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No
han tenido lo que se dice su verano estelar las dos ministras
andaluzas de cuota que Chaves mandó al Congreso de los
Diputados para quitárselas de encima. Y que se encontraron de
la noche a la mañana, principio de Peter puro, sentadas en el
banco azul Vogue. Qué dos patas para un banco azul: Magdalena
Alvarez y Carmen Calvo. Hemos descansado bastante en agosto
porque la Alvarez y la Calvo han estado como mejor resultan:
quietecitas y calladitas. El Ministerio de Cultura ha
funcionado perfectamente sin frailas, quijotas, Pixis ni
Dixies. Magdalena Alvarez tampoco ha sonado nada. Es más: que
se sepa, no se ha montado de balde en avión alguno, se ha
dejado el título de Lady Aviaco en casa. Se ha dedicado por lo
visto intensamente al Fomento: al fomento del butacazo en la
tumbona. Ambas parece que hubieran dejado de Ministra de
Guardia de la Cuota a Cristina Narbona. La Narbona es bona si
en la tele sona. Y ha sonado bastante, entre fuegos y sequías.
¿Está perdiendo forma Magdalena Alvarez? Lo digo por lo de
Lady Aviaco. Le peligra el título. Ha salido muchísimo Lord
Aviaco. El alcalde de Sevilla mismo, podría aspirar con
bastante fundamento al título, en cuyo kilometraje abren
marcha los carráncanos rojos de Lolo. Este verano, Alonso el
de Interior y Bono el de Defensa le han quitado el sitio a
Magdalena. Estos lores Aviacos le han mojado la oreja a
Magdalena. Cosa lógica: las magdalenas están para mojarlas,
sea en el café, sea en la pista de aterrizaje. Con ocasión del
desgraciado accidente de Afganistán (de Afganistán de Guadaira,
por tanto irreparable dolor alcalareño que ha dejado), lo de
Bono viniendo del veraneo desde Jávea, en helicóptero
emprestado por la Guardia Civil, y aterrizando en el Estadio
Bernabeu con la guardia de Florentino Pérez formada en primer
tiempo de saludo no lo mejora Magdalena. Hubiera sido el sueño
de Lady Aviaco: aterrizar en el Campolbetis y que le recibiera
Don Manué con los mushachos formados de tres en fondo.
Pero lo de Alonso, Alonso (mira que te arrempujo y vas al
pozo, que cantaban Los Toronjo), el ministro de Interior, ha
sido mucho mejor. Usa los helicópteros de la Guardia Civil no
para montarse en los cacharritos, sino para enviarlos a que
les hagan mandados. Cuando el cuartelazo de Roquetas de Mar,
Alonso estaba veraneando en Chiclana. Y tenía mucho interés en
ver unos vídeos que le habían preparado en Roquetas,
grabándoselos en un DVD. ¿Cómo va más rápido un CD desde
Roquetas a Chiclana? ¿Metiendo a Angelillo y a su Chiclanera
en MRW, en DHL o en Seur, desde Roquetas a Chiclana, camino
sembrao de flores, con entrega antes de las 10? De ninguna de
las maneras: con un propio. Tomando a la Guardia Civil y a sus
helicópteros para hacer mandados. De cosarios. Con su dinero
de usted y el mío, un helicóptero de la Guardia Civil le llevó
a Alonso el DVD de Roquetas a Chiclana, ¡toma Chiclanera!
Nada, no hay correo electrónico, ni fax, ni nada: los
helicópteros de la Guardia Civil están para hacer mandados al
ministro.
Cuando Don Juan Carlos vino a Villamanrique de la Condesa a
presidir el entierro de su egregia tía, la Infanta Doña
Esperanza, llegó en avión a San Pablo y desde Sevilla, por
carretera, se tuvo que meter en coche hasta Villamanrique.
Siendo el Rey de España. No avión hasta Rota y luego
helicóptero rápido y cómodo a Villamanrique, que está al lado
de Doñana, no: carretera y manta. Por lo que le sugerí a don
Juan Gonzalez-Cebrián Tello, su medio sevillano jefe de
relaciones con los medios:
-Dígale a Su Majestad que la próxima vez que tenga que venir a
Villamanrique pida por lo menos tratamiento de DVD. Aquí hay
helicóptero para llevarle un DVD a un ministro que veranea en
Chiclana, pero por lo visto no lo hay para que el Rey venga
tranquilamente al entierro de su tía Doña Esperanza desde la
base de Rota al Escorial de la Marisma.
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