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El Mundo, lunes
14 de junio de 1999
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Teófila Martínez, la candidata a alcaldesa más
votada en España |
Hijas,
pues lo siento. Ninguna de las dos, ricas. Ni Loyola de Palacio ni Rosa Díez. Teófila al
poder. Téofila no ha sacado mayoría absoluta. Ha sacado una ordinariez de votos. Se te
ha ido la mano, Teíta, hija. Tantos votos, que hasta me parece de mal gusto ponerlo. Ese
64, más que un porcentaje en las municipales parece el resultado de un partido de
baloncesto del Unicaja.
Teófila tiene de bueno que se ahorra uno muchísimo en apellidos.
Incluso en mapas. Dices Teófila y no hace falta siquiera poner el apellido. Ni que las
olas te traigan volando el mapa de España de Rafael Alberti, porque es no hay duda: si
esta es Teófila, esto es Cádiz. Y aquí hay que mamar. Cádiz, sitiada por el mar y por
lo que no es el mar. Cádiz sitiada antaño por el voto cautivo, por el chabolismo
vertical, por la sociedad subsidiada, por los fanfarrones del capullo. A Carmen Romero le
hubiera gustado entonces sacar los votos que Teófila saca ahora. Cádiz es La Habana con
más salero y con Teófila arrasando el antiguo feudo del PSOE. Se repite lo de
"ancha es Castilla... por Andalucía". Ya quisieran los juegan al dominó con
Aznar sacar los votos de Teófila, que juega al parchís en La Caleta con las marías de
La Viña. La alcaldesa más votada ayer. Del hermoso despacho isabelino de la plaza de San
Juan de Dios, con el pasadizo secreto a la tribuna del oratorio, directamente al libro
Guinnes de los récords. Ese porcentaje que ha sacado Teófila en Cádiz no lo saca ni
Gaspar Zarrías en Jaén con pucherazo, llamando a todos los especialistas en votar con
los pies.
Las radios echan humo con el triunfo de Teófila en estas últimas
elecciones del siglo en que tantos años estuvimos privados de urnas, y me parece que
volvemos al XIX, cuando para saber qué ocurría en España preguntaban: "¿Qué pasa
en Cai? " Hay que volverlo a preguntar. Para responder que en Cádiz lo que pasa es
que Teófila primero rompió las cadenas del voto cautivo, y después ejerció sin rubor
el poder democrático de la derecha en una ciudad que se decía más de izquierdas que el
programa de Anguita. Basta con trabajar y con ilusionar a la gente. Basta con buscar
dinero debajo de las piedras para sacarle brillo a la Tacita de Plata, soterrando el tren,
convirtiendo en viviendas los terrenos de Astilleros, los que en Cádiz llamaban
"terrenos ociosos", porque en Cádiz estaban apuntados al paro hasta los
solares. Hasta que llegó Teófila.
Que no es gaditana, pero como si lo fuera. Viéndola andar por los
Callejones, por la Plaza de las Flores, con sus chancletas, con sus pantalones, con su
bolso fláccido y pendulón al hombro, los gaditanos que votaban a la izquierda han
comprendido que lo importante es que se hagan las cosas. Mejor que lo haga la derecha a
que no lo haga nadie. Y eso que no nació en Cádiz, es chicuca de nación, lo que
Teófila explica haciendo suyas mis palabras: "Los gaditanos nacemos donde nos sale
de los c..."
Así que lo siento por vosotras, hijas, Loyola y Rosa. Ibais de mujeres
del día, pero la triunfadora es Teófila de Cai. ¿Dónde está el voto cautivo? ¿Dónde
la hegemonía de los socialistas en sus enclaves del Sur? Teófila, confirma la teoría de
Jesús Quintero: "En Cádiz hay que mamar". |
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