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Trillo
es ministro de Defensa, pero ¿quién nos defiende del ministro de
Defensa? Ni el paraguas de la OTAN nos libra. Lo del Perejil no
es lo más grave. Lo del Perejil me recuerda una frase de Rafael
García Serrano en su "Diccionario para un macuto": "Las
Laureadas las ganan Domecq y González Byass". Que también toman
Perejil. Pero eso no tiene importancia. Hay cosas peores que
Perejil. Por ejemplo, San Fernando. La Real Isla de León. Junto
a Cádiz. Desde donde Teófila Martínez aspira a la presidencia de
la Junta de Andalucía. ¿Y qué ha hecho Trillo para ayudar a que
Teófila tome la Junta como él quiere tomar Perejil? Pues como se
corría el riesgo de que la votaran masivamente en San Fernando,
ha cogido y la Escuela de Infantería de Marina que había allí la
ha quitado y se la ha llevado a Cartagena, que para algo es su
pueblo. ¿Quién defiende a Teófila del ministro de Defensa?
Hay quien tiene ardor de estómago y quien
tiene ardor guerrero. El de estómago se quita con almax, pero el
ardor guerrero es más persistente. Sobre todo cuando no se
corresponde con los tiempos de pacifismo y humanitarismo de
nuestras Fuerzas Armadas. Alumno aventajado de la Escuela de
Aplicación de la Torpeza, la gente se ha quedado con la copla de
un Trillo quería tomar Perejil él solito, sin cordero de la
Legión, pero que no ha sabido vender la más preciada mercancía
civil: que el que ha suprimido la mili obligatoria ha sido este
Gobierno tan presuntamente militarista. Si González hubiese
quitado la mili, aún tendría a las madres de España llorando a
moco tendido, emocionadas de que su niño no tuviera que ir al
cuartel gracias a este Gobierno tan progresista.
Con tanta tontería ministerial se está
privando a las Fuerzas Armadas de la imagen constitucional y
humanitaria que se han ganado a pulso. Todo es Perejil, y ni
palabra de Yibuti. Y rumbo a Yibuti navega a estas horas la
gloriosa fragata "Numancia" llevando a bordo el más preciado
arsenal de armas de destrucción masiva. Armas para destruir el
hambre, la tristeza, la miseria de los niños huérfanos de
guerra. Zarpó de Rota con la más enternecedora errata a bordo:
los pañoles iban llenos de pañales. Sí, los pañoles de torpedos
llevan veinte toneladas de dodotis, de potitos de alimentos
infantiles, de ropa para niños, de juguetes. Que vengan los
inspectores de la ONU y lo vean y lo proclamen al mundo. Que
dentro de la Armada se hizo una cadena humanitaria, y que la
fragata "Canarias" lanzó la petición de ayuda de las monjas que
cuidan a los huérfanos de las guerras del Cuerno de Africa. Y
que los militares y asociaciones civiles gaditanas hicieron
acopio de estas armas de destrucción de la miseria. Y que
aprovechando que la "Numancia" tiene que relevar a la "Victoria"
en Yibuti, han cargado sus pañoles de pañales. Donde antes los
ingenios antisubmarinos MK-46, ahora van potitos y dodotis. Este
verdadero rostro humano de nuestras Fuerzas Armadas queda
dinamitado por las cargas de profundidad del ministro. ¿Quién
defiende del ministro de Defensa a los servidores públicos de
nuestras Fuerzas Armadas?
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