Los del Norte en todo lo suyo, con Arzalluz de cobrador del frac
presentando en la Moncloa la factura que chorrea sangre (mayormente andaluza) de 800
españoles para los que no hubo tregua, y los del Sur, desnortados. El uno, Chaves, dando
el cante del tango, con medio Consejo de Gobierno en el Cono Sur, vendiendo chocolatinas,
bombones y caramelos y algunos discos de flamenco y consiguiendo resultados políticos tan
notables como que en Mar del Plata saquen una cofradía muy macarena, con Virgen de la
Esperanza, saeteros, costaleros, bandas y un pregón por todo lo alto. ¿Por qué no
ponemos en cualquier polígono industrial del borde de la Autovía de los Maletines, vulgo
del 92, una fábrica de pregones de Semana Santa? ¿Se imaginan qué maravilla, exportar
pregones de Semana Santa a toda la Unión Europea?
Y la otra, Celia Villalobos,
sin salir de Málaga, pero también desnortada en el Sur. Para lecciones de Geografía, de
España limita al Norte, no ganamos. Desde los tiempos de Pedro Aparicio, yo me había
hecho a la idea de que Málaga era el Sur del Sur, el Sur de Europa en el Sur de España.
Que la feria de agosto era la gran feria del Sur de Europa. A mí esto de Sur, la verdad,
me parece siempre un mote que le ponen a Andalucía los que no quieren mentarla por su
bello e histórico nombre. Llamar Sur a Andalucía siempre es una forma de desnortarse en
nuestras raíces culturales. Hablas del Sur y lo mismo puede ser Dakota del Sur que Corea
del Sur, Africa del Sur que América del Sur, razón por la cual a la cerveza de La Cruz
del Campo habría que llamarla, por ejemplo, La Cruz del Sur, y que es la cruz que nos
cayó con los ingleses, por esa ley que saben: cuando una empresa andaluza va mal, se le
pide árnica a la Junta; cuando va bien, se le vende a los extranjeros. (Véase Eustasio
Cobreros en el programa de mano del último cumplimiento de esta ley.)
A pesar de todos los pesares,
yo ya me había acostumbrado a apreciar a Málaga como el Sur del Sur, cuando viene Celia
Villalobos y dice que de Sur, nada, que Miami. Que Celia Villalobos quiere que cuando
Málaga sea mayor, se parezca a Miami. Ay, Señor: ¿por qué cuando queremos que
Andalucía sea algo nos buscamos el copieteo de algo extranjero? A la brújula me la traen
loca. Aparicio quería que Málaga fuera el Sur de Europa. Borbolla quería que Andalucía
fuera la California de Europa. Celia Villalobos quiere que Málaga sea la Miami de Europa.
¿Y por qué no que Málaga se parezca a Málaga? ¿O por qué no al revés, que Miami sea
la Málaga de América, o que California sea la Andalucía de Estados Unidos? La verdad,
que no sé qué tendrá que envidiarle Málaga a Miami para que Celia Villalobos me venga
con estos disfraces, sin que estemos en Carnaval. En el momento que en Miami tuviera a
Picasso, a Antonio Banderas, a Manolo Alcántara, a Alfonso Canales y a Muñoz Rojas
podrían empezar a hablar en igualdad de condiciones. En el momento que en Miami tuvieran
albenianos rumores de la Caleta y una Semana Santa como Dios manda podrían empezar a
hablar. En el momento en que Miami fuera capital de la Costa del Sol podrían empezar a
hablar.
Hombre, si Celia Villalobos
quiere que Málaga sea Miami, pues que empiece regalando casas, para que se vengan Julio
Iglesias, Bertín Osborne y Raphael. ¿Por qué se viene Bandera a su malagueña tierra?
¿Porque se parece a Miami? No lo creo. No sé qué Miami conoce Celia Villalobos, pero el
Miami que yo conozco es una especie de Benidorm a la americana, con todos los jubilados
del Inserso de allí arrastrando muletas y carros de ruedas por tristes hoteles de ínfima
categoría. Un lugar incomodísimo, donde en verano te asas y a cuyo centro no puedes ir,
porque te atracan los pobres cubanos del exilio. Celia Villalobos se cree que Miami es el asssúca
de Celia Cruz, pero es bastante amargo. Sigo prefiriendo que Málaga se escriba con M
de Miguel de Molina y no con M de Miami, Si es por la tela de la pela, mejor que convierta
a Málaga en Wall Street, digo yo. O en el Índice Nikei.