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Aunque
el agua de Cádiz hace poca espuma con el jabón (para eso están
las olas de la Caleta, donde la Cuna de la Libertad nació como
una Venus), espero que la plantilla del Real Madrid se
escamonde bien las orejas esta tarde, antes de ir al estadio
Carranza. Al saltar a la gloria amarilla del debú con
picadores del Cádiz C.F. en Primera, el árbitro de la
contienda mirará las galácticas orejas como nuestras madres
cuando nos veían más bien guarretes. El fantasma del
pinganillo recorre los vestuarios. Y el árbitro del
Cádiz-Madrid, como los tacos de las botas, inspeccionará a
fondo el Oreja Aguirre, para que nadie salte a cada rincón de
mi Carranza con pinganillo. Por eso no sé si es mejor que se
laven bien las orejas o que no. Veo al árbitro pasando revista
de comisario a Raúl y diciéndole:
-- No quiero ni pensar que esto que tiene
usted en la oreja no sea un tapón de cera y de porquería, so
guarro, y que sea el pinganillo de Wanderlei Luxemburgo...
¡Cuánta caverna contra las nuevas
tecnologías! El pinganillo en el fútbol no hace daño a nadie.
Da una cierta elegancia a los banquillos, donde es de muy mal
efecto ver a esos místeres desgañitándose como verduleras:
-- ¡Corra, Rogelio, corra!
-- Yo no corro, mister, porque correr es de
cobardes.
Donde de verdad hace daño el pinganillo es
en la política, y ahí los árbitros deberían poner pie en
pared. El pinganillo político existe. En política sí que se
dan órdenes y consignas por el pinganillo. A porrillo. Me
maravilla el pinganillo de los socialistas. Perfecto. Ya
hubiera querido el PP tener un pinganillo como el del PSOE.
¿Qué fueron los grandes avances sobre el área gubernamental,
con certeros remates a gol, sino perfectos funcionamientos del
pinganillo? Con el chapapote, el Yakolev, la guerra de Irak,
los pinganillos funcionaron como un reloj. Del secretario
general al último simpatizante, todos decían lo mismo y en el
mismo sentido, triangulando, sirviendo balones, ¿no iban a
marcarle al PP todos los goles por la escuadra? Pinganillo que
tras el 11-M fue ya apoteósico. Cada teléfono móvil de cada
votante se convirtió en pinganillo. Rodearon las sedes del PP
como el que se va obedeciendo a Luxemburgo al segundo palo en
un córner: a base de pinganillo.
Si eran unos maestros en la comunicación, en
la repetición de la consigna recibida y en el machaconeo de
las mentiras hasta convertirlas en verdades, ahora sabemos que
es gracia al pinganillo. Los votantes y simpatizantes del PP,
con las orejas limpísimas, no se enteran. Los del PSOE van con
su pinganillo, repitiendo lo que les digan en cada momento por
el gualqui desde el banquillo, el banquillo azul del Gobierno.
Aunque tengo algunas dudas pinganilleras. Verbigracia: en
materia de imperios mediáticos, ¿quien lleva el pinganillo?
¿Lo lleva ZP o lo lleva Polanco? ¿Ordena ZP las tácticas de
juego a Polanco por el pinganillo o es a la inversa? Y en
catalana materia, igual. ¿Quién lleva el pinganillo? ¿Lo lleva
Maragall o lo lleva ZP? ¿ZP hace lo que le dice Maragall desde
la banda del Principado o a la inversa? Y en las Vascongadas
es que me pierdo. Pinganillo haylo, como las meigas de Anxo;
pero ¿quién lo lleva? ¿Lleva Ibarreche el pinganillo para que
le den órdenes las tías vascas del partido berrendo en etarra?
¿O es Otegui el que lleva el pinganillo para la consigna
recibida de Ibarreche?
Ahora, que ningún pinganillo como el de
Bono. Ora oye el himno de la Legión, ora el "no nos moverán"
de los pacifistas. Por eso unas veces sale Millán Astray sin
el ojo tapado y otras, Joan Báez. Lo que no sé es quién le
dijo y qué por el pinganillo en el Congreso, para que dijera
eso de vergüenza ajena sobre el helicóptero de Afganistán: "Me
impresionó que Zapatero interrumpiese sus vacaciones y dejara
el puro y el niqui". Es que ZP estaba harto de puro y niqui en
La Mareta y tenía mono de pinganillo. La pregunta del millón
es: ¿quién le da las órdenes a ZP por el pinganillo?
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