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Esto
de dos rencores ¿a qué les suena a bolero de cantor melódico
con dedicatoria previa? Eso que sale el vocalista con el
bigotito y dice en el micrófono: "Y a continuación, y a
petición de una amable señorita, voy a interpretar el bolero
que lleva por título Dos rencores". En este baile,
los dos rencores son las dos amargas gardenias para ti, Jaime
Mayor Oreja, en la margarita se llama mi amor a la Constitución
que deshojan para formar Gobierno en la autonomía vasca. Vamos,
en Este País, por decirlo en términos tan políticamente
correctos como el mapa con las nuevas cadenas de Navarra que
luce Karmona en su camiseta cuando lo entrevistan.
Redondo acabará entregando la cuchara, porque está cogido
entre dos rencores. Se barrunta un pacto entre dos rencores.
Pero no dos rencores cualesquiera. Son dos rencores de cinco
estrellas. Ríanse de Viriato al lado del rencor de González y
de Arzalluz, sobre un horizonte editorial y de titulares de
primera donde el polanquerío se queda con el oro y el moro de
las exclusivas de publicidad del Cinturón de Hierro Mediático
del PNV. Tras la traición de Audax, Ditalco y Minuro y la
matanza del pretor Galba, Viriato juró odio eterno a los
romanos. Pero eso de los romanos en general era muy vago y
difuso, por muy eterno que fuera el juramento de odio. Lo de
estos pastores nada lusitanos de sus rebaños es un odio mucho
más concentrado y concreto. Debemos entender que González y
Arzalluz han jurado odio eterno a los romanos, pero que el
romano en este caso es sólo uno, y se llama Aznar. No se lo
perdonan. ¿El qué? Todo. No le perdonan nada. El uno, que lo
derrotara en las urnas por dos veces. El otro, que se empeñe en
defender la Constitución. Si el uno está en el ámbito vasco
de soberanía, el otro anda en el ámbito español del rencor,
que no sé qué será peor. Estar cogido entre estos dos
rencores es como si le viene a uno el Ave de Puertollano por un
lado y el Alaris de Valencia por el otro. Eso no hay quien lo
resista, y dudo que Redondo lo aguante. Lo fácil ante estos
rencores es hacer como Madrazo, que ya se ha tirado de
espontáneo, pero no para pegarle tres mantazos a la
Constitución, sino que éste va de Audax, Ditalco y Minuro en
una sola pieza y a cambio quiere que lo pongan en el cartel de
Ajuria Enea poco menos que de José
Tomás.
En éstas, me explico perfectamente lo del Campeonato Mundial
de Póquer. Como Carlos Mortensen estaba en Las Vegas y hasta
allí no llega el fuego cruzado de los dos rencores, pudo gritar
libremente "¡Viva España!" Cualquiera es el guapo
que se atreve a gritar "¡Viva España!" en
Mendizorrosa, cuando el Barcelona le va ganando por 1 a 0 al
Alavés.

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