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¿Se
imaginan que el Betis suspende un partido y dice que no lo
juega porque Asunçao y Joaquín están lesionados? Pero no un
partido cualquiera, sino el que le vamos a ganar al Chelsea.
-Así sea lo del Chelsea.
Eso tan impensable ha ocurrido en los toros. Se ha
suspendido una corrida porque El Cid estaba lesionado. Sí,
lesionado. Últimamente los toreros más que cornadas tienen
lesiones de futbolistas. (En cambio, hay algún árbitro ca...
que mete tales cornás que le parten a Serra Ferrer la
femoral.) El Cid estaba con el codo esbolillao...
-Qué clásico, usted: esbolillao.
Así es como tiene el codo el pobre Cid. Por eso la empresa
Pagés decidió suspender el 50 por ciento de la Feria de San
Miguel.
-Y los abonados, a tragar...
Eso. Ni el husillo mejor desatrancado por los varilleros de
Távora traga como tragamos los abonados, patrocinadores y
financieros de la empresa Pagés. En marzo adelantamos al
niño de Canorea y al yerno de Canorea el dinero para San
Miguel. Dinero que ahora, faltaría más, nos han devuelto.
Sin intereses, claro. Canorea me hace sentirme presidente
del BBVA. Voy en el mes de marzo y le adelanto el dinero,
pum, talón conformado, al ya te veré. Parte de ese dinero lo
tiene desde marzo hasta septiembre. Y llega septiembre, y El
Cid con el brazo esbolillao, y, adiós, pampa mía. ¿Es que
nadie ha hecho una temporada interesante como para sustituir
al Cid con seis toros? Salvador Cortés se brindó. Pero nada.
Vamos, por sustituir, hasta podían haber montado una corrida
mixta, y así podríamos haber visto en Sevilla al fenómeno de
la temporada, no sé si rosa o si tabaco y oro: Cayetano. No
el que nadie se ha enterado que se casa en Las Dueñas, sino
el otro Cayetano, el que anuncia relojes como su hermano.
(Los toreros, de parar los relojes como Curro y Paula han
pasado a anunciarlos). Y la que fue Feria de San Miguel se
quedó en una sola corrida de toros. La plaza del Arenal ha
echado el telón sin que la empresa arriesgara la tela, no
fuera a ser que sustituyeran con un cartel caro y no
fuéramos más que los abonados.
Ahora que lo pienso, este año no ha habido intento alguno de
Arqueología de las Fiestas, de querer resucitar a un muerto,
como la antigua Feria de San Miguel. Mejor. Dinero que nos
hemos ahorrado. No han querido, menos mal, poner una verbena
en Fibes con el nombre de Feria de San Miguel, ni cuatro
compadres han levantado unas carpas en el campo de la Feria
para divertirse en su afición con el dinero de los que no
somos en absoluto aficionados a que se gasten tan
alegremente nuestro dinero en chorradas.
De la Feria de San Miguel no queda más resto que esos dos
carteles taurinos, que encima ni coinciden con la fiesta del
Arcángel, el 29 de septiembre, ni nada. Vista la
experiencia, y que no pasa nada si no se dan las corridas,
verá usted lo que va a durar la feria taurina de San Miguel.
A San Miguel lo dejarán a la luna de Valencia, don Ramón. En
financiación nos lo vamos a ahorrar los abonados, porque no
tendremos que pagar en marzo el cartel que veremos en
septiembre, si es que se da.
Y es que San Miguel tiene el cenizo. Los arcángeles
funcionan en la Córdoba de Luismi-Melchor Martín Rubio, pero
no en Sevilla. A San Miguel nada más que le quedaba la feria
taurina y la puerta por donde entran las cofradías en la
Catedral. La feria taurina, ya ven. Y la puerta por donde
entran las cofradías, pues ya te contaré, como amplíen la
carrera oficial y los pasos entren por donde los cuatro
pateros de la cuadrilla del escultor Mélida llevan a Colón
con el izquierdo (y los pies) por delante.
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