Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


La casa de "El rito y la regla"

VIERNES de Dolores. Y de Gozos. Traslados íntimos de imágenes a los pasos. Admiración interior ante la exacta repetición del rito de la belleza. Que algo cambie, manto de tisú, túnica de ochitos, refregador de la Esperanza, para que todo siga igual. Cada cual tiene su propio rito para este día que completa las vísperas. Algunos vamos a echar hoy de menos a un amigo que abría su casa para el ritual del gozo: el primer tinto oliendo a incienso, la primera saeta. Algunos (¿verdad, José Luis Montoya; verdad, Carlos Navarro?) echaremos de menos esta noche a Enrique Fernández Asencio en su casa de Reyes Católicos 16. El madrileño que se hizo voluntariamente sevillano como ofrenda de amor a su mujer. Como a Marisa le gustaba tanto todo lo de Sevilla, el empresario hostelero Enrique Fernández le compró aquí una casa, para que disfrutara con las cofradías. Y le montó en la Feria la más exquisita caseta, donde Enrique se desvivía recibiendo, ofreciendo gloria bendita al echar a volar su imaginación de hostelero y su hospitalidad, ganado por Sevilla y por su gente. En esa caseta de Feria habrá este año farolillos negros por la ausencia de Enrique.
Y esta noche, ay, no iremos a Reyes Católicos 16 para su rito de amistad y sevillanía. Habrá que buscar crespones de negro luto para poner el domingo la palma nueva en el balcón. Esta noche, en ese patio, traspasada esa cancela, será el primer Viernes de Dolores en que ya no estará Enrique preguntándonos qué vamos a tomar e insistiéndonos en que probemos el caviar. Esta noche no se llenará la acera de señores de oscuro con una copa de buen tinto en la mano, pues la hospitalidad de Enrique hacía que rebosara el número de sus amigos. Y los canis que vengan del Puentetriana no preguntarán:
-Colega, ¿esto qué es, un botellón de pijos viejorros?
Esta noche, en Reyes Católicos 16 sí que será verdadero Viernes de Dolores en la ausencia de Enrique. Ausencia sobre una nostalgia. Enrique Fernández no lo sabía y se sorprendió mucho cuando se lo descubrimos. Había comprado la casa cuyo recuerdo inspiró el mejor poema de Semana Santa: «El rito y la regla» de Rafael Montesinos. Allí Montesinos pasó de niño algunos de sus más felices años irreparables. Un Viernes de Dolores le llevamos a Enrique Fernández el libro de ese poema, «Madrugada de Dios». Y le leímos en los mármoles de aquel patio, junto a los azulejos de la fuente, el arranque impresionante de la nostalgia del poeta recordando aquella casa sevillana desde su Madrugada del destierro de 1982 en Madrid: «En el patio, mi padre, con su túnica/negra, en la madrugada más profunda/de la clarísima ciudad, se ha puesto/solemnemente el negro capirote». Allí estaban el patio y la cancela que iniciaba el camino más corto hacia San Lorenzo que había escogido la memoria para herir el corazón del poeta.
Cuando le leí el poema a Enrique Fernández, hombre de sensibilidad, con su habla madrileña y su vocación sevillana me dijo:
-¡Chico, qué maravilla! ¿Y por qué no me pones en contacto con Rafael Montesinos, que Marisa y yo tendríamos mucho gusto en invitarlo aquí a su casa, para que reviva todo aquello, y que nos dé un recital de sus versos?
Con el poeta Aurelio Verde intentamos que Rafael Montesinos volviera a Reyes Católicos 16, para que nos leyera «El rito y la regla» en aquel mismo patio, junto a la cancela. Vano empeño. La muerte se nos adelantó. La muerte de Montesinos y la muerte de Enrique Fernández. Esta noche, por el camino más corto, quizá me acerque a Reyes Católicos 16. A la casa de «El rito y le regla». La biografía de Montesinos que acaba de publicar Alberto Guallart me ha traído la foto sepia de un Montesinos niño en ese patio, junto a su padre. En el mismo silencioso rito no aprendido, Montesinos estará hoy en Reyes Católicos 16, viendo eternamente a su padre salir vestido de nazareno. Y estará Enrique Fernández esperando que llegue Montesinos, para ofrecerle una copa y un trozo de la mejor Sevilla. Los dos, Enrique y Rafael, los dos enamorados de sus Marisas, en esa casa del contradictorio gozo del Viernes de Dolores, «cerrada para siempre la cancela/que a nadie espera ya».

TEXTO DEL POEMA "EL RITO Y LA REGLA"

 

Articulos de días anteriores
 

Correo Correo


Clic para ir a la portada  

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés




 

 


 

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio