aparatoso, deslumbrante. Si no fuera por los dineros sevillanos que se llevan los del edificio discreto, no podrían tirar los caudales públicos los del edificio ostentoso. Y así es todo. En el Coliseo España, ya que fue teatro, deberían poner en un mármol la copla de Pepe Pinto: "Que en la diestra y la siniestra/tienes un par de agujeros/por donde se va a los baños/el río de mis dineros".

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Biografía de Antonio Burgos

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