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Sostiene
Zapatero que esto no es una democracia ni por el forro. La
verdadera democracia debe de estar, pues, en la Federación
Socialista Madrileña o en la libertad de expresión de Cristina
Alberdi, Y sostiene Zapatero que el Gobierno manipula la TV
pública. Por eso precisamente, le dedicaron un programazo el
sábado, a hora punta del corazón, y una coda especial en cada
telediario, a Alejandro Sanz, que va en su último disco de
cantautor trasnochado y arqueólogo de la canción-protesta, con
temas tan originales como meterse con el Gobierno a propósito
de asuntos tan actuales como el chapapote y el "no a la
guerra". Si Alejandro Sanz llevara en su disco una balada
elogiosa a Rajoy, seguro que salía en TVE menos que el lío de
la Pantoja en Canal Sur. Canal donde no se manipula en absoluto,
ni se impone la ley del silencio sobre nada, ni se aplican las
listas negras y las listas blancas...
De tanto ver glorificado en TVE
y en los medios públicos a ese Alejandro Sanz con la pesadez
progre pasada de rosca, he pensado, con los cables aún pelados
por la salitre de la mar del veraneo: ¿será que Aznar ha
nombrado sucesor a Alejandro Sanz? ¿O ha sido a David Bisbal, y
por eso a Chenoa se le ha puesto la cara de primera dama que
nunca tendrá, ni Dios lo premita, doña Elvira
Fernández, cuya mano beso?
Mejor que saquen más y más
elogiosamente a Sanz y a Bisbal que a Rajoy. No hay nada como
aparecer en los medios para ganar barlovento de enemigos. Ya ven
a la Pantoja, que de tanto salir en los medios con su Julián
colmó la paciencia del Tendido 7 de Mila Ximénez, que sacó el
pañuelo verde. La voz de Mila Ximénez es la misma del famoso
Ronquillo del Tendido 7 de Las Ventas. No será el caso de Rajoy.
Ya sabemos cuáles han sido los criterios de descarte de Aznar
para nombrar sucesor: el número de enemigos. Los enemigos eran
los kilos en el handicap de la galopada hacia la Moncloa. Si
Robert Musil hubiera escrito la biografía de Rajoy, la habría
titulado "El hombre sin enemigos". Para encontrar
enemigos a Rajoy tienen que rebuscar en las reuniones de las
comisiones de transferencias. Que no tenga enemigos entre los
adversarios es lógico. Lo raro es que no los tenga entre sus
compañeros del PP. Por aquello que explicó Churchill a un
diputado novato que le tocó sentarse junto a su escaño en la
Cámara de los Comunes:
-- No, joven, los que tiene
usted frente no son los enemigos; son los adversarios del
Partido Laborista. los verdaderos enemigos son los que tenemos
detrás, aquí a nuestra espalda, los compañeros del Partido
Conservador...
Estoy deseando que a Rajoy
dejen ya de dejarle Mariano y empiecen a surgir sus enemigos.
Será señal de que empieza a entender que ejercer el poder es
pisar callos. Porque me imagino lo que le habrá dicho personaje
tan interesante como desconocido cual su padre, el jubilado
magistrado Rajoy. Su padre le habrá dicho a Rajoy tras su
nombramiento lo que me decía mi madre tras cada libro nuevo o
cada premio:
-- Ea, hijo mío, pues ahora,
unos poquitos de enemigos más...
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