|
-
La
excelentísima señora doña Sonsoles Espinosa de Rodríguez,
cuya mano beso, siempre me sorprendió por su aspecto
fornido, deportivo, huesudo, equis ele, doble ancho. Una
señora de una vez. De una vez y otra de machacarse en el
gimnasio. Y en la piscina. Muchos largos. Sobre y bajo el
agua. Experta buceadora. Buceo donde encuentro la posible
razón de ese aspecto recio: ¿será que con las prisas de las
importantísimas tareas que le aguardan, tras el ejercicio de
buceo de prima hora de cada día, cuando se viste se deja
debajo de la ropa el traje de neopreno? Observen a Doña
Sonsoles con todos los respeto con que ahora lo hago. Igual
que su señor esposo parece que se ha dejado la percha dentro
de la chaqueta, ¿no hace pensar la excelentísima que bajo la
ropa lleva, a modo de lencería íntima, el traje de bucear en
la piscina de la Guardia Civil? Bueno, ya no: ya no hay
escándalos de veinte mil leguas de viaje submarino en
Valdemoro, ¿sacordais?, que dice Lopera el del Betis. Se ha
operado el cambio climático en La Moncloa. Han climatizado
la piscina presidencial, para que la señora no se nos
resfríe en sus aficiones subacuáticas. Doña Sonsoles, para
sus buceos, ya no tiene que ir a Valdemoro. Le hemos llevado
el buceo a casa.
Desconocemos, sin embargo, que el verdadero campeón de buceo
es el marido de Doña Sonsoles. Ese sí que sabe bucear y
aguantar, escondiendo la gaita bajo el agua: ¡abajo el
periscopio! ZP nos está demostrando que aguanta bajo el agua
más que un buzo de la Armada en la base de Puntales. Aguanta
diluvios, cataratas, inundaciones, olas bravías. Le da
igual. Cuando ve ¡que viene, que viene! la ola, el tsunami,
el maremoto, aspira, llena sus pulmones, y, plaf, al fondo
que se mete. Hasta que pasa esa ola grande que se llevaría a
quien se pusiera delante de ella.
Ayer hubo otra de estas olas que le pasan por encima al
buceador ZP como si tal cosa, en su infinita capacidad de
aguantar bajo el agua hasta que se retire la marea. Ayer
cientos de miles de españoles (yo calculo que, como mínimo,
dos veces más que votantes tiene Carod en Cataluña) formaron
esta ola. Le hicieron la ola a la libertad de enseñanza y a
la enseñanza en libertad y en calidad. La ola, como está
mandado, salió de los pies del dios Neptuno, rey de los
mares, y fue creciendo hasta el rompeolas de todas las
Españas (o de lo que queda de ellas) de la Puerta del
Alcalá. Esa ola cargada de razón se hubiera llevado a los
baños a quien se hubiera puesto delante. Cosa que, una vez
más, ni hizo ni hará el buceador ZP. Habrá tomado aire y se
habrá sumergido hasta lo más profundo. Hasta que pase el
temporal. Lo hizo cuando la manifestación contra la
negociación con la ETA. Lo hizo cuando la manifestación
contra el matrimonio homosexual. Se meten todos bajo el
agua, y ZP el primero, esperan que pase la ola y en un par
de semanitas, hala, todo olvidado. Y siguen haciendo lo que
les da la gana y exactamente lo que tenían pensado, como si
esos millones de personas nunca se hubieran echado a la
calle.
Ah, porque no llevaban la bandera republicana. Cuando hay
manifestación, ZP pregunta si llevan bandera republicana.
¿Que la llevan? Ahí puede haber votos nuestros: nada, que
les den cuanto pidan, gloria bendita. ¿Que no llevan bandera
republicana, aunque sean un millón? Entonces es que son un
millón de fachas que no nos van a votar ni locos. Así que a
respirar hondo, a tomar aire, y a meterse en lo más
profundo. Hasta que pase la ola. ¡Y luego dicen que la
especialista en buceo es Doña Sonsoles! Nanai. El verdadero
Comandante Cousteau, explorador del mundo del silencio ante
media España y diez millones de votos, es ZP. La ayer será
tercera protesta de millones de voces a la que no echará la
menor cuenta, aguantando como un buzo hasta que pase la ola.
Mientras IU, Maragall y ERC le sigan dando oxígeno para las
botellas a cambio de cargarse a España.
Artículos de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|